Capítulo 2: Mi extraño nuevo hogar

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Fue triste ver que el cementerio durante el entierro de mi abuela estuviera desierto, aunque realmente no me esperaba otra cosa.

Después de una semana llorando, no tenía más fuerzas para vivir, estaba sola y quería seguir estandolo aunque la seguridad social no me lo permitiera.

De repente empieza a vibrar mi teléfono y yo, dudo en contestar con el miedo que invade mi alma. Contesté. Era exactamente quien me esperaba. La seguridad social que intentaban buscarme una nueva familia.

Han pasado tres días de estrés y papeleo y mañana visitaré a mi “nueva familia” pero nunca nadie me podrá arrancar la tristeza que permanecerá siempre en mi interior.

He estado toda la noche sin dormir pensando en cómo sería mi nueva casa. Ahora estoy frente la choza que será mi hogar durante el resto de mi vida. Sinceramente es el lugar más horrible que mis ojos hayan podido ver, ya que se me han nublado a causa de la fealdad que la rodea. La familia no es exactamente como me esperaba, ni de lejos es lo que me esperaba. Entro y lo único que me recibe es un gato negro que encima me traerá más mala suerte de la que he tenido. Doy un paso hacia delante y me encuentro un borracho tirado en el suelo diciendo chorradas sin sentido. De repente baja un niño, y lo único que me suelta es:

- ¿Quién es este callo de chica? Si es que es una chica...

- ¿Perdona? ¿Qué te has fumado cacho imbécil?

(El alcohólico bebe de su botella de Whisky del malo, mira a su hijo y dice: )

- Creo que es la chica que hemos adoptado

- ¿Crees? Yo pienso, y me dirijo hacía la cocina donde hay un muchacho más o menos de diecisiete años haciendo la comida. Él se gira y me echa una sonrisa amistosa. La verdad es que es bastante atractivo.

- ¿Cómo te llamas? - El pregunta con tono de intriga.

Eh, esto..mmmm..eee.. ¡Bella!, yo le respondo, con un tartamudeo que no me aguantan ni los panties.

- ¿Y tú? - Yo le pregunto con desprecio.

El me mira con mala cara pero al final me responde:

- Sean y el borracho del pasillo es mi padre, Jack y el niño que te ha insultado con pocas palabras, es mi hermano menor, Kowie.

- A.. Que interesante.., y ¿por qué es un alcohólico? ¿Por qué me habéis adoptado? - Le pregunto, aunque en realidad no me interese lo más mínimo su patética vida.

- Para empezar no es un alcohólico, solo que tiene una mala, racha. Y segundo, mi padre te ha adoptado para recibir el dinero mensual que nos proporciona la seguridad social por ofrecerte nuestro humilde hogar.

- Esto en vez de un hogar parece una caja de cartón a punto de derrumbarse.

El chico se gira y aparta la mirada, al alejarse murmura unas palabras: P-U-T-A!! Sin embargo no le hago caso ya que hablando con él malgasto el tiempo de mi corta vida, así que decido irme a casa de mi abuela y preparar la mudanza.

De camino allí, en el autobús, me encuentro un señor de aspecto extraño, tengo la sensación de que no para de mirar mi falda. Dios, creo que se acerca, mejor guardo la calma y me voy corriendo. Huyo. Por suerte él no tiene fuerzas para correr.

Con las prisas llegué a casa antes de lo que esperaba, no me extraña, corriendo... Cuando llego, me pongo manos a la obra, porque no me gusta el recuerdo que guardo del dúplex en la parte más alta del edificio. Empiezo por el desván, un lugar dónde nunca había estado, y la verdad, es que prefería no haber subido. Esta infestado de arañas, moho, y otras cosas aún no descubiertas por la ciencia. Es bastante grande si te olvidas de la suciedad que hay y piensas en una habitación blanca, limpia y espaciosa.

Hay muchas cajas, tantas que me puedo morir mirándolas todas, prefiero empezar por los libros empaquetados del estante de la derecha, me encantan las novelas de amor, Romeo y Julieta es mi preferida, aunque Hamlet les hace una gran sombra, los dos son del mismo autor: William Shakespeare...

¡Estoy looooca! ¡Estoy hablando sola! ¡Hay mi madre! Aunque no tenga madre... Da igual.

Esa caja es enorme me pregunto que habrá dentro...

Voy despacio por si me salen ratas o algo... Y de repente... ¡PAM!

¿Ésto es un árbol de Navidad?

¡Hay dios mío! ¿Por qué tenía un árbol aquí? ¿Y de qué año será?

Lo mejor que puedo hacer es tirarlo... Ya que puede que lleve siglos aquí.

Me acerco a una estantería donde habita una caja mediana de piel roja, es interesante y se ve a kilómetros. Decido abrirla.

¿Qué es esto? Parece una caja, es preciosa, está hecha de madera de caoba, y se ve por las escrituras antiguas y las circonitas incrustadas que pertenecía a mi abuela, hay un problema, no puedo abrirla. ¿Por qué no se abre la maldita caja?

Esto parece...

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