♡ Capitulo 8 ♡

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ADVERTENCIA: Este capitulo tendrá lemon (Relaciones sexuales) entre chicos, si no te gusta este tipo de contenido por favor no lo leas, si de antemano te gusta el lemon bien rikolino (¡Sucia! >:v) espero y lo disfrutes.

Pd: perdón si ha salido todo kk pero en verdad me esforcé :"c
Sin más qué escribir ¡DISFRÚTALO!

♢ Law ♢

- Deja de llorar, tonto. - Recargué mi frente con la tuya para ver mejor tu rostro. Te habías puesto colorado por mi comentario y con tus manos me apartaste rápidamente.

- ¡Idiota!

- Deja que te ayude.

Sequé tus hermosas lágrimas y volviste a besarme. Metí mi lengua en tu cavidad bocal, aquella que ya llevaba tiempo que quería probar.

Quitaste mi sudadera, empezaba a hacer calor, así que seguí tu juego, tu fuego me estaba quemando el pecho.

Me condujiste al sillón que tenía en ese cuarto, me acosté y tú te pusiste arriba de mí, dominándome por completo. Introdujiste tus manos por debajo de mi camisa y acariciabas mi pecho, rozando con mis tetillas. Besaste toda la extensión de mi cuello dejando marcas que no se quitarían en una semana.

Jadeaba, se sentía bien estar contigo, sentía estar en el cielo.

Tus finas manos me desnudaban en físico y alma, te sentía tan mío que no dejaría que te fuera esta tarde ni esta noche. Solo éramos tú y yo sin intermedios con pelo naranja. Era tuyo y eras mío.

Quitaste mi camisa y paraste con los besos, tus manos recorrían mis tatuajes, tu mirada estaba perdida, no estabas conmigo.

¿En dónde estarás cuando no piensas en mí?

Llamé tu atención dándote un beso suave en los labios y me sonreíste. Te quité tus prendas, estábamos desnudos y deseosos de pasión, deseosos de lujuria.

Lamías mis tetillas mientras frotabas tu polla con la mía, gemía sin miedo, sin vergüenza porque alguien nos escuchara, quería gritar tu nombre, hacerte mío y que me hicieras tuyo. Quería más de lo que me dabas porque no me bastaba con esto, no le bastaba al tiempo que había esperado por esto.

- No creas que me penetraras... No esta vez.

- Entonces ya hazme tuyo, no creo soportar más.

Relamí mis labios, ahora estabas debajo de mí, rojo y excitado. Besé tu pecho recorriendo tu piel hasta llegar a tu pene, lo agarré con brusquedad y lo besé, lo lamía de arriba abajo, tus gemidos se hicieron presentes y eso me ponía más.

Metí tu parte intima a mi boca, lentamente para hacerte sufrir, hacía pequeños vaivenes que aumentaron con cada segundo que te tenía dentro de mi boca, te la estaba chupando y debo admitir que me sentía tan alegre porque me prefirieras en estos momentos a mí que a Nami.

Mientras chupaba tu miembro masajeaba tus testículos.

- Law... ¡Nngh! ¡Me vengo! - Tus manos sostuvieron mis cabellos mientras yo succionaba con más fuerza tu virilidad. Por primera vez te viniste en mi boca y pude saboreara el amargo sabor de tu semen, aquel néctar del cual tenía curiosidad.

Abriste tus piernas mientras posabas tus delgados dedos alrededor de tu entrada, lo estabas estirando para poder recibirme. Con cuidado metí mi aparato reproductorio a tu entrada, se sentía bien.

- Estas muy estrecho Sanji. - Cuando terminé de entrar por completo esperé a que te acostumbraras.

- Cállate... maldito. - Te besé los ojos, te juro que estoy tan enamorado que no dudaría en morir sin más por ti, sólo por ti.

Empecé a moverme lentamente, tus gemidos hacían que me excitara más, quería aguantar estas ganas de follarte fuertemente, quería que me sintieras totalmente dentro.

Mi ombría entraba y salía de tu entrada y tus gemidos se hacían más fuertes, los sonidos que hacían mis testículos al chocar con tu culo te excitaban, te estabas masturbando delante de mí, me mirabas a los ojos y eso sólo me calentó más, las embestidas eran más intensas, más lujuriosas.

- ¡¡LAW!! - Gritabas mi nombre una y otra vez, cada vez más fuertes y el sonido de nuestros fluidos y nuestros cuerpos chocar con fuerza se podían escuchar sobre tus jadeos.

- ¡Sanji!

Te amo con tanta locura, Sanji, no puedo explicarte cuánto quiero ser tuyo, no puedo explicar que quiero que me ames como yo lo hago.

- ¡Me corro! - Te abrazaste a mi cuello y mordiste mi hombro.

- ¡Hazlo! - Te corriste y gritaste mi nombre muy fuerte, yo me corrí después de ti y te estremeciste por lo caliente que estaba mi semilla.

- Eres muy lindo cuando gimes mi nombre. - Saqué mi miembro de tu cuerpo y pude ver como mi semen salía de esta, te veías tan sumiso. Tan de mi propiedad.

- ¡Pff¡ ya veremos quién gime el nombre del otro para la próxima.

- Jaja ¿estás diciendo que seré el sumiso para la otra?

- Exacto. ¿Ok?

Nuestro "Ok" lo extrañaba, en verdad te echaba de menos.

- Ok.

- Mira maldito, ¡te corriste dentro y ahora me siento sucio, idiota! ¿Por qué no lo hiciste fuera?

- Porque no se me antojó. - Te abracé y besé tu frente, no quería que te levantaras, quería que estuvieras cerca de mí. Me acosté en el sillón y tu estabas arriba de mí, con tu oído en mi pecho, como tantas veces fantaseé con esa posición. Y como una ráfaga de viento se me vino a la mente la imagen de, Nami, y tu besándose. - ¿Y por qué, Nami?

Mi pregunta quedó en el aire, pensé que te habías quedado dormido, pero me miraste con ojos de tristeza, no estabas bien.

- El día que fui a tu casa, ese día ella se me había declarado, pero le había dicho que me dejará pensarlo... Quería ver si tenía oportunidad contigo. - Te quedaste en silencio por un largo momento, esperé la explicación, pero al ver que no te animabas, te acaricie la cabeza. - Pero no vi señal en tu rostro o en tu actitud. Te portaste cortante, pero en esos días ya era algo normal en ti.

- Me estaba muriendo por dentro... ¿Cómo no lo viste?

- Sabes que nunca demuestras lo que sientes, tonto, siempre tienes esa actitud sería, ¿cómo darme cuenta?

- ¿Entonces? ¿Qué pasará con ella?

Te quedaste en silencio y no volviste a decir nada en un minuto exacto, comprendí que no la ibas a dejar ir, pero tampoco me querías dejar. Me enoja que siga cayendo sabiendo que preferirás a una mujer antes que a mí.

- No lo sé.

Te alejaste de mi lado y te sentaste en la orilla del sofá. Te cubriste la cabeza con las manos y yo me pare de aquel asiento. Me encaminé a mi cuarto, no quería verte, estaba más lastimado ahora que hace una hora.

☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆

Cuando salí del cuarto me dirigí a donde estábamos. Te habías ido y sólo dejaste tu perfume instalado en cada esquina de la habitación, como un fantasma.

Sol estúpido.

Las Comisuras Del Sol.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora