KINK ━ YOONSEOK

› 3

—¡sus cafés están listos! —anunció yugyeom mientras dejaba las dos tazas de café en la mesa, junto a una de leche tibia y otra con sobres de azúcar y edulcorante.

—¡gracias... uhm... señor mesero! —dijo hoseok.

—me llamo yugyeom —respondió con una sonrisa.

—pues... ¡gracias yugyeom! —rió mientras hacía una seña tierna con sus dedos.

el mencionado hizo una reverencia antes de partir hacia su lugar, dejando a los universitarios solos.

—¿es necesario hacer aegyo por todo? —preguntó el castaño.

—supongo... ya lo tengo impregnado —rió.

—es... bonito —confesó jungkook unos segundos después.

—me di cuenta de que te gustó —dijo hoseok.

—¡hyung! por dios, no me gusta, sólo es bonito —dijo mientras agregaba dos sobres de azúcar a su café.

hoseok imitó su acción—. el momento de la verdad, ha llegado —dramatizó.

—bueno, la leche está bien. no está ni fría ni caliente, está tibia como le pedí —habló—. ahora, lo más importante.

jungkook dirigió la taza a su boca y bebió un sorbo, una vez dentro, su paladar intentó capturar todos los sabores.

—el café está bien molido... y tiene una muy buena virtud aromática —dijo mientras olía la taza de café.

—la capa de crema es de color avellana —aportó hoseok mientras observaba el café.

—¡es rico!

—espera, lo probaré.

hoseok tomó la taza blanca entre sus manos, sopló un poco para enfriarla y la dirigió a sus labios, bebiendo un poco.

—¿y? ¿qué te parece? —preguntó jungkook observando al pelirubio.

—sí, es rico —sonrió—. me dan ganas de tomar otro.

jungkook volvió a beber su café mientras hoseok tomaba la taza con leche tibia para agregarla a la suya.

—apúrate, no debemos tardar mucho tiempo.

el mayor bebió su café mientras aspiraba el perfume que este largaba—. ¿por qué? —inquirió luego de beber.

—tenemos que arreglar el tema de las habitaciones con el director de la universidad, ¿recuerdas, hyung?

hoseok pensó mientras el castaño terminaba de beber su café.

—¡sí! ¡verdad! casi lo olvidé.

—¿te falta mucho? —preguntó jeon mientras limpiaba sus labios con una servilleta.

—no, espera —llevó la taza a sus labios y bebió todo el café que quedaba—. listo.

—bien... —murmuró mientras tomaba su mochila y sacaba dinero—. yo pago hoy, ¿sí?

el pelirubio asintió, y le hizo una seña a yugyeom para que se acercara.

—¿necesitan algo? —preguntó al llegar.

—ya debemos irnos, y queríamos saber cuánto sería... —jungkook sonrió.

—ya les digo —yugyeom le devolvió la sonrisa antes de volver a su lugar.

regresó unos segundos después para darle la cuenta a jungkook y hoseok.
le pagaron y salieron rápidamente de la cafetería.

—yugyeom... ¿hay banditas? —yoongi apareció mientras miraba su dedo.

—creo que sí, espera que me fijo.

—esto duele como el puto infierno, lo juro —musitó.

—deberías dejar de decir tantas groserías, hyung —rió mientras sacaba una curita de un frasco.

—nunca en la vida, jamás de los jamases, ni en tus más estúpidos sueños —gruñó.

yugyeom rodó los ojos y le extendió la curita.

—gracias —yoongi susurró mientras la posicionaba en su dedo herido.

—de nada, hyung —sonrió.