Inmortal.

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Salgo disparada del lado de James en busca de mi mejor amiga con lágrimas que no se aprecian porque estoy sumergida en la laguna. La laguna da a parar al mar. Una vez allí pienso en que voy a hacer: no se donde estoy, no se donde está ella y no tengo ninguna pista.

Ahora que lo pienso tampoco entiendo por qué James sabe algo sobre Rose, no la mencioné en ningún momento y está desaparecida, parece como si estuviera involucrado en ello.

Mientras pienso en esto encuentro una cueva marítima y entro en ella, hay una zona en la que no llega el agua pero es muy oscura. Salgo del agua pero mantengo mi cola a remojo sentada en una roca aún sumergida, solo se me ve la parte humana, aunque levanto un poco del agua mi cola para admirarla mientras pienso.

James, Rose, mi madre, las sirenas, los vampiros... no se que hacer. Necesito pensar, con música como siempre lo he hecho. En realidad cuando escucho música pienso sin darme cuenta  y asimilo las cosas, después de hacerlo tengo soluciones para todo.

Pero... ¿Ahora donde consigo música? Ni si quiera se en que continente estoy. Apoyo la barbilla en mis manos y los codos en mi cola. El agua es transparente y se podría ver el fondo si no llega a ser por que hay demasiada oscuridad. A pesar de eso yo veo como si hubiera unos cuantos rayos de luz, puede que sea por ser sirena como los demás misterios de mi vida.

Me veo en el reflejo del agua y mi pelo está de color rubio acastañado con hondas. Tomo una de mis puntas azules y me la miro, como mi madre me vea el pelo me mata, bromeo conmigo misma. Lo que daría por escuchar a Linkin Park y su Castle Of Glass ahora mismo.

Llevo una hora en esta caverna y no he procesado ni la mitad de información de la que me he enterado hoy, tampoco he sacado conclusiones ni se que hacer.

Una cabeza rubia asoma por el agua de la cueva marítima y me asusto pero cuando veo una cola verde alga se con certeza que es otra de mi especie; o eso creo yo. Asoma toda la cabeza y unos ojos grises me miran con curiosidad. Tiene una piel preciosa y también es muy blanca, aunque no tanto como yo.

-Hola,-Dice con una voz adorable, como la de una niña de ocho años que es muy inocente. Me decida una sonrisa.

-Hola.-Saludo con la cabeza aún un poco baja intentando hablarla con la misma dulzura que ella.

-Me llamo Xerzincarg, pero puedes llamarme Xerzinn.-Creo que su voz ya es de por si tan dulce, adorable e inocente así que ni me esfuerzo en volver a poner esa voz.

-Yo Jackie.

-Ah, entonces te he encontrado.-No para de mostrar esa sonrisa tan mona.

-¿Me has encontrado? ¿A qué te refieres?-Digo levantando la cabeza y la ceja al mismo tiempo.

-Sathrag me envió a buscarte porque conozco muy bien los mares, los ríos y los lagos de todo el mundo, es uno de mis dones.

-Oh, que raro.-Pongo los ojos en blanco.-¿Qué dones?

-Sathrag me a dicho que prefiere contarte ella todo ya que estuvo presente. Ven, vamos, volvamos al castillo.-Me tiende la mano. Yo no puedo negarme, es demasiado dulce, creo que otro de sus dones es hacer que la gente haga lo que ella quiere por ser tan agradable. Le cojo la mano y me vuelvo a meter en el agua.

Todas las veces que me he sumergido en cualquier agua desde mi supuesta muerte estaba caliente y no entiendo por que pero es agradable eso, siempre que me he metido al mar, al río o a alguna laguna estaba fría para mi, siempre. Aunque tardaba poco en adaptarme a esa temperatura.

Nos deslizamos fuera de la cueva en unos instantes, gracias a la cola nos movemos con increíble rapidez, adelantamos a todos los peces, incluso a los más rápidos.

Entre Sirenas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora