❀ Tinta

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Asistir a la biblioteca definitivamente no era uno de los pasatiempos de Kim JongIn, lo cierto era que por muy cumplido que quisiera ser con sus deberes, sus amigos siempre buscaban la forma de sonsacarlo para llevarlo a algún rincón del castillo donde pudieran sentarse a disfrutar de hacer absolutamente nada.

Pero su madre había sido muy clara con él las vacaciones antes de regresar al colegio ese año, le había hecho sentarse en el comedor y mientras ella andaba de un lado a otro por toda la cocina porque le gustaba preparar la comida ella misma, había sido muy reacia al decirle a JongIn que no quería que reprobara ni uno de los TIMO que debía presentar ese año, ya que eran fundamentales para su formación académica.

—No voy a aceptarte nada menos de un S en tus TIMO, Kim JongIn, porque entonces tendremos una plática muy diferente a esta.

JongIn había asentido todo obediente como siempre solía ser en casa, le agradaba darle gusto a su madre, más cuando sabía que tenía razón. Estudiar en Hogwarts no era simplemente ir a pasar el rato con sus amigos mientras aprendía sobre hechizos y pociones, mucho menos era concentrarse el Quidditch.

Por eso era que se encontraba sentado en ese rincón de la biblioteca al cual nunca había asistido, y no tenía la más mínima idea de por donde debía comenzar. No era como si nunca hubiese estado en ese lugar, pero lo cierto es que no se había percatado de que hubiese tantas secciones de libros.

Tenía que ordenar sus prioridades y también hacerse un plan de estudios si no quería dar un Insatisfactorio o un Troll que hiciera que su madre le diera un par de bofetadas. Las materias que más se le dificultaban eran Astronomía, Historia de la magia, Pociones y Herbología, así que suponía que eran esas las materias que más debía reformar.

—D-disculpa...

La voz clara y varonil lo hizo levantar la mirada pese a que había sido un aparente susurro por parte del muchacho.

JongIn observó la piel albina del rostro de Do KyungSoo bajo esos cabellos azabaches y parpadeó, definitivamente era la primera vez que cruzaban palabras y estaba un poquito sorprendido de que el muchacho se hubiese acercado a él, porque solo compartían unas cuantas clases.

—¿Si?

—Ese es mi lugar, aunque... supongo que puedo buscar otro rincón.

La mueca en los labios gruesos de KyungSoo le llamó la atención a JongIn más de lo que consideraba necesario, pudo observar con detenimiento cómo los labios se despegaban en cámara lenta para hablar y la manera en que volvían a su lugar, frunciéndose ligeramente, solo lo necesario para que se abultaran un poco más.

Esencia de Amor ❀ KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora