Kagura tiene que aprender a controlar su instinto asesino y esto solo podrá lograrlo si se va con su padre durante algún tiempo, Sougo el rey de los sádicos actúa de una manera diferente ante la noticia que pasara cuando se encuentren otra vez
Los rayos del sol le anunciaban al chico de largos cabellos rojizos que debía despertar, la noche anterior se había quedado dormido sin darse cuenta, pues las piernas de su pequeña hermana le habían parecido tan cómodas y el peso de su pasado se había esfumado, lentamente abrió los ojos y al levantar ligeramente sus azules safiroz se topo con ella dormida en la misma posición nada agradable para descanzar –seguramente le duelen las piernas – pensó el chico – que tonta debió debió de haberme despertado – aunque internamente agradeció que no lo hiciera pues pocas veces tenia la dicha de descansar como esa noche. El chico movió levemente a la chica tocando su hombro para poder despertarla, ella poco a poco comenzó abrir los ojos topándose con la inigualable sonrisa de su hermano.
-¿Qué pasa? – dijo la chica mientras se frotaba los ojos –
- Parece que nos quedamos dormidos – respondió el mayor – tengo algo que decirte – la miro directo y con la misma sonrisa de siempre le dijo – No te llevare con nosotros...quiero que te quedes aquí.
-Kagura cerró los ojos – Este es el lugar donde pertenezco....ya pensaba decirte que no iría...yo...realmente quiero estar en este planeta.
En ese momento escucharon como alguien tocaba la puerta ligeramente para después deslizar la puerta corrediza dejando ver tres siluetas conocidas por la chica, Kondo fue el primero en entrar para ser seguido por Hijikata y por ultimo dejando ver al sádico castaño de Sougo.
-Ooo veo que ya despertaron – dijo el gorila
-Les recuerdo que esto no es un hotel – dijo mayora –
-No te molestes Toshi, recuerda que Kagura chan es nuestra amiga –
-¿Ya está listo el desayuno? – pregunto el singular pelirrojo sonriente –
-¡Que esto no es un restaurante maldición! –Hijikata estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba-
-La comida ya está servida en el comedor - dijo el sádico ganándose la atención de los dos pelirrojos.
-Pues bien que estamos esperando- dijo Kamui
Narra Sougo
No quería acompañar a Kondo san y al bastardo de Hijikata a despertar a los monstruos devora todo que se habían quedado en el cuartel pero mis pies solo comenzaron a caminar en esa dirección, al entrar ambos ya estaban despiertos y sentados en el suelo, cuando les dije que la comida ya estaba servida les brillaron los ojos, hermanos monstruosos tenían que ser me dije internamente, el loco hermano se levanto primero ella trato de seguirlo pero hizo un gesto de dolor tal parece que le dolía algo, pero cuando trato de ponerse de pie y caminar sus piernas se doblaron provocando que su cuerpo callera con brusquedad al suelo, justo antes de caer sentí un impulso en mi cuerpo que me quería hacer correr a sujetarla, una sensación como si alguien me empujara fuertemente pero antes siquiera de que pudiera moverme un centímetro ella fue sujetada por su tonto acompañante, la tomo en brazos mientras ella se sonrojaba.
Narra Kagura
Ya había perdido la sensación en mis piernas por quedar en la misma posición toda la noche pero no me importaba, cuando llegaron los roba impuestos y trate de levantarme sentí como mis piernas temblaban sin fuerza haciéndome caer al suelo pero alguien me jalo del brazo cuando levante la mirada vi que era Kamui quien me detuvo luego me cargo como princesa entre sus brazos.
-Yo te llevare – me dijo mi hermano con una sonrisa que por primera vez no parecía fingida.
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