El primer "Beso de verdad"

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Todos habían salido para festejar el cumple de Toño, la noche se había ido en risas, bebidas, música, chistes, por supuesto que el momento bohemio a cargo de la guitarra reclamó su espacio y sorprendentemente todos participaron. El tiempo corrió sin darse cuenta para los presentes en el lugar y sinceramente el deseo de continuar no muchos lo compartían, entiéndase Edgar solamente, por supuesto que era divertido y claramente estaba feliz pero tenía que presentar un proyecto por la mañana así que una buena excusa siempre lo han sido las ocupaciones de empezar a ser adulto.

Su santuario de esponja y tela roja ya lo esperaba mientras se preparaba a trabajar, ¿qué mente sana tiene que hacer una presentación a las dos de la mañana?, un café y cuatro latas de bebida energizante serían su agradable compañía junto a un cojín que fungiría como el flamante escritorio que le hacía falta.

Por curiosidad entró a FB solo para ver que hacían sus amigos en el after, ya nadie publicaba nada solo las fotos que antes todos subieron, veía una a una aun con los sonidos vivos en su cabeza pues técnicamente acababa de pasar, se detuvo en una en particular donde salían todos abrazados, era cursi pero linda en verdad; de pronto lo vio, a Cris hasta el otro extremo de la foto y como sus enormes ojos se fijaban solamente en él, pensó que lo del tema de Cristian terminó el día de la confesión aunque la verdad era que solo había comenzado.

Todo siguió tal cual lo acordaron pues ya se hablaban un poco más a menudo y nadie notaba algo raro; solo él veía cosas que antes no había observado como el hoyuelo que se marcaba cuando su amigo sonreía solo de cierta forma, la vena en la frente que brotaba al ritmo de sus enojos, lo maleable que su pelo parecía, o la longita que había crecido descaradamente cuando trataba de agacharse. Estaba tan ensimismado que no escuchó la puerta abrirse.

- ¿Aquí estás wey? ya duermete.

Brincó del susto al darse cuenta que la imagen de la foto había sido materializada frente a él, Cristian llegaba todo sudado y con la ropa de la fiesta arrugada de tanto ajetreo, se le veían los ojos rojizos de sueño o quizá por lo alcoholizado que se encontraba, pero fuera de eso parecía la cosa más tierna que Edgar recordara.

- Tengo que acabar una presentación wey.

- ¿Es para mañana? - se acercó no mucho para verificar que era cierta su historia - pues si sigues pendejeando en tu perfil no creo que acabes pronto.

- Solo quería ver que hacían.

- Ya sabes, se pusieron de intensos con sus parejas y como me caga ser mal tercio preferí regresarme a dormir - con su habitual descaro se descalzó ahí mismo - ya sabes que no aguanto mucho esos jales.

- Ya se - cerró la ventana de la pc pues tenía algo más importante que hacer, y no era su presentación - oye Cristian tienes tiempo para hablar.

- ¿Sobre?

- Cosas.

- ¿Es por lo de la otra vez?

- Algo así.

- No wey, ya quiero dejar eso por la paz y pues ya... déjalo así porfa.

- Pero...

- Mira ya dije lo que tenía que decir, tú dijiste lo que pensabas y ya; no quiero intensear con esto o que este pedo se me vaya de las manos - se rascó la cabeza fastidiado - no quiero cagarla más.

- Solo una cosa.

- Pero solo una y no te vayas a pasar de verga.

- Bien, pero siéntate primero - le aventó de una limpia patada un pequeño banco del mismo tapiz que su sillón rojo - te estas cayendo de borracho, ya no aguantas ni madres.

El sofá - Un fanfic de Cristian y EdgarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora