MUNDO HUMANO (3)

63 6 0
                                    

Catrina:

-Perdón, perdón, Ezra.
Ahora quien está a punto de llorar soy yo. Él extiende sus brazos y yo correspondo a su abrazo; puedo pretender ser fuerte ante los demás, pero si estoy con mi familia me vuelvo tan frágil que mi corazón comienza a doler, pero sé que yo no fui la única a quien destruyeron.

-Está bien, Catrina. Llora, ya no lo ocultes más tu dolor, sé que no fue culpa de nadie, no hubiéramos cambiado nada a pesar que nos encontráramos con ellos en ese momento, nuestro destino no sería muy diferente al de ellos.

-No puedo, el dolor es muy fuerte, es como si me vaciaran desde adentro, ni en mi peor pesadilla soñé algo parecido, ya no quiero perder a nadie nunca más, duele mucho.

-Lo sé, pero aún tenemos mucho - menciona entre lágrimas-. Está Santiago, Abram y nosotros, si eso no te basta, prometo que nunca te voy a dejar, siempre te protegeré.

Después de un largo momento salimos de ese lugar en busca de Abram, caminamos en silencio tomados de la mano, cuando de pronto se detiene.

-Esa voz - sólo menciona eso y se queda estático.

-Ezra, es el oficial que te  dijo todas esas cosas horribles.

Él inmediatamente se pone enfrente de la puerta impidiendo que la habrá.

-No vas entrar ahí, Catrina.

-¿Por qué?

-¿Sabes qué? Entra si es lo que te place, pero ¿qué vas a hacer, entrar  y gritar? Que bonita te vas a ver gritando a un oficial inepto. ¿Qué va pensar José de nosotros? ya lo molestamos lo suficiente.

-Tienes razón.

-Que bueno que lo comprende bien, señorita. Debe de saber que siempre tengo razón.

-¿En serio?– digo en un tono serio y comienzo a sonreír.

-¿En serio qué, señorita?

-Bien, si quieres jugar vamos a hacerlo.
Él asiente y me dedica una sonrisa burlona.

-¡Oh! Pero qué sorpresa me da usted, caballero, veo que también puede incluir en sus tan grandes cualidades la modestia. 

-Señorita, me tiene atónito. No sé si tomar sus palabras como un halagó o una burla.

-No sé, señor; yo le recomiendo que tome el sentido de mis palabras con basé a su comportamiento.

-Bueno lo tomaré como un halagó, pero le faltó halagar también mi buen parecido y la gran paciencia que tengo para controlar los demonios de mi querida amiga Catrina.

-No sé si reír o golpearte - digo entre pequeñas sonrisas.

-Mejor comienza  a reír y dejemos de hablar como los clientes de tu padre, además te vez bien cuando sonríes - dice antes de hacer una pausa -. Ya que estas más tranquila quédate aquí y espérame, voy por tu tío  para que él arregle los problemas, pero prométeme que no vas a entrar ahí por nada del mundo.

Le indico con la cabeza que sí e inmediatamente suelta mi mano para emprender una carrera en busca de mi tío Santiago. Me quedé unos cuantos minutos sentada y recargada contra la pared, casi me quedo dormida cuando un fuerte grito me despierta; esa voz la conozco, es de Abram. Antes de que rompa mi promesa salgo corriendo del ahí y llego a un pequeño jardín dentro del edificio, en el cual hay un árbol en su centro, me recuesto en él  y comienzo a cantar una melodía que mi mamá tartamudeaba todo el tiempo y en lugar de ayudarme me hace llorar.

-Reloj, no marques las horas porque voy a enloquecer, ellos se irán para siempre cuando amanezca otra vez, nomas' nos queda ésta noche para vivir nuestro amor y tu tic tac me recuerda mi irremediable dolor. Reloj detén tu camino porque mi vida se apaga.

El velo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora