KINK ━ YOONSEOK

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—presiento que me va a ir horrible en matemáticas —susurró jungkook con un tono de voz frustrado.

—yo creo que te irá bien, kookie, es cuestión de que estudies —su amigo lo animó.

—¿y si termino repitiendo? ¡mi vida estaría acabada! —exclamó.

—eres negativo, deberías dejar las malas vibras de lado...

—cierto, lo siento. estoy hablando con el chico positivo que busca soluciones a todo, lo había olvidado —bufó.

—si quieres, cuando estemos en la cafetería te lo explico, el tema no es muy difícil —sonrió.

—en sí; ya hemos llegado —dijo antes de parar de caminar. observando nuevamente la cafetería como el día anterior.

hoseok paró sólo unos segundos, tomó de una manera más cómoda el libro que llevaba en su mano y caminó rumbo a la cafetería con el menor detrás suyo.

había un poco más de gente que el día anterior, tomaron asiento en la misma mesa a la que fueron la primera vez que estuvieron en la negocio.
hoseok pudo notar que el mesero, yugyeom, estaba atendiendo otras personas. luego otro mesero se acercó.

—hola —una voz neutra habló—, ¿qué desean pedir? —inquirió con un tono indiferente.

—¡hola! —el pelirubio respondió con una sonrisa.

jungkook rodó los ojos e hizo una reverencia—. dos capuchinos y... ¿qué tienen para comer?

—bueno... tenemos chocopie, tamb-

—¡dos chocopie entonces! —interrumpió—. ¿de qué sabor tienen? —inquirió el rubio mientras observaba al pelinegro que estaba lado suyo.

—frutilla, malvadiscos, crema, chocolate, durazno...

—uno de durazno —dijo jungkook.

—yo quiero uno de frutilla —respondió hoseok mientras ponía sus manos bajo su mentón y sacudía levemente sus pestañas.

—eh... bien —el pelinegro quitó sus ojos del rubio y anotó los pedidos
en una libreta que llevaba consigo—. en unos minutos ya estará listo.

entonces se fue caminando hacia el mostrador mientras hoseok no quitaba sus ojos de él, justo su mirada cruzó con yugyeom, el pelirubio lo saludó con una reverencia y una sonrisa mientras el contrario le correspondió el gesto.

—alguno de los meseros pensarán que estás intentando ligarlo si sigues así —dijo jungkook riendo.

—no es con esa intención, y lo sabes —frunció el ceño.

—lo sé, hobi, pero yo te conozco y sé cómo eres. ellos no —dijo sacando un cuaderno de matemáticas.

hoseok iba a responder pero un “joder” que provino del mostrador lo distrajo, volvió la vista a su amigo, este tenía una mueca de desaprobación mientras miraba al chico de cabellos negros.

—debería cuidar su vocabulario —dijo jungkook.

hoseok no respondió nada, simplemente se acercó a su amigo y comenzó a intentar explicarle el tema de matemática.
para él no fue tan difícil, siempre fue bueno con sus calificaciones, pero claramente eso era producto de lo mucho que se esforzaba.

hoseok no pudo seguir con aquella clase porque el chico que antes los había atendido, el de mirada un tanto seria, había traído sus cosas.
las dejó en la mesa con sumo cuidado.

—espero que lo disfruten —dijo antes de irse rápidamente.

jungkook tomó un sobre de azúcar y lo volcó en su taza mientras hoseok hacía lo mismo.

—es bonito...

—y luego el enamoradizo soy yo —respondió jeon con una pequeña carcajada.

hoseok sonrió.
en verdad aquél chico era bonito. su cabello contrastaba muy bien con su piel pálida. el mesero de nombre desconocido era realmente muy lindo.

jungkook llevó la taza a sus labios bebiendo un poco—. sí, está muy rico.

hoseok pasó rápidamente su lengua por sus labios y bebió el capuchino, claramente era rico.

“¡mierda, yugyeom!”

el pelirubio rió al notar que jungkook casi escupió su capuchino. sus ojos estaban algo abiertos sorpresivamente mientras miraba hacia el mostrador.

—que maleducado —dijo mientras limpiaba su boca con una servilleta.

—tu reacción, debiste verte —siguió riendo mientras jungkook lo asesinaba con su mirada.

—no es gracioso hoseok. ¿y si mejor nos cambiamos de cafetería? —sugirió con su ceño fruncido.

—¿qué? no, jungkookie... sólo fueron unas malas palabras...

—es tan irrespetuoso que diga eso, al menos debería bajar la voz. me desagrada completamente la situación.

el problema era que a jungkook le molestaban de sobremanera los insultos. y aunque a hoseok le cause el mismo efecto, esta vez, cuando aquél chico de piel pálida lo dijo, no sintió enfado. sintió algo completamente distinto, una corriente había recorrido su cuerpo de pies a cabeza.