Prólogo

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-Pero ¿por qué?- dije gritando y todavía sin saber por qué se le había ocurrido esa loca idea

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-Pero ¿por qué?- dije gritando y todavía sin saber por qué se le había ocurrido esa loca idea.

-¡Porque si William y no se discute más!- Me dijo mi madre con demasiada firmeza.-Te iras la semana que viene a estudiar el último año de secundaria y la universidad allá así que ve despidiéndote de tus amigos y amigas.- antes de que pueda salir por la puerta le dije.

-¿Y que no puedo terminar la secundaria acá e irme a estudiar la universidad allá?- le dije pensando que la haría cambiar de parecer.

-Ya está decidido, William.- sin más que decir salió por la puerta de mi habitación y no tarde ni un segundo en cerrarla con toda la fuerza que quería descargar desde que me entere que en una semana me iría a vivir a Los Ángeles con la Familia Morgan y dejaría toda mi vida acá, en New York.

Los Morgan eran unos amigos y socios de mis padres. Elizabeth Morgan y Rafael Morgan eran dueños de una empresa en Los Ángeles y tenían una hija de 17 años, Ashley Morgan.

A ellos los conocía y eran muy buenas personas. A la que no conocía era a Ashley,  ya que cuando fuimos con mis padres a Los Ángeles ella se había ido con su abuela a Florida de vacaciones así que no tuve la oportunidad de conocerla y ahora, en una semana, iba a tener que vivir con ella.

Agarre las llaves de mi auto para dirigirme hacia la casa de Liam, mi mejor amigo, a decirle la loca idea que se le había ocurrido a mi madre.

Me dirigía hacia la puerta para salir y subir a mi auto, el mismo que me habían regalado para mi cumpleaños. Era un Ferrari color rojo y me encantaba.  Estaba por marcharme cuando la voz de mi madre pronunciando mi nombre me detuvo en medio de la sala y tuve que girar sobre mis talones para poder verla.

-¿Se puede saber a dónde vas?- me dijo cruzándose de brazos y acercándose hacia donde yo estaba.

-A la casa de Liam.

-¿A qué hora vas a volver?- me dijo sacando el celular de su pantalón de jean.

-A las nueve y media de seguro.- le dije dándole un beso en la mejilla.- Adiós, mamá.

-Adiós hijo, a las nueve y media te quiero aquí para poder cenar.

-Okey mamá.- dije cerrando la puerta y dirigiéndome a mi auto para poder ir a la casa de Liam, eran las dos y media así que tenía siete horas para estar con él.

***

-¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!- dijo Liam casi gritando.

-¡No sé! Locuras de mi madre. Le dije gritando.

-¿Una semana? Mierda.- dijo lo último en un susurro.

-Una semana.- le dije mirando al piso, estaba dejando todo en esta ciudad.

-¿O sea que viene la próxima semana?- pregunté cruzándome de brazos

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-¿O sea que viene la próxima semana?- pregunté cruzándome de brazos.

-Si y no quiero problemas, Ashley.- dijo imitando mi acción.

-Tranquila no habrá problemas, si no me molesta no.

-Okey, eso espero.- y dicho eso se dio vuelta y salió por la puerta de mi habitación

Me acabo de enterar que William Paterson hijo de Rosie Paterson y Richard Paterson, amigos y socios de mi padres, va a venir a vivir a mi casa, nunca lo conocí y tampoco lo quiero conocer siento que no me va a caer para nada bien.

Agarre mi celular y llame a mi mejor amiga, Danna. Sonó un pitido, dos, tres y al fin contesto

Danna: Ash?

Ashley: Danna ¿podes ir al parque de la urbanización y esperarme al frente de los baños?

Danna: si, si claro, te espero en 30 minutos allá.

Ashley: Okey, besos.

Corte la llamada y me dispuse a arreglarme. Fui hasta mi closet y me busque unos jean negros con un top blanco que decía LOVE con letras rojas y negras y mis clásicas Vans negras. Una vez termine de vestirme, me dedique a maquille, me puse un poco de rubor, un poco de rímel y sobre mis labios puse un color rojo claro, agarre las llaves de mi auto, el cual me lo regalaron cuando cumplí diecisiete años. Era un Audi R8 negro, apenas lo vi quede fascinada. Salí de mi habitación y baje las escaleras pero antes de dirigirme a la puerta fui hasta la cocina y le avise a mi mamá.

-Mamá iré con Danna al parque, vuelvo en tres horas.- Le dije asomándome a la puerta de la cocina para que ella me escuchara.

-Bueno hija, cuídate, besos.

Salí y me dirigí a mi auto para ir al parque de la urbanización donde me esperaba Danna, me estacione cerca de los baños ya que la iba a esperar ahí y cuando me bajo escucho una voz muy conocida que grita mi nombre, era Danna.

-¡Zorra!- dijo gritando cuando venía corriendo hasta mi para poder abrazarme.

-¡Perra!- le dije con el mismo entusiasmo, pero esta vez ya estábamos abrazadas y mientras la abrazaba le dije.- En una semana viene el hijo de unos amigos de mis padres a vivir a mi casa.- dicho eso la solté y me quedo mirando con sorpresa, no esperaba eso, su expresión la delata

-¿Cuántos años tiene?- me pregunto cambiando su expresión de sorpresa a una pícara, ya sabía por dónde iba.

-17 años.- dije sin ninguna emoción alguna.

-¿Y te lo vas a agarrar?- me pregunto con la misma expresión de hace rato.

-¡Ay Danna! ¡No digas bobadas! ¡Claro que no! ¡¿Cómo crees?! ¡Dios!- le dije frunciendo el ceño y empujándola.

-¡Ay bueno!.- dijo entre risas.- ¿Vamos por un Helado? Lo necesitó para vivir.

-Vamos.- dije riendo.
Danna y su amor por el helado era increíble, simplemente le encantaba.

(Capítulo editado)

No me sueltes nunca ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora