Esencia de Amor ❀ KaiSoo

✨ Filtro de paz

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JongIn no estaba acostumbrado a levantarse temprano los fines de semana, esos días sumamente cargados de deberes pero en los cuales igual siempre encontraba tiempo de hacer absolutamente nada.

Sin embargo pese a que era sábado y apenas pasaban las ocho de la mañana, JongIn se apresuró a tomar su bufanda con los colores típicos de su casa para salir a dar una vuelta, como siempre decía a sus amigos cuando sus pies corrían a la biblioteca o algún rincón del jardín, en dado caso de que hubiese convencido al señor Ravenclaw de que le diera la luz del sol porque Hyung, si sigues así te confundirán con La Dama Gris o Sir Nicholas, a lo que el muchacho siempre le respondía poniendo los ojos en blanco..

Recorrer a esas horas el castillo con los pasillos casi desiertos mientras avanzaba presuroso, con las mejillas coloradas porque el aire helado de octubre se filtraba por doquier, haciéndolo estremecerse y acomodarse nuevamente la bufanda para cubrir sus labios y la parte baja de sus mejillas.

JongIn se desvío hacia la biblioteca y agradeció internamente que KyungSoo le haya reñido por no querer ir a los terrenos del castillo a esas horas, porque de haber sido así se hubiesen congelado en el camino. Observó a través de las ventanas la espesa neblina que rondaba en la distancia como era propio de esa temporada y se sacudió como si con eso el frío fuese a desaparecer.

Entró en la biblioteca y la encargada se giró en automático para recibirlo con esa mirada extraña que siempre solía poner cuando llegaba, quizá porque se le hacía extraño que estuviese ahí, o quizá porque era así de amargada todo el tiempo.

Llegó al rincón de siempre y encontró a KyungSoo sentado en el mismo lugar, con una humeante taza de café que lo hizo arrugar la nariz en automático, tan solo por un instante porque después se hundió de hombros y se sentó en su lugar, al lado de KyungSoo.

El bajito levantó la mirada y perdió la concentración en la lectura de un pesado libro que tenía entre sus codos, a KyungSoo le gustaba acomodarse de esa manera para leer, con ambos codos sobre la mesa y el libro justo dentro de ese pequeño círculo que formaba con sus manos. JongIn sonrió de ver su rostro tan temprano en la mañana porque no pudo evitarlo.

KyungSoo resopló y después bajó su mirada una vez más hacia el libro, el moreno se extrañó porque no había sonrisa de bienvenida para él, y de unas cuantas semanas para acá el adoraba ver esas sonrisas.

ㅡ ¿Mala mañana? ¿Acaso Peeves anduvo rondando por la sala de Ravenclaw?

El bajito negó en silencio y observó la humeante taza de café que estaba a unos centímetros de su mano.

ㅡ Café, deberías alejarte o podrías morir con el olor.

JongIn sonrió y le mostró los dientes perlados al bajito, quien frunció el ceño sin comprender.