El velo

Mundo mágico V.

La noticia había sido lo suficientemente inesperada como para que Denovan se quedara inmóvil por unos segundos. La frase había desaparecido casi por completo. De pronto sentí sus brazos, cálidos, como siempre.
-Gracias- susurró.
Estaba muy conmovida, ahora tendríamos un nuevo futuro, uno en el que seríamos una familia.
Pasamos mucho tiempo en el jardín, hablamos sobre todo lo que había pasado y lo que creíamos que pasaría, pero la felicidad nos había cegado momentáneamente.
-¿Qué pasará?- un silencio nos invadió al instante. En mi mente yo estaba buscando formas de no dañar a nuestro hijo, de que tuviera un futuro estable.
Después de imaginar cientos de cosas Den tomó la palabra.
-Violeta, si él ha vuelto el peligro estará por doquier.
-Lo sé- el tono preocupado era evidente-. Como representante de toda una dimensión creo que muchas vidas están en mis manos, el control debe estar como una parte fundamental de nuestra sociedad, el ser madre es una nueva responsabilidad.
-Violeta, si tú estás conmigo yo seré la luz que gobierne la oscuridad.
Le sonreí con cariño, con lo que sentía en ese momento, me recoste en su hombro y no dijimos palabra alguna.
Después de estar juntos decidimos ir a un lugar que, aunque no era del todo mágico, mostraba un gran esplendor, con sonrisas hechizantes y esperanza encantadora.
Den me miró con una gran sonrisa, amaba todo momento en que hacíamos esto, eran los pequeños lujos que nos podíamos dar a pesar de todo lo que teníamos que realizar continuamente.
-Pasa tú primero- dijo haciendo un ademán-. Pero no me sueltes, no quiero que lo hagas.
Enrojecí y lo apreté más fuerte. El velo tenía cristales color carmín, su textura cambio a algo parecido al terciopelo, y al otro lado pude ver todo, no como antes, siempre había un toque distinto. Los olores, los colores, las flores, todo era tan hermoso. Creo que todos los seres que estaban aquí podían sentir el mismo calor que yo. Este día siempre ha sido muy especial para mí, y la forma en que lo llevan a cabo es preciosa.
Música por algunos lados, oraciones en otros, risas, humanos, todo enfocado en lo mismo, sus seres queridos.
Alguien que estaba sentado mirando con melancolía a aquellos que en algún momento le dieron amor, tristeza, momentos se felicidad y de enojo.
-¿Por qué ellos no pueden verme?- dijo al mismo tiempo en que se dio cuenta que yo lo veía-. Son felices por ahora, y eso también me pone feliz.
-Ellos te podrían ver si sus almas fueran puras, si su amor fuera verdadero y su esperanza estuviera en tí. Ellos te pueden ver, pero no se pueden dar cuenta.
Una sonrisa apareció en su rostro, leí en sus ojos el amor que sentía por todos los que estaban ahí.
-¿Ya ves, papá?- dijo un niño interrumpiendo mis pensamientos, miró al hombre que los veía-, trajimos todo lo que te gusta, ¿por qué nos dejaste de ver? Ya no me portaré mal.
El hombre enrojecio, lágrimas querían brotar de sus ojos.
-Pequeño, yo siempre estoy contigo. Siempre te estoy viendo, me di cuenta de que mejoraste en tus clases, también me di cuenta de que tus hermanos son un gran desastre, un desastre que crece cada vez más, que tu mamá ha trabajado mucho para verlos contentos. Y yo...- su voz sonó quebradiza y lo envolvió entre sus brazos- no me verán por un tiempo, pero diles a todos que los amo.
-Yo también te amo, papá. Mami me dice que tú estás en nuestros corazones, y que ocupas un gran espacio en el suyo. No la dejes porque yo la escucho llorar porque te fuiste.
-Dile que no me fui, y dile también que lea lo que dejé para ella en el jardín, también dejé cosas para ustedes, busquen entre las flores que más le gustan porque ese es mi primer regalo, las mismas que me recibieron en el otro mundo.
-¿Qué haces ahí?- una mujer con cabello café y tez morena se acercó al niño-. Tu padre habría querido que nos ayudarás, ¿no crees?
-¿Mamá?- el niño la miró con interés-. Papá está aquí.
La mujer lo vio a los ojos y le sonrió, extendió unas flores y él las tomó.
-Yo sé que él estará en donde nosotros estemos- afirmó-. Ahora dame tu mano y terminemos de arreglar esto.
-Tendremos que hacer la búsqueda del tesoro en el jardín.
-¿En el jardín?
-Sí, la primera pista que te daré son las flores que tanto te gustan. Papá te ama, y a mis hermanos también.
-Y yo a él- dijo con un tono de voz bajo que después subió-. Y a ustedes también, ahora vayamos a arreglar todo.
El hombre los vio mientras arreglaban su tumba, toda ella llena de colores por las flores que estaban ahí.
-Entonces mi hijo aún tiene un alma pura.
-Así es, esperemos que la conserve así por lo que resta de su vida.
-Trataré de ser un guía aunque ya no esté con ellos físicamente.
Toda la noche esperamos mientras las almas disfrutaban su noche, noche en la que visitaban a sus humanos, en la que festejaban su regreso.

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Sentí la presencia de alguien, lo que era extraño porque yo estaba solo, solo en este mundo. Una mano cálida se posó en mis párpados pero no pude hacer ningún movimiento. La luz iluminó mis ojos, temía parpadear porque probablemente nunca volvería a ver esto, era algo imposible, lo era. Una figura posada frente a mí extendió su mano y me dio algo que reconocí como una flor, todo era desconcertante y mis lágrimas no tardaron en brotar, eran miles de ellas, al fin logré conocer una parte de lo que me rodeaba.
《La verdad y el amor estarán en tu mente, el odio no se quedará atrás, así que usa cada una de esas partes para encontrar el centro de tu alma, para encontrarte a ti, para encontrarnos a nosotros.》
Nunca había sentido algo similar, la voz sonó en mi mente una y otra vez, traté de entender cada palabra, pero me resultó aún más confuso. ¿Quién era? ¿Qué había hecho? ¡Qué más daba! Tenía aquello que había deseado con tanto fervor. La silueta se alejó y yo solamente continué con mi llanto de euforia. Ahora lo haría todo, lo haría por fin.
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