Las Comisuras Del Sol.

♡ Capitulo 5 ♡

♢ Law ♢

Terminando las clases te encontré en la puerta de los baños, estabas serio, pensativo y se me ocurrió la idea de que tal vez en vez de ser tu Luna soy tus nubes.

Me atrapaste con tu mirada y corriste a mí, abrazándome y tomándome de nueva cuenta desprevenido. Ahora me ponías en duda, ¿Dejarte ir o seguir contigo?

Lloraste en mi hombro y no supe el porqué, sólo me limite a abrazarte fuertemente; pensé que Nami había roto contigo y también pensaba que sólo me usabas como un pañuelo de lagrimas y mocos.

Creo que después de todo eres mi sol y sin el sol no se puede vivir, yo no puedo vivir si ti ¿Vale? Pero eso no significa que algún día podría olvidarte y buscar un sol artificial.

Dejé que lloraras todo lo que quisieras, podía ver tus orejas rojas, eres tan tierno, tan lindo y encantador.

— No te alejes de mi ¿ok?

— Ok.

"No te alejes de mí", ¿qué querías decir con eso?, ¿acaso yo sólo lo estoy malinterpretando?

Aún seguiste abrazándome y yo seguía pensando. No recuerdo cuando me enamore de ti pero estoy seguro de que aquel día sólo tú tenías colores y todo a mi alrededor era en escala a grises. Algo frío y rutinario.

Nos separamos y logré limpíar las lágrimas que se deslizaban por tu rostro y sostuviste mi mano con la tuya, sosteniéndola justo en tu mejilla.

— ¿Estás mejor?

— Sí... Law yo... — Jamás terminaras la frase y dudo que lo hagas en otro momento, espero y algún día descubrir lo que querías decirme, si no fuera por tu tonta novia.

— ¡Sanji! — Posé mi mano en sus cabellos y le sonreí de forma burlona, él imitó mi acto pero con una sonrisa caída, algo opaca y distante, pero que lograba enamorarme una vez más, quitaste mi mano de tu rostro y me doy cuenta de que hay personas mucho más importantes que yo y eso me enerva.

— ¡Nami! — Te iluminaste cuando la viste ahí pegada a tu cuerpo, cuando aquella chica te abrazaba sonreías como si de eso dependiera tu vida. No quiero resentimientos hacia ella, pero es tan inevitable viéndolos en ese estado.

Odiándolos a los dos.

Mi vista se percató de una peli rosa, la hermana de mi sol, Reiju. Estaba enojada, se veía en su rostro, en cómo los miraba. Ella también se percató de mí mucho después, nos quedamos viendo por unos segundos y sabíamos que ninguno de los dos estaba de acuerdo con aquella relación. Apartó su mirada con un leve sonrojo. Me había dado cuenta de sus sentimientos y ella lo sabía.

Después de mirar a tu hermana mis ojos te buscaron entre esa cabellera naranja, estabas a punto de besarla y en frente de mí y de aquella chica que también tenía tu sangre.

¿Es que eres un sínico?

Tosí fuerte para evitar el beso y doy gracias porque lo haya evitado.

— Me voy, Sanji. Te veo luego.

— Sí, iré a tu casa esta tarde ¿ok?

— Ok.

Salí de aquel lugar hecho una bola de líos. Por una parte quería intentarlo, seguir con el cuento de las hadas y estrellas que conceden deseos, pero por otra parte, porque no soy tan idiota, quería desaparecer lo que siento por ti, abandonarte en el gran espacio de la soledad.

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Esperé por ti en mi casa y ¿adivina qué?, nunca llegaste.

No volveré a molestarte. No hasta que haya eliminado todo amor por ti.