PARTE 2
CATRINA
No soy ni era tonta, en el momento que noté que se encontraba despierto tome una vara y me acerque a él sólo lo suficiente para tocarlo, aunque se echó a reír e inmediatamente me dijo que no me preocupara, que no era nadie malo y que lo soltara para poder salir de ese terrible lugar.
Tardó unos minutos acostado, pero cuando alzó la mirada pude verlo claramente; era un hombre alto, ojos color miel oscuro, tez morena clara. Parecía tener la edad de mi padre, no lo libere después de hacerle un sinfín de preguntas, unas muy cuerdas y otras no tanto, aunque en todo momento respondió mis dudas; a partir de eso me enteré que se llamaba Santiago y era dueño de una empresa de café, me dio una pequeña explicación de lo que era y a que sabía el café ya que le conté que mis padres no me dejaban tomarlo puesto que me decían que era muy pequeña para consumirlo y que si lo hacía no dormiría en una semana y me convertiría en un vampiro. Obviamente al escuchar eso comenzó a reír, no tarde mucho tiempo para liberarlo ya que se ganó muy pronto mi confianza y algo en él era familiar.
Cuando al fin salimos de la cabaña recién comenzaba amanecer, creí que estábamos en el mismo bosque a donde fui acampar pero no se parecía en nada, toda la vegetación era muy espesa, los árboles ya no eran robles, se habían transformado en pinos, el clima era frío y la niebla cubría todo. Caminamos alrededor de 4 horas a la orilla de un río con la esperanza de encontrar un camino, le dije en ese momento a Santiago que era mejor irnos por el bosque y que así no nos perseguiría quien nos rapto, pero me dijo que ellos no regresarían hasta el anochecer y era más seguro caminar mientras aún existía luz, al notar que era más lenta y sentir las primeras gotas de lluvia se retiró su saco y me lo coloco en la cabeza, para después cargarme en su espalda, en el transcurso del camino me contó que tenía una hija la cual debía tener mi edad , pero que no podía ver por problemas familiares.
Ya casi anochecía cuando encontramos un camino que, para nuestra fortuna, daba con un hombre que pasaba con su familia en su vieja camioneta con destino al centro del pueblo, ellos accedieron a llevarnos y dejarnos en la estación de policías después de que Santiago les contara lo ocurrido.
Esto fue muy ridículo porque no sirvió de nada ir con la policía, aquellas personas que nos secuestraron nos fueron a buscar al pueblo y argumentaban que Santiago me había robado y que yo padecía de mis facultades mentales; apenas logramos salir de la estación cuando el hombre que nos ayudó a llegar al pueblo nos vio y al saber lo que ocurría nos acompañó a buscar a un amigo que conocía, el cual transportaría sus gallinas a la ciudad en la mañana para venderlas, así que nos escondimos en la parte trasera de su camioneta junto a las animales, confieso que fue un poco incómodo pero sólo al inicio, ya que me quede dormida lo que restaba del viaje, no sé lo que paso después pero al despertar me encontré en una cuarto enorme con paredes blancas y detalles rosados; ya no me encontraba vestida de rojo, ahora tenía mi pijama rosada con moños, la cual me colocaba mi mamá cuando tenía miedo o estaba triste. También a un lado de mí estaba mi pequeña luciérnaga de peluche, me pare inmediatamente sin siquiera colocarme los zapatos y salí hacia la habitación donde se encontraban mis padres, Clara y Santiago, pero lo más extraño fue que mi papá y Santiago se estaban abrazando y mi mamá no dejaba de reír mientras que la tía Clara lloraba. Desconcertada les grite que quién había muerto, pero me dijeron que era todo lo contrario, pues resulta, señores que Santiago no era un desconocido, sino más bien era el mejor amigo de mi padre y el esposo de la hermana de mi madre, por ende era mi tío, sólo que después de la muerte de Leik y los problemas con la familia de mi madre, se divorciaron y le prohibieron ver a mi prima, por eso tuvo que desaparecer, haciendo creer a los demás que estaban muerto. Después de ese incidente, Santiago comenzó a convivir más con nosotros, se volvió un segundo padre para mí y por lo menos cada fin de semana venía a comer con nosotros.
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El velo
FantasyExisten diferentes reinos a los cuales se les ha dado el nombre de dimensiones, mundos o realidades; todas delimitadas por una fuerza de singular rareza, que, después de siglos ha convocado a la unión de los gobernantes acudiendo al llamado de la mu...