Entre Sirenas.

Prólogo.

Cristal.

Parece que el agua de la laguna es de ese material de lo transparente que esta. Alrededor, todo un bosque de infinitos colores verdosos que a la luz de la luna llena se vuelven mas oscuros. Yo estoy sentada sobre mis tobillos admirando el satélite que alumbra nuestro planeta todas las noches; la luna que hoy está mas preciosa que nunca, está acompañada de infinitas estrellas. Estoy postrada ante tanta belleza natural. No se geográficamente hablando donde estoy pero me da igual, es como si estuviera hipnotizada por el paisaje. Mis oídos perciben el flujo imparable de una cascada cristalina en el otro lado de la laguna; y mientras todo esto ocurre no muevo mis ojos verde selva de la luna.

De repente algo me toca la mano que descansa tranquilamente sobre mi rodilla al igual que mi otro apéndice. Bajo la mirada corriendo al agua pero solo consigo distinguir una cola infinita de escamas como si de un pez se tratase; escamas azules que adornaban la piel del animal acuático que parecía poseer gran envergadura. El brillo que poseían las escamas era esquisto y hacían parecer a la criatura mitológica. La aleta principal tenía seis picos mas largos que una pierna humana; parecía estar hecha con el material con el que se hacen las alas de las hadas. En mitad de la cola tenía una aleta tan larga como un antebrazo y parecía ser del mismo material que la aleta principal.

No e conseguido ver mas porque se a esfumado y me voy acercando progresivamente al agua con curiosidad para divisar que tipo de criatura se oculta tras esas aguas. Cuando estoy casi rozando el agua con la punta de la nariz una mujer muy bella, mas bella que cualquier humana saca del agua de un salto la mitad de su cuerpo hasta dejar a la vista el ombligo. Sus manos agarran mi cabeza en un movimiento rápido y me sumerge completamente en el agua arrastrándome hasta el fondo de la laguna. Yo lucho por salir a flote pero mas criaturas como esas me agarran las demás extremidades; piernas y brazos. Me veo envuelta en una masa llena de mujeres con cola de pez gigante que empieza casi de sus caderas y es el doble de larga que un humano. Estoy perdiendo el conocimiento cuando la primera sirena que me a agarrado de la cabeza pronuncia unas palabras que no son en mi idioma. Y me voy acercando a mi muerte cuando ya no me queda oxígeno y mi corazón está parando de latir.