-¿Te llevo a tu casa? –preguntó Lucas una vez que subieron al auto.
-No, llévame a la oficina – respondió Cass, pensando que por un tiempo más era mejor mantenerlo alejado de sus hermanos.
Ella apenas acababa de darse cuenta de lo que sentía por él y no quería que saliera espantado por el quinteto, necesitaba un poco más de tiempo para conocerlo y para aceptar los sentimientos que aquel hombre le despertaba.
-De acuerdo – respondió él accediendo a llevarla a la oficina.
La miró de reojo, sentía cierta distancia entre ellos y no le gustaba, quería recuperar la cercanía de cuando bailaron en aquel viejo edificio, volver a sentirla pegada a su cuerpo y vibrando con sus besos. Sin embargo parecía que se hubiera envuelto en sí misma, y lo peor era que él no podía dejar de pensar en los hombres que había en la vida de ella.
Era obvio que Cassandra sentía algo por él y no quería arruinarlo, de un modo u otro lograría que ella se enamorara tanto como él lo estaba de ella. Y lograría también ser el único hombre que ocupar su corazón y sus pensamientos.
Volvió a desviar la mirada hacia ella y su visión le despertó un ramalazo de intenso deseo, pero también aquello debía ser mantenido bajo control, aunque no estaba seguro del tiempo que lograría hacerlo.
Cuando llegaron al edificio donde estaban las oficinas, Lucas bajó y la acompañó a pesar de las protestas de Cass.
-No es necesario –dijo ella una vez más.
-No se ve mucha gente, al menos esperaré a que entres, debí llevarte a tu casa ¿Tienes para mucho? Tal vez pueda esperarte o llevarte a comer al menos.
-No te preocupes, tengo que arreglar algunas cosas para mañana, cuando termine llamaré un taxi.
-Puedo esperarte, no es molestia –insistió él.
-No es necesario, en serio. Vuelve a tu trabajo, Lucas.
-Está bien .Nos veremos mañana –contestó él a disgusto y le dio un beso ligero para despedirse.
Era tarde cuando Cass regresó a su casa, había almorzado algo ligero y se había quedado trabajando.Aprovechando que Tom había salido, había dado vueltas ordenando papeles en la oficina y había pasado horas dibujando cosas que le venían a la mente sobre el edificio, era como si las palabras de Lucas sobre que ella lo soñara hubiesen desbloqueado su mente y ahora las ideas fluían, por fin se sentía libre del miedo y la angustia del último tiempo.
Ciertamente aquello era lo que amaba y disfrutó del tiempo trabajando en soledad.
Sin embargo , al volver ni siquiera tuvo tiempo de abrir la puerta de su casa, Kenneth se adelantó.
Al entrar se encontró con sus cinco hermanos mirándola como si hubiera cometido un crimen federal.
-¿Dónde estabas? –soltó Bren
-Trabajando...
- Ni siquiera viniste a almorzar y es muy tarde.-acusó Liam.
-Y apagaste tu teléfono – completó Garret.
-Trabajaba y no quería que me molestaran.
-¿Dónde trabajabas Cass?, porque dejaste la oficina muy temprano –contraatacó Brendan
-Sí, fui a ver un trabajo, pero luego regresé, un momento, ¿cómo saben que dejé la oficina?
-Fui a llevarte algo de comer y te crucé cuando te ibas – explicó Kenneth.
-¿Quién era el hombre con el que te fuiste? –preguntó una vez más su hermano mayor.
-Un cliente –dijo ella y se dispuso a subir la escalera para ir a su habitación, no la interrogaban así desde los quince.
-El nombre Cassandra...-dijo Brendan y aquello la hizo explotar.
Empezó a revolver en su cartera y luego sacó el documento de identidad que tiró a los pies de sus hermanos.
-¡¡Veinticinco años!! Soy mayor de edad por si no se enteraron, si tienen dudas verifíquenlo...dejen de meterse en mi vida.-les dijo enfadada, sorprendiéndolos.
-Sólo estábamos preocupados...-aclaró Garret arrepentido.
-¿Preocupados porque trabajaba? Creí que eso era lo que querían, no han dejado de molestarme con ello desde que llegaron. Pues bien, estoy de nuevo trabajando en lo que me gusta y fuera de casa, tal como querían, así que déjenme en paz. Busquen algo que hacer con su tiempo libre, salten en paracaídas o algo...-les dijo finalmente y unos minutos después escucharon el portazo que daba al cerrar su habitación.
-Bueno, creo que sólo empeoramos las cosas.-dijo Liam
-Al menos volvió a trabajar –expresó Dylan como si aquello fuera un consuelo.
-Traigan la lista, veremos que podemos hacer – propuso Bren y sus hermanos lo miraron espantados.
-No creo que sea buen momento –dijo Garret
-¿Acaso quieren que se enrede con algún tipo inadecuado antes de que podamos hacer algo? Tenemos que conseguir al mejor hombre para ella, antes de que sea tarde. Sólo debemos ser un poco más sutiles.
-Tú no sabes ser sutil – lo acusó Kenneth y Bren sólo se encogió de hombros.
Al día siguiente Cassandra estaba trabajando en unos planos para el hotel de Lucas cuando le avisaron que un cliente la buscaba.
Era un hombre alto, moreno, sumamente atractivo y al que Cass recordaba haber visto en revistas especializadas. Era una especie de magnate de la construcción.
-¿Srta. O'Bannon? – preguntó él con voz aterciopelada cuando la vio y ella asintió.
-Soy Michael Flagerty y me gustaría tratar unos proyectos con usted. Apenas me dijeron que había vuelto a trabajar, quise contactarla –añadió él y aunque Cass era bastante inexperta descubrió una mirada de admiración en él.
Pasaron a la oficina y él le contó sobre los proyectos que tenía pensados. Era un hombre extremadamente apuesto y Cass descubrió que era totalmente inmune a sus encantos, en cambio era totalmente vulnerable a Lucas.
Tan sólo verlo le aceleraba el pulso.
-Me gustaría empezar cuanto antes – dijo Flagerty con una sonrisa.
-Lo siento pero por ahora estoy completamente avocada a la restauración del Neverless.
-Es una pena –dijo él.
- Hay más gente en la oficina con quien puede trabajar si así lo quiere.
-No, esperaré. Quiero trabajar contigo, admiro mucho tu trabajo – dijo él y ella no pudo evitar sentirse halagada.
-Entonces, será un placer colaborar con usted.
- Y a mí, nos vemos pronto – dijo él y se despidió.
-Sr.Flagerty, ¿cómo supo que yo estaba trabajando nuevamente? – le preguntó ella mientras él sostenía la puerta.
-Me avisó Brendan O' Bannon, antes habíamos hablado de lo mucho que me gustaría que trabajara para mí y él me informó – le contestó el hombre y Cass se quedó sin palabras.
La palabra NO no estaba en el vocabulario de su hermano mayor.
Fue decidida a recoger su bolso para ir a casa a acomodarle el cerebro a Brendan cuando llegó Lucas.
-Hola – dijo él
-Hola -contestó ella con una sonrisa
-Vengo a invitarte a almorzar, ¿puedes?
-Sí, sí puedo – respondió ella y luego de enviar un mensaje de texto diciendo que no iría a casa a comer apagó el teléfono. El quinteto no tenía cabida en una cita con Luc.
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Operación Cupido
ChickLitCassandra ha pasado momentos difíciles y ahora sólo quiere un poco de tranquilidad, peros sus hermanos, el quinteto O'Bannon, tienen planes diferentes. Ellos están decididos a interferir en la vida amorosa de su hermanita y encontrarle al hombre id...