Capítulo 7: Planeamiento y gran golpe en contra.

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El secuestrador, capítulo 7: Planeamiento y gran golpe en contra.
El plan era claro, eliminar al ministro como sea. Poul les dice a sus socios que tienen que introducirse en el ministerio, quién lo hará, pregunta. El secuestrador no puede, pero yo si, dice Ramón. Yo no puedo exclama Brandon, ya con los problemas de la comisaria es mucho, un paso en falso y me descubren, caeríamos todos. Yo puedo también afirma Gabriel, aparte tengo experiencia en engaños en el ministerio. Yo ni siquiera puedo utilizar mi nombre dice El secuestrador. Brandon quedas descartado, tú también secuestrador, Gabriel tú te encargarás de conseguir una credencial y documento falso, y tú Poul seras el infiltrado. Boquiabiertos quedaron Ramón, Gabriel, Brandon y El secuestrador, con la decisión tan concreta que había tomado Poul, era el líder y su decisión no se discutía.
Brandon y El secuestrador se dirigen a la comisaria para asegurarse de que todo este bien o por lo menos normal, pero en la puerta se encuentran con un abogado y varios hombres de traje. Se acercan y pregunta Brandon, qué pasa señores, hay algún problema. Usted es el comisario, pregunta el abogado. Si, si, afirma Brandon. Y este quién es, pregunta por El secuestrador. Es un oficial, estábamos trabajando en la calle. Podemos inspeccionar la comisaria, dice uno de los hombres de traje. Eso no sera posible sin una orden, dice Brandon. Pasamos por las buenas o por las malas, amenaza el abogado. Cuál es su nombre, pregunta El secuestrador. Miguel Maldonado, aparte eso no es de su incumbencia, contesta el abogado. Pasen, dijo Brandon.
Pasan solamente los hombres de traje, no encuentran nada extraño, sólo armas fuera de lugar. A los cadáveres se los habían llevado y la sangre la limpió Ramón.
Hay olor extraño, dice un hombre. Es común, es una comisaría dice Miguel. Qué tiene que ver, pregunta Brandon. Están llenas de basura, le dice el abogado. Esta no, comenta El secuestrador. Revisen bien todas las celdas, ordena Maldonado. Alto, eso es imposible, quieren qué se escapen algunos delincuentes, exagera Brandon. Los hombres de traje seguían dando vuelta la comisaría como buscando algo desesperadamente. No encontramos nada, exclama uno de los hombres. No hay nada raro u oculto, les confirma Brandon. De acuerdo, nos vamos, pero volveremos pronto, dice Miguel.
Qué crees que hacían esos sujetos aquí, pregunta El secuestrador. Tú qué crees, en unos meses ya seremos el grupo mas buscado del pais, responde Brandon. Hay que contarles a los demás cuando regresen, dice El secuestrador. Vemos que noticias traen ellos, contesta Brandon.
Poul y Gabriel se dirigen a la central militar, como Poul fue militar aún podía pasar, en el lugar el general no dejaba pasar a Gabriel. Poul ingresa solo, no te preocupes le dice a Gabriel. Poul habla con el capitán, le dice que si puede pasar un muchacho que viene a registrarse para ingresar al colegio militar. El capitán le dice que si, pero que sea rápido.
Vuelve Poul a la entrada, les dice a los de seguridad que dejen pasar a Gabriel. Ambos dos dentro se dirigen a un oficina, ahí Gabriel empieza a hacer una credencial falsa y también el documento, el nombre falso seria Rogelio Funes. Interrumpe un estudiante, qué hacen en la oficina del general, pregunta. Él nos ordenó hacer estos documentos, responde Poul, sino ve y habla con el capitán y dile que Poul esta aquí. El estudiante se retira. Apurate le dice Poul a Gabriel. Ya esta, dice Gabriel. Se van de la oficina. Salgamos directamente, ordena Poul. Los de seguridad piden las firmas de ambos, obviamente firmaron con nombres falsos y salieron.
Poul llama a Ramón y le dice que en 30 minutos este con un traje en el miniaterio. Ahí estaré, responde Ramón, ya consiguieron los documentos, pregunta. Si, si, grita Gabriel, soy un genio en esto.
Llega Ramón al ministerio y se encuentra con una periodista, la más importante de Argentina, Angela Hobs. Usted es del ministerio, le pregunta la periodista a Ramón. Si, si, afirma él. y cuál es su nombre, pregunta nuevamente. Eso no es importante señorita, se puede retirar o tiene alguna orden para estar acá, en un tono elevado pregunta Ramón.
Llegan Poul y Gabriel, ven a Ramón hablando con la mujer y se acercan. Señor ministro Funes, aquí tiene sus papeles que se olvido, le dice Poul. Oh gracias, tardaban un poco en llegar, ya se iba señora periodista, le pregunta Ramón. No señor ministro Funes, responde ella. Tengo que hablar en privado con mis amigos, le dice Brandon, y se retiran.
Qué hago, pregunta Ramón. Indentificalo primero, luego acercate a el y lo traes a nosotros, lo llevamos y lo matamos, ya estamos acá, no podemos perder esta posibilidad, contesta Poul. Yo distraigo a la periodista, afirma Gabriel.
Dentro de la sala de ministros, Ramón logra localizar a ministro de seguridad, se le acerca y le pregunta el nombre. Soy Luis Forrestel, ministro de seguridad hace 5 años, y usted, no lo había visto por acá antes, es nuevo, le contesta y pregunta a Ramón. Disculpe, yo soy Rogelio Funes, ministro de educación, hoy empiezo, le responde Ramón. Perfecto, tenemos que festejar, te invito a comer, le ofrece Luis. Esta bien, acepto, dice Ramón. Vamos ahora, le dice Forrestel. De acuerdo, contesta Ramón.
Salen del ministerio y la periodista Hobs se acerca a Forrestel y le hace preguntas, cómo sigue la investigación de los secuestros, ya tiene sospechosos, quiénes son sus nuevos amigo. Forrestel responde, señora periodista Hobs puede retirarse, son ministros, igual que yo. Y se van del lugar.
Suben al auto de Ramón y en la parte de atrás estaban Poul y Gabriel. Qué demonios es esto, grita Forrestel. Tranquilo, sino quiere apurar el final, le dice Gabriel. Arranca el auto Ramón, le dice Poul. A dónde me llevan, pregunta Luis. A un lugar del cual no regresarás, sabes quiénes somos, lo interroga Poul. No, pensé que eran ministros, dice Luis. Somos los culpables de los secuestros y de las muertes, le confiesa Poul. Vamos a Flores, le dice a Ramón, Poul.
Suena un teléfono en el auto, era de Forrestel, tenia un chip como GPS, cuando no contestaba se activaba. No atiendan, dice Poul, ya casi llegamos. Quien lo llamaba era Angela, la periodista. Avisa al ministerio y ahí localizan al ministro en Flores, avisan a la policía. Varios refuerzos se dirigen donde ellos se encuentran.
Bajan a Forrestel del auto, Gabriel con un revólver en la mano. No les servirá de nada matarme, vendrán mas por ustedes, exclama Forrestel. No importa eso, nosotros mandamos aquí y en todos lados, somos los secuestradores, dice Poul. Ya matenlo, quiero irme, dice Ramón. No tarda en llegar la policía, amenaza Luis. Gabriel dispara, pero con la mala suerte de que no le da el disparo al objetivo. Inútil, le grita Poul, yo lo haré. Agarra una escopeta del auto y le apunta al pecho del ministro. Suenan las alarmas de los patrulleros. Llegan rápidamente, los oficiales bajan y abren fuego contra los que estaban armados, Poul logra meterse al auto, pero deja la escopeta tirada, Gabriel huye corriendo y logra meterse a un subterráneo. Ramón queda tirado con mas de 10 disparos en su cuerpo, ileso sale Luis Forrestel. Ministro esta bien, pregunta un oficial. Si, estoy bien, ese es otro ministro, se llama Rogelio Funes, los que se escaparon eran los secuestradores, dice Luis. Tiene que fortalecer su protección a partir de este golpe ministro, le dice el oficial. Fue un golpe en contra, esto no pasará otra vez, contesta Forrestel.
Poul y Gabriel se encuentran con Brandon y El secuestrador. Dónde esta mi papá, cómo salio el trabajo, pregunta El secuestrador. Poul con voz triste, le responde, a tu padre lo mataron, llego un comando de policías, casi morimos los 3 y ese maldito ministro sigue en pié, hay que infiltrar a alguien ya, dice Poul. Ustedes lo dejaron morir, reclama El secuestrador. Mirame, soy incapaz de mentirte, nos cayeron y el no pudo huir, nosotros si, los oficiales abrieron fuego sin mediar palabras, exclama Gabriel. Brandon le dice, tranquilo primo, lo vengaremos, enviare a mi hermano para retirar el cuerpo de la morgue. A cuál, le pregunta Poul. A Leandro, vive con mi madre en un hotel en Palermo, le responde Brandon.

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