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aviso: cambié las edades. hoseok tiene diecinueve años y jungkook dieciocho, es menor por sólo un par de meses.

—¿estás seguro de esto, hobi? —el menor pregunto por décima vez dentro de los últimos cinco minutos.

—ya te dije que sí, kookie —suspiró el rubio—. no es como si fuéramos a cambiar de hogar, simplemente de cafetería.

—¡es casi lo mismo! sabes que es como una... —se detuvo a pensar la palabra—... una religión, sí. las cafeterías son algo sagrado —dijo, acomodando el libro que llevaba entre sus manos de una manera más comoda.

—es la única cafetería cerca del campus. te recuerdo que fuimos a la misma cafetería de siempre cuando cambió de dueño, pero según la señorita indecisa los cafés estaban fríos —rodó los ojos.

jungkook rió por el apodo que hoseok le había dado—. era la verdad, no tenían ni la cantidad de cafeína exacta.

siguieron caminando a través del parque sin decir nada más. hoseok estaba demasiado concentrado, repetía en su cabeza los horarios que tendría en la universidad intentando memorizarlos.
el castaño, por su lado, pensaba en lo que más le importaba en el momento: elegir la cafetería en donde pasarían casi todo el año.

—¡dios! —exclamó el menor—. soy un idiota, estoy dejando en tus manos una de las devociones más importantes de nuestras vidas —exageró—, te estoy dando todo el poder para elegir esto.

—un gran poder conlleva una gran responsabilidad, decía el tío ben —bromeó el rubio.

ríe, y parece que por fin, está dispuesto a callarse.
¿por qué elegir una cafetería era tan importante? hoseok y jungkook eran amigos desde la escuela elemental,  siempre tuvieron una relación estable, y su amistad perduró durante demasiados años hasta llegar a donde ahora se encontraban: iniciando la universidad.
cuando cursaron la escuela media, tomaron la costumbre de una vez que salían de clases, dirigirse a la cafetería que estaba a un par de calles de su escuela, ahí solían pasar la tarde estudiando o haciendo los trabajos que debían. desde entonces se volvió una tradición.
volvieron a tomar la misma costumbre durante la escuela secundaria. básicamente eran ermitaños, se la pasaban en la cafetería que hayan seleccionado.
por eso era tan importante elegir un lugar en dónde tengan alimentos adecuados, buen precio y ambiente pero principalmente: buen café.
claro, tenían miles de cafeterías en seúl, pero no todas quedaban cerca de la universidad donde estudiaban, y tampoco querían perder mucho tiempo yendo a todas las cafeterías de la ciudad.

—el uniforme me queda demasiado grande, la última vez que me lo medí era de mi talla —habló hoseok mientras acomodaba su mochila.

jungkook lo miró y sonrió—. tal vez bajaste de peso por los nervios o la ansiedad.

—puede ser... —respondió mirando al suelo.

no hizo falta que caminen mucho más, a unos pocos metros se detuvieron frente a la cafetería, de la cuál tanto habló hoseok.

—llegamos —anunció el rubio—. ¿qué primera impresión tienes?

—me gusta, es... bonita —admitió jungkook—. espero que el café sea igual de gustoso.

—jimin me dijo que a pesar de no venir muchas veces, con tan solo una vez podrías confirmar que era delicioso.

el castaño asintió, aún observando el exterior de aquél lugar.

—entremos, jungkookie.

KINK ━ YOONSEOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora