El primer "Pleito"

728 43 16
                                    

Ya habían pasado tres semanas del incidente de la botella y ninguno de los dos, es más, nadie del equipo volvió a mencionar el tema para nada. Los momentos, grabaciones y diálogos continuaron tan chistosos como siempre, lo que no fue igual era la relación de Edgar con su amigo; sí coincidían en una habitación Cris prefería salir, sí no había manera de salir se quedaba callado en un rincón, sus saludos se limitaban a "¿Qué onda wey?" y "Nos vemos vato" nada más de lo que antes acostumbraban.

Ese día Edgar llegaba de la escuela y para su suerte se encontró a Cris tumbado en el sofá rojo con el celular en la mano, al parecer estaba solo pues el silencio del departamento cubría todo, era el momento perfecto para hablar o eso creía Edgar ya que sinceramente la actitud por parte de su amigo ya lo había aburrido.

- ¿Qué pasa?

- ¿Qué pasa de qué?

- No sé - dudó un instante pero se arriesgó a sentarse junto a él - ¿traes pedos con algo?

- ¿Yo?... no.

Esto era desesperante, sus manos tecleando rápido, la falta de contacto visual y más que nada ese tono de voz fastidioso en sus respuestas, no era el Cristian que conocía.

- Entonces ¿por qué te portas así?

- ¿Así cómo?

- ¡Así pues cabrón! - explotó - ¡¿te hice algo? ¿te dije algo?! Ya dime.

- Si vas a empezar de mamón mejor me voy.

- "Te vas" pura verga - lo alcanzó de la muñeca antes de que diera el primer paso - ahora me dices qué chingaos te traes Cristian.

- No traigo nada - sonaba molesto - y ya suéltame pinche Edgar.

- Me vas a decir ahora.

- ¡QUE NO TENGO NADA CON UNA CHINGADA!

Se giró para ver a su amigo a los ojos oscuros detrás de los lentes negros, lo miraba enojado, triste, incluso se podía decir que con resentimiento, el de barba se sorprendió de que los ojos grandes y cafés estuvieran así, al borde del llanto.

- Cris - empezó con toda la seriedad posible - si te pasa algo fuerte dime, ya fuera de mamada eres mi amigo y me preocupa, si puedo hacer algo por ti solo...

Fue interrumpido por un fuerte abrazo del moreno, lo apretaba tanto que casi le sacó el aire por completo, era como un niño pequeño que se escondía asustado, gimoteando y sorbiendo la nariz en los brazos de Edgar.

- Wey me estás asustando, ¿que tienes?

- Perdón - dijo entre dientes - perdóname.

- Wey no me haz hecho nada - su tacto era torpe, no sabía qué hacer - Cristian cálmate que me estás sacando de onda.

Haciendo un pequeño esfuerzo lo retiró un poco de su pecho, permanecía con la cabeza baja y temblando producto del llanto, chale, Edgar nunca fue un gran maestro del consuelo así que todo su aprecio se limitó a un apretón en el hombro de Cris.

- ¿Ya pasó? - el moreno negó - ¿puedes hablar? - volvió a negar - ¿entonces?

- Perdón.

Era lo único que decía y el de lentes no entendía ni siquiera de qué estaba pidiendo perdón así que hizo lo más prudente, esperar. Poco a poco el llanto se fue haciendo más espaciado, como un leve quejido, el muchacho aún no lo miraba a la cara y por raro que le pareciera se moría de ganas de abrazarlo y decirle que todo estaba bien aún y cuando no sabía que era lo que se suponía debía estar bien.

El sofá - Un fanfic de Cristian y EdgarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora