Los días pasan en un remolino de colores, sensaciones y experiencias.
Todos los días a las seis de la mañana me despierto para el entrenamiento y pienso en lo afortunada que soy... luego de eso, suelo pensar "hoy será el día en que me descubran", pero hasta ahora no ha pasado.
Estoy haciendo mi rutina pre-entrenamiento, lo cual consiste en quitar el esmalte de mis uñas, hacerme el moño bajo más desarmado que pueda lograr y elegir entre una de las seis camisetas de hombre que poseo- lo cual me lleva a pensar que debo ir de compras pronto-, cuando mi móvil comienza a sonar.
Me apresuro a cogerlo antes de que el sonido despierte a Lexie, mi compañera de casa.
Lexie es alta, delgada, con el cabello rojizo y las uñas perfectas; no ha tocado un palo de hockey, ni mucho menos una pelota de fútbol, en su vida, lo cual la hace exactamente contraria a mí. Es mi mejor amiga desde que tengo memoria, y si bien no coincidimos en los gustos deportivos, sí lo hacemos en los hábitos de lectura. Es mi alma gemela literaria.
Pero volveremos a ella en otro momento.
Compruebo que me llama un número desconocido. Atiendo igualmente, pese a la hora y a que estoy apurada por salir de aquí; no quiero llegar tarde en la primera semana.
-¿Hola?- digo contra el aparato.
-Eh, hola. ¿Es este el teléfono de James Hamilton?
-...- tardo varios segundos, más de lo normal en contestar, porque si hay algo en lo que fui cuidadosa es en no dar mis datos personales a ningún compañero. Imaginen el lío en el que me metería si uno de ellos decide venir a casa y me encuentra sin mi disfraz- Hola, sí, este es su número. ¿Quién habla?
-Soy Alex Hudson. Estamos juntos en los Hawks. ¿Tú eres su novia?
-Ay, no, qué va... soy su hermana, Jamie- miento descaradamente.
-¿Jamie?
-Lo sé, nuestros padres no eran muy originales... en fin, te paso con James.
Camino en círculos por la habitación, esperando el momento prudente de cambiar mi voz. Finalmente, comienzo a hablar con Alex.
-Eh, Alex... ¿qué tal todo?
-Hola James, perdona por molestarte tan temprano... mi coche no funciona. ¿Puedes pasarme a buscar? Creo que mi casa te queda de camino; he notado que siempre llegamos desde la misma dirección...
-Claro hombre. Pasame un mensaje con tu dirección y en unos minutos saldré para allá...
-Gracias. Te debo una.
-¡Oye! ¿Cómo conseguiste mi número? No me quejo- agrego rápidamente-, pero no creo que nadie lo tenga aún.'
-Oh, tengo mis recursos... entonces, ¿vienes?
-Sí. Salgo ahora.
Cuando corto la comunicación, recibo el mensaje de texto de Alex. Reviso la dirección en mi GPS, sólo está a un par de calles de mi casa.
Termino de vestirme y salgo del departamento en busca de mi pequeño Escarabajo. Cuando llego a la casa de Alex- una construcción enorme, antigua, con un enorme jardín, y rodeada de una valla altamente vigilada, que me hace querer incendiar mi apartamento hasta los cimientos-, él ya está fuera esperándome.
-Muchas gracias por venir a buscarme- me dice cuando se ubica en el asiento del pasajero.
-No hay problema- respondo-. Está de camino...
Acelero el coche e intento concentrarme en la carretera y no en mi acompañante.
Alex es rubio, ancho de espaldas y con un rostro esculpido por dioses. Tiene unos ojos difíciles de olvidar, uno azul y el otro avellana, hermosos y expresivos. Jamás lo he visto de mal humor y es un compañero excelente. Si no estuviera fingiendo ser un hombre, probablemente babearía sobre sus perfectos abdominales... Aún así lo hago, sólo que intento disimularlo.
-Ten- me dice mientras estira una bolsa de papel en mi dirección-, mamá estuvo de visita y hace las mejores donas del mundo.
Cojo una y le doy una buena mordida.
-Mmm, amo a tu mamá Alex. ¡Esto está delicioso!
El viaje parece mucho más corto debido a Alex y sus comentarios ingeniosos. Además de apuesto, es agradable, divertido e inteligente. Él me gusta... me gusta mucho...
*************
Al llegar, ambos nos metemos al vestuario, donde ya se encuentran el resto de nuestros compañeros. Nos ubicamos juntos en uno de los bancos y comenzamos a ponernos nuestros patines.
-Eh, ¿eso es una flor en tu tobillo?- pregunta Alex visiblemente asombrado.
-¿Qué?- pregunto descolocada. Cuando bajo la mirada, veo que la media se ha deslizado hasta dejar al descubierto mi tobillo, donde a simple vista puedes ver un ramillete de pequeñas flores silvestres tatuadas en tonos de rosa y violeta.
-Ehm, este... Sí, son flores. Es culpa de mi hermana en realidad; hicimos una apuesta, ella ganó y yo terminé con el tatuaje femenino. No es gran cosa.
-Te queda muy bien- me contesta carcajeándose-. Háblame de tu hermana; Jamie, ¿no?
-Sí. Es mi hermana pequeña, por aproximadamente tres minutos. Somos mellizos.
-¿Es bonita?
-Bueno, eso no puedo decírtelo yo... es muy parecida a mí, así que aquí tienes la prueba supongo.
Ambos reímos y el resto nos mira interrogantes. Se siente bien hablar con Alex; incluso cuando no tengo una hermana, sea melliza o no. Incluso cuando cada conversación es una mentira más acumulándose en la pila.
*************
Al terminar el entrenamiento, dejo a Alex en su casa. Luego, llamo a Lexie y la invito a ir de compras.
-¡Sabes que no tienes que preguntármelo!- me responde en un grito.
Nos encontramos en un centro comercial que está a unos veinte minutos de casa; no es el más cercano, pero está aún más lejos del estadio, que es justamente por lo que lo elijo.
-Hola nena- me saluda mi mejor amiga con su característica voz chillona-. ¿¡Estás lista para arrasar con todas las tiendas!?
-Mmm- finjo pensármelo y ambas reímos-. Lo estoy; más lista de lo que crees... Necesito unos jeans, un vestido para el cumpleaños de mamá, y mucha, mucha, ropa de hombre...
-Ay cariño... ¿todavía sigues con esa estúpida idea?- me pregunta con desdén.
-No es estúpido. Es mi sueño; es el sueño de papá. Ya logré entrar al equipo; necesito ganar este campeonato, ser imprescindible... quizás así logre que me acepten pese a mi género... Y tú, señorita chillona, deberías apoyarme: eres mi amiga, mi hermana. Y lo que hago es puramente feminista y lo sabes- digo medio en broma, medio en serio.
-Bff- Lexie bufa-, de acuerdo. Te apoyo. ¡¡Vamos a saquear las tiendas!!
Tres horas y media después, por fin nos sentamos a beber un batido. Mis pies duelen como si hubiera estado sobre los patines todo el día... Hemos encontrado el vestido perfecto para el cumpleaños de mamá, y también mucha ropa masculina para variar mi vestuario.
Ha sido un día estupendo. Pasar la mañana hablando con Alex ha sido otra cosa; e ir de compras con Lexie, hablar de hombres, de moda, chismear, es uno de mis pasatiempos favoritos...
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Cuando finalmente mi día termina y me recuesto sobre mi almohada, mi mente vuela sola hacia el sábado. Es la primera fecha de la National Hockey League. Y presiento que será un día muy importante...
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Tras una máscara
Chick-LitJamie tiene un sueño: ser parte de los Chicago Blackhawks, el equipo de hockey sobre hielo en el que su padre jugó por más de quince años. Sólo hay un inconveniente: Jamie es mujer; y los Hawks no admiten mujeres en su equipo. Si lo que Jamie debe...