Mundo mágico II.

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-Aquí estás, Violeta- pronunció una voz macabra y siniestra.
Esa voz era tan conocida que pensé de inmediato en un ser; pero ese ser no existía de una forma sólida.
-Nos volvemos a encontrar.
No de nuevo, pensé.
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No sabía qué hacer.
Miré a todos lados, aunque sabía que no habría nada visible en ese momento, o por lo menos no de inmediato.
No escuchaba a nadie más hablar, ni siquiera respirar. ¿Qué les había sucedido a todos?
Había dejado de producir la esfera que nos protegía. No teníamos tiempo suficiente para organizar un enfrentamiento, mucho menos para recuperarnos si sucedía.
Sentí que alguien se acercaba a mí.
-No te preocupes- dijo la misma voz cerca de mi oído -, he venido sólo de visita.
-No eres bienvenido aquí- contesté inmediatamente.
-¿Acaso no lo sabías?-habló como si estuviera desconsertado-. Yo gobernaré aquí proximamente, así que tengo que mantenerme al tanto de éste lugar.
Me dirigí hacia afuera de lo que había sido un gran salón, aunque me detuve a pocos metros ya que una gota roja y brillante había caído sobre mi atuendo blanco.
Al dirigir mi mirada hacia arriba una parte de mí se desbordó, no logré pensar durante un momento pero pude mantener mis facciones intactas.
Al menos quince personas estaban levitando sobre mí. Entre todos ellos mi vista se posó en él. Denovan era el único que tenía gotas de sangre sobre toda su ropa, su cabeza inclinada hacia al frente y sus ojos cerrados.
Con un gran esfuerzo traté de calmar mi mente y rápidamente analice lo que podría ser eso. Probablemente estuviera haciendo algún hechizo; sí, eso debía ser. Mi mente pedía entre sollozos que así fuera.
-¡Sorpresa!- dijo de pronto el ser.
-Marchate- mi voz audible ante él.
Un gran viento que llevaba consigo sombras negras se posó frente a mí, cayendo ligeramente sobre el suelo.
Era enorme. En la parte superior de lo que debería ser su cuerpo, se veía un rostro macabro.
-Es un gusto verte- esa sonrisa se asomó en su rostro, como la última vez -.
-¡Marchate antes de que...!- grité, pero no me dejó terminar la frase.
-Aguarda- su voz tan relajada, como si fuéramos grandes amigos-, he traído un presente para tí.
No contesté ante eso, sabía perfectamente a lo que iba.
-Fue su último deseo. Él quería verte, pero no fue posible. En cambio tú sí lo podrás ver.
-Lárgate.- Debía contenerme. No podía, no debía saberlo.
-Calmate.
No podía ser posible. Él debería regresar pronto, era un elemental muy poderoso. Mi gente; algunos de los que estaban sobre nosotros eran personas importantes. Tenía que actuar rápido, algunos aún parecían respirar.
-No tienes ningún derecho aquí. Marchate.
-Pronto verás que yo he tenido la razón y me agradecerás por quitarte un problema que destruiría todo. Me agradecerás el haberte quitado a un sólo ser evitando la muerte de miles.
-¿Tú? ¿Pensar en los demás?
-Por supuesto, siempre lo he hecho.
-No tienes nada que hacer aquí. Largo.
-Nos encontraremos pronto, Violeta.
-Déjalos y marchate- dije refiriendome a todos los cuerpos que seguían arriba.
-Todo este tiempo lo he planeado con claridad, querida.- Algo parecido a un brazo se extendió desde la sombra y se acercó hacia mi rostro-. Sabes a lo que me refiero.
-No es necesario que pienses en ser destruido- contesté-. Llegaré a tiempo para terminar contigo.
Cuando otra burbuja comenzó a crearse entre mis manos la exploté; casi de inmediato salió una pequeña cuchilla que brilló mientras era lanzada hasta el ser.
Al llegar al inicio de la sombra, el arma comenzó su trabajo sacando destellos; aunque algunas partes del monstruo comenzaban a desaparecer, el resto de la sombra se dejaba caer velozmente al suelo, dejando únicamente una especie de polvo.
-Créeme, Violeta- habló de nuevo-. Volveré, y será pronto. Simplemente espera un poco, no te fallaré.
-No hables, las fallas están en tí. Incluso tú eres una.
-Sólo recuerda- una especie de suspiro se escucho cerca, el polvo que quedaba abajo se elevó con el viento y se esfumó.
El velo era su salida, lo sabía. Corrí lo más rápido que pude, pero no estaba ahí.
Al recordar a Denovan regresé aún más rápido de lo que había hecho anteriormente. Todos seguían paralizados. Los cuerpos levitando, los habitantes, incluso los viajeros seguían en el mismo lugar. No cabía duda de que su poder había aumentado más de siete veces.
Al primero que llegué fue a Den, que aún tenía sangre en su cuerpo, mis dedos tocaron su rostro levemente y fue descendiendo poco a poco. Cuando casi iba a llegar al suelo una brisa comenzó a correr llevando consigo más polvo, eso era en lo que se convertía él. Agradecí que simplemente fuera eso, que fuera un hechizo y no el elemental al que amaba tanto. Me hinque en el suelo con mis manos en las sienes aturdida por la velocidad en que había sucedido todo.
Los cuerpos que estaban arriba comenzaron a descender lentamente, los viajeros comenzaron a moverse un poco y de pronto todo fue rápido. Todos calleron fuertemente contra el suelo. Debía ayudarlos. Debía comenzar con los ejércitos, debía comenzar un nuevo plan.
La busqueda comenzaría tan rápido como me fuera posible.
-¡Violeta!- la mujer de ojos azules de nuevo.
Me incorporé inmediatamente y mi mirada se posó sobre ella, el espejo estaba roto y Clare había logrado salir; esa mujer me daría información y problemas, su rostro expresaba angustia y furia, la habían engañado.
-Creo que no es necesario éste drama- dije mientras me dirigía hacia Clare que se encontraba sobre la hechicera con una daga entre sus manos temblorosas.
-Claro que es necesario, ella me proporcionará poder.
-Ella- extendí mi brazo señalando a la hechicera- no existe.
Un líquido verde y viscoso comenzó a correr por la daga que fue enterrada al suelo. La mujer que estaba debajo se había esfumado y ahora estaba detrás de ella. Rápidamente le inyectó un líquido y Clare quedó de rodillas en un intento de levantarse, su mirada se perdió en la nada y al caer su cabeza botó graciosamente contra el suelo.
-Llevemosla a una habitación- le indiqué a la hechicera después de notar que se encontraba estable.
Ella simplemente asintió y caminamos juntas entre los cadáveres. Ahora debía arreglar algunos pendientes antes de comenzar el interrogatorio.

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