Twitter 2 [Pablo Alborán]

Epílogo 3: ¿Travieso Pablito o preciosa Annie?

Un mes después del nacimiento de Alex.

Málaga 

Pablo 

—Mira, mi amor —le muestro la foto que mandó Lolo de su hijo. Tiene un mes apenas y se ve precioso. Estos meses han sido muy complicados con respecto al embarazo de mi bombón. Al ser su primer embarazo y debido a su historial, el embarazo era de alto riesgo. Cuidaba de ella todo el tiempo y mi familia la mimaba, especialmente mi madre— vendrán este fin de semana. 

—¡Son tan lindos! —exclama y acaricia mi brazo—. Espero que nuestro bebé sea igual de lindo que Alex. 

—Estoy seguro que sí, mi dulzura de bombón —beso sus mejillas, ella sonríe y toma de mis manos. A pesar de las complicaciones, nuestro matrimonio va viento en popa. Tuvimos una luna de miel maravillosa, compramos un departamento para poder estar solos. Aunque los primeros meses de nuestro bebé nos quedaremos aquí, en casa de mis padres. 

—¿Ya te he dicho que han sido los mejores meses de mi vida? 

—Sí, y me siento tan feliz de que seas mi bombón —nos besamos, noto su corazón latir con mucha fuerza—. Te amo. 

—Yo también —de repente, se borra su sonrisa cambiándose a una de dolor ¡No puede ser! 

—Mi amor, no será que... —me mira con cara de ¿Estás de broma? y decido que es mejor que la lleve a un sillón para que se recueste. Debido al progreso de la gestación, el médico decidió que, en cuanto sintiera dolores, le llamemos para llevarla al hospital y ser tratada de la manera m+as discreta posible. 

—No le llames, Pablo —suplica. 

—Cariño... es por tu bien. No quiero que te pase algo, no soportaría estar sin ti. 

—Sabes que esto no es nada comparado a lo que viví —me toma de la mano y la miro. Tiene razón, hemos pasado por cosas más fuertes que esto—. Somos fuertes mi amor. 

—Lo somos, bombón —la escucho quejarse del dolor. 

—Creo que ya es hora —a pesar de escuchar sus reclamos de que probablemente no es hora. La llevo al coche, en cuanto lleguemos le avisaré a la familia. 

[...]

—Efectivamente, Ana —dice el médico, estamos en la sala de trabajo de parto— su esposo tenía razón. 

—Pero ¿Todo estará bien? —nos mira un tanto preocupados, pues teme por la salud de mi esposa. 

—Mire, ya ha empezado el trabajo de parto y esto será muy complicado, la condición de sus bebés es estable, pero tememos la suya. Tenemos que ver si resiste a las contracciones y si puede soportar el parto natural o, en su defecto, tendremos que hacer cesárea —escuché todo, pero mi mente se quedó atrapado en la palabra bebés.

—¿Cómo que bebés? —Ana nos mira sorprendida. 

—Sí señores, ustedes tendrán mellizos. Intentamos comunicárselos, pero no querían saber del sexo del bebé. El pequeñajo se escondía en los ultrasonidos —empieza a reírse. Nosotros nos miramos diciendo ¿Dos?—. No se preocupen, ellos están en perfectas condiciones ¿Cómo se siente, señora Moreno? 

—Que me estoy partiendo en dos —el doctor sonríe, mientras que yo estoy asustado de miedo. 

—Es normal, señora... 

—¡Quiero cesárea!

—Lo sé, es doloroso pero tenemos que intentarlo de forma natural....