•Capitulo 4•

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         Dedicada a garciabere

Ya con todas las valijas en el baúl de la camioneta. Decidí que ya era hora de despedirme de la casa.
Volví adentro y subí las escaleras directo a la pieza de mis padres. Al abrir la puerta todos los recuerdos se me vinieron encima: las imágenes se me pasaban por delante de mis ojos como una película. Una secuencia de momentos tristes como alegres; risas y lágrimas, gritos, gestos, suplicas, todo...

<Todo lo que una vez quise perder, ahora lo quiero volver a tener>

Mirar cada esquina de esa habitación, de esa casa y no tener un recuerdo se me era imposible.
Di una ultima mirada y decidí irme. Baje las escaleras cual rayo y al cerrar la puerta de la entrada detrás de mi, no pude contenerme mas y una lágrima bajo por mi cara pero enseguida la limpie. Le puse la llave y gire, en cuanto la puerta quedo cerrada fui hasta la camioneta y me subí.

—¿Todo bien Mercedez?-. Pregunto Eduardo en cuanto subí.

—¿Eh? Si. Todo bien-. En cuanto le conteste mi vista bago a mi ventanilla, y mis recuerdos volvieron.

—Okey-. Fue lo único que me dijo.

—Mecha, el viaje va a ser largo. Te podes dormir si queres-. Me dijo Mauricio mirando hacia atrás en donde me encontraba yo.

—Si, igual, no te pensaba preguntar si iba a poder dormir o no-. En cuanto le dije eso Eduardo largo una carcajada y yo al rato lo acompañe, Mau al no tener otra alternativa se puso a reír con nosotros.

No se en que momento fue, pero yo me quede dormida.
Las pesadillas no me molestaron, porque no recuerdo que soñe.

<Si es que soñe>.

Pero pasado un rato largo, alguien empezó a mover mi hombro.

<Imaginen como alguien se pude despertar si lo molestan en el mejor momento del día, que es cuando se duerme>

—¡Eh! ¡¿QUE MIERDA PASA?!-. Desperté con todos los Herrera dados vueltas. Si no hubiera sido  porque llevaba el cinturón de seguridad, seguramente me hubiera pegado en la frente con el asiento delantero.

—Uhh, ¡Pero que carácter!-. Me dijo Mauricio riendo.

Me quede mirándolo unos minutos, respire profundo y le conteste.—Me podrías decir ¿Por que paramos? O ¿Que pasa?-. Se lo dije con una gran sonrisa          -nótese el sarcasmo-.

Se despeino un poco y me contesto.—Por que estamos en una estación de servicio, vamos a almorzar y justamente al frente hay una negocio en donde venden celulares-. Termino diciendo metiendo sus manos en los bolsillos de su jeans.

Mire el negocio y después a mi hermano.

—Okey-. Alargue la "o".—Emm, ¿puedo lavarme la cara primero y después vamos a ver los celulares?-.

—Como quieras. Pero sí, yo te recomendaría que te laves la cara-. Me contesto con un movimiento de cabeza como afirmando, después se puso a reír.—Te espero adentro-.

—Dale-. Y cuando se iba alejando le grite.—¡Forro!-.

Me desprendí el cinturón.

<Estuve con esta mierda todo el rato y no me di cuenta. B-o-b-a>

Chocados   [En PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora