Kagura tiene que aprender a controlar su instinto asesino y esto solo podrá lograrlo si se va con su padre durante algún tiempo, Sougo el rey de los sádicos actúa de una manera diferente ante la noticia que pasara cuando se encuentren otra vez
En las calles de Kabukicho se encontraba un joven castaño acompañado de una morena de larga cabellera, se habían encontrado mientras ella se disponía a comer sus queridas donas pero, al ver al chico supo que ese día sus donas no serian tan ricas como de costumbre.
La morena sabía perfectamente a que la había ido a buscar el castaño, todo era demasiado obvio de adivinar, desde que comenzó su relación son el policía el temor de que la pelirroja regresara se había presentado y no es que no la quisiera ver de nuevo pues Nobume sabía que Kagura la consideraba su amiga y a diferencia de ella no haría nada para lastimarla, cuando la vio en el parque con su novio de cabellos violetas una gran tranquilidad la inundo pero al ver la reacción del castaño todo esa tranquilidad se fue a la basura.
-Hola – dijo el castaño con algo de nervios –
-Te habías tardado –
-¿Por qué lo dices? – el chico no entendía a que se refería ya que no quedaron de verse –
-Fue divertido mientras duro...-comenzó a caminar dejando al chico solo -...más te vale que la trates bien –
El castaño se quedo sin palabras mientras veía como la morena se alejaba del lugar, ella le dio una mordida a su dona mientras un par de lagrimas salían a recorrer sus mejillas.
Ahora la pregunta era ¿como acercarse a esa deprimida oji azul?, el romanticismo no era lo suyo y mucho menos el conquistar a una chica de manera normal aunque ninguno de los dos encajaba en esa palabra, asi que sin pensarlo mucho decidió hacer algo típico de él.
En la tranquila Yorozuya se encontraba Gintoki leyendo su Jamp como siempre, o al menos eso quería aparentar ante el 4 ojos que preparaba la comida, ambos estaban más que preocupados de que su pequeña hija y hermana adoptiva seguía con fiebre y sin despertar. De pronto una gran explosión los saco de sus pensamientos, el polvo no les permitía ver al culpable de ese desastre pero el hombre con ojos de pez muerto aunque no lo pareciera era un samurái bastante experimentado, no por nada se había ganado el apodo de Shiroyasha, fue el único que sintió una presencia entrando y saliendo de su vivienda en un segundo mientras escucho una voz bastante familiar diciendo "me la llevare por un rato".
Cuando Shinpachi y Gintoki reaccionaron el mayor se apresuro a buscar a la chica en la habitación donde descansaba, encontrándola bacía –
-¿Dónde está Kagura chan? – pregunto el cuatro ojos con preocupación –
-Fue secuestrada – respondió el peli plata
-¡Vamos a buscarla! – grito el chico-
-Tranquilo Shinpachi, ella estará bien...la buscaremos cuando caiga la noche...-aunque el samurái sabia que el castaño no dañaría a la chica no dejaba de ser un joven lleno de "necesidades" y ella una bella chica de curvas peligrosas –
El causante de tal alboroto Okita Sougo se encontraba ya en su vivienda, que no era el cuartel del Shinsengumi donde debes en cuando dormía, me refiero a su casa que casi siempre se encontraba sola. La silueta del chico era vista en una amplia habitación mientras cargaba a una joven mujer dormida.
-Se ve tan bonita mientras duerme, casi parece una chica normal – pensó el de ojos carmín-
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