Capítulo 4

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Desperté abrazada a una almohada y aun con los ojos cerrados me dije a mi misma.

—Todo fue un sueño.
Pero al menos no lo dije en voz alta.
Abrí lentamente los ojos.
Una ventana con su persiana baja impedía que la luz entrara... Pero en mi habitación mi colchón no daba a una ventana...
Por poco salto de la emoción al darme cuenta de que aún seguía en la habitación de Bradley.
Me estire en la cama bostezando cual oso, apoye mis pies en el piso y me dispuse a bajar.
No se escuchaba ruido alguno en la casa ¿Qué hora era?
Continúe mi paso hasta la habitación...no era mi intención que todos me vieran en pijama, bueno de hecho en mi remeron y braga... Si espero que Bradley no lo haya notado.
Una vez dentro salte a la cama y tome mi celular que reposaba en la mesita de noche.
10:30 a.m.
No era tan tarde pero supuse que tal vez aún seguían dormidos.
Me peine mi corto cabello y me puse unos bally escoceses y una remera.
Ya que no había nadie o al menos eso creía me dirigí a la cocina.
—Hola—Saludo Brad—No quise despertarte tal vez ibas a tener jet lag hoy.
—Buenos días y gracias pero cuando paso la noche en otra casa acostumbro a levantarme temprano... O medianamente temprano.
—Hice Waffles toma uno si quieres.
— ¿Cocinas? —Pregunté extrañada.
—No pero si tengo hambre lo intento.
Tome un plato y me serví uno.
—Hay café ¿Quieres?
—De acuerdo—Respondí metiendo un pedazo de waffle a mi boca— ¿En dónde están todos?
—Fueron a hacer las compras navideñas—Respondió colocando una taza de café enfrente mío— ¿Está rico?
—Si—Respondí bebiendo un sorbo de café.
—Ya sé que están del asco.
—No son ¡Wow! Pero están ricos.
—No te creo, de todas formas gracias.
Seguimos comiendo en silencio hasta terminar la última migaja de comida.
Recogimos los trastos y los metimos a la pileta.
—Yo lavo—Dijo abriendo la canilla.
Tomo un plato y le puso detergente para luego enjuagarlo.
—No tienes ni idea de cómo lavar los platos—Dije riéndome.
—Claro que si se lavar los platos.
—Entonces sabias que existe la inteligente invención de la esponja en donde metes el detergente y luego friegas con eso... Por dios mira ese plato—Señalé riendo.
— ¿Qué?
—Está asqueroso.
— ¡Ey! —Dijo y me salpico con agua.
—Quítate y déjame lavar a mí—Dije empujándolo—No sé cómo sobrevives solo de gira.
— ¿Cuando dije yo que iba solo de gira?
¡Mierda! Julie di algo rápido por el amor de dios.
Me quede seca y voltee a mirarlo, trate de parecer confundida pero tal vez no lo hice del todo bien.
—Yo...

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