Capitulo 8: Noche de chicos

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Yo, como Jamie, no había vuelto a hablar con Alex luego de nuestra cita. Yo, como James, y como masoquista en formación, lo oía hablar de mí, primero con ilusión, y luego con algo parecido al desconcierto cuando descubrió que no respondería sus mensajes.

Había tomado una difícil decisión.

Alex me encantaba y probablemente podría convertirse en el hombre de mi vida; tenía material de novio, marido, padre de mis bellos y rubios hijos... 

Pero el hockey era más importante que nada. 

No había pasado mi vida matándome en el hielo para que, al momento de finalmente ser un Hawk, echar todo por la borda por un hombre. No importaba qué tan tentador éste sea.

Así que me convertí en una de esas chicas. Ya saben, esas que se dedican a ilusionar hombres desprevenidos y luego desaparecer.

*****

-No lo entiendo- murmuró Alex, a mi lado, mientras se desvestía para entrar a la ducha luego de un entrenamiento particularmente arduo-. La cita ha sido estupenda, lo hemos pasado genial, o por lo menos yo lo he hecho. Me he esforzado en no ser un rarito... ¿Pero qué le pasa?

-Al- respondo intentando sonar indiferente aunque estoy demasiado pendiente de los abdominales de acero expuestos frente a mí-, lo siento. No sé qué decirte. Ella no suele ser así...

-Mmm- murmura con el ceño fruncido.

Decido que es momento de ponerme en el papel de amiga, y ayudarlo a olvidarse de ella- de mí-. 

-Mira, Jamie es mi hermana, pero tú eres mi amigo... y das pena. Tienes a no sé cuántas mujeres tras de ti. Las oigo gritar cada partido. Olvídate de ella; busca... busca a alguien más.

-No lo sé... quizás debería llamarla una vez más. No, ya sé. ¿Me invitas a tu casa? Si ella no sabe que iré, no tendrá más remedio que hablar conmigo...

-¿¡Estás loco!?- pero qué insistente- Entiéndelo Al, ella-no-quiere-nada-contigo. Olvídala... ¿Sabes? Tú y yo saldremos esta noche.

-No me apetece.

-Pues a mí sí. Pasaré por ti a las siete.

*****

-¿¡Pero tú estás loca o te has dado en la cabeza!?- me grita Lexie cuando le cuento mi plan para esta noche.

Lo cierto es que tiene razón. Estoy loca.

Pero es que soy incapaz de seguir aguantando a Alex con cara larga, sabiendo que soy la culpable. Que me da mucha pena.

Así que, en cambio, mi plan es torturarme toda la noche mientras busco mi reemplazo.

-Ya lo sé Lex. No es mi mejor idea... Pero tú no lo oyes todo el día hablando de mí. Me siento culpable; lo ilusioné y luego desaparecí. Y ahora debo remediarlo.

-Mira, yo no lo entiendo, ni lo entenderé. Alex te gusta, te he oído hablar de él desde que os conocisteis. No entiendo por qué no vas y le dices la verdad.

-Ésta no es una comedia romántica. No me besará bajo las estrellas cuando sepa que le he estado mintiendo. Me odiará. Quizás, si limito la cantidad de mentiras pueda al menos tolerarme- Observo el reloj; cinco minutos para las siete-. Debo irme.

*****

Hago sonar la bocina por tercera vez cuando veo aparecer a Alex por la puerta de su casa-mansión. Dios, está increíble. Lleva los mismo vaqueros que tenía en nuestra cita, que le quedan de lujo, y una camiseta gris que no hace nada por ocultar sus músculos.

Tras una máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora