Capítulo 14

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Definitivamente ya no estaba en edad de hacer esas cosas, era aceptable a los quince pero no a los veinticinco y las puntadas que sentía en el tobillo cada vez que daba un paso eran un claro recordatorio.

En un primer momento había pensado ir a casa de Maggie pero se sentía demasiado avergonzada para hacerlo, si sus hermanos habían hecho una tontería ella había actuado mil veces peor. Había hecho una niñería y ni siquiera le daba la cara para enfrentar a su mejor amiga, por suerte algo de la suerte irlandesa de sus ancestros la acompañaba, lo que le permitió encontrar rápidamente un taxi.

Cuando subió el hombre la miró de arriba abajo con una expresión algo tosca, por lo visto se veía peor de lo que ella esperaba. La chica le sonrió y aquello pareció aligerar el ánimo del taxista.

-¿A dónde ?-preguntó y ella dudó un momento.

-Al Hotel Venezzia –respondió.

Había escuchado muy buenos comentarios de aquel lugar, era uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, se regalaría a ella misma una noche de comodidad y lujo, se lo merecía y de paso podría apreciar el lugar que la crítica había alabado tanto.

El hombre sonrió, por lo visto el hecho de que hospedara en un lugar tan exclusivo lo reconciliaba con el mal aspecto de su pasajera.

Cuando llegaron, Cass sacó la billetera y le pagó, luego bajó apresurada.

Se pasó las manos por el cabello intentando acomodarlo y quitarle cualquier rastro de hojas o ramitas que le hubieran quedado. Estaba ingresando a un hotel carísimo con el aspecto de una vagabunda, sin embargo la perspectiva de un baño caliente, una cama mullida y una cena deliciosa le infundieron valor.

Se acercó hasta el mostrador y saludó a la chica de recepción que la miró como si fuera un bicho.

-Hola,¿podría darme una habitación?-preguntó ella.

-¿Tiene reservas?

-No, pero seguramente tendrá algo disponible.

-Sí, espere un momento, tengo dos habitaciones y una de las suites libres-dijo la chica y le informó los precios. Eran elevados, pero por suerte llevaba su tarjeta de crédito con ella. Eligió una y luego la chica le pidió su identificación.

Cass empezó a buscar en su cartera y entonces maldijo en gaélico.

Su billetera con el dinero, el documento y las tarjetas de crédito no estaba, tampoco su celular.

Obviamente se le habían caído en el taxi, había bajado deprisa del vehículo sin asegurarse de guardar bien sus pertenencias, de hecho llevaba la cartera abierta.¿qué iba a hacer ahora?

Intentó convencer a la joven de que la esperase, si le prestaba el teléfono podría llamar a la compañía de taxis y recuperar sus pertenencias pero era obvio que la mujer no le creía.

Por lo visto tendría que volver a casa con la cabeza gacha, sin embargo ni siquiera tenía para regresar, aunque podía tomar un taxi y pagarlo al llegar. Todo su ser se rebelaba contra aquella posibilidad, si volvía derrotada sus hermanos se creerían con más derechos que nunca a meterse en su vida.

-¡¿Cassandra?!-la llamó una voz familiar y cuando ella se giró vio a Lucas mirándola sorprendido.

-¡Lucas!-exclamó aliviada

-¿Qué haces aquí? ¿Qué te sucedió? – preguntó al acercarse y estudiar su estado.

-Me caí, es una larga historia, quería una habitación, pero perdí mi billetera en el taxi y..

Operación CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora