James despertó de repente, sobresaltado.
Ya era el mediodía.
Un par de ojos lo miraba atentamente desde el borde de su cama. Desbordaban alegría.
- Desperté.
- Despertaste- respondió Lily, sonriente, aún sin moverse.
- Sí.
- Sí.
- ¿Qué día es hoy?
- Martes.
- ¿Martes?
- Sí, martes.
- Martes...
- Creo que quedamos de acuerdo en que hoy es martes- contestó Lily, preocupada de que James hubiese sufrido una contusión. Sin embargo, su cabeza lo único que hacía era tratar de encontrar la forma de abordar el tema que más le estaba preocupando- Pasaron cuatro días desde el partido.
- ¿Y cuál de esas noches viniste a verme?
Lily se paralizó. La pregunta la tomó completamente por sorpresa y no supo cómo responderle ni qué hacer.
- Viniste, ¿no?
Lily lo miraba fijamente en silencio. El color subiendo a su rostro.
- ¿O estoy quedando como un loco? ¿Lo soñé?
- No, no- se apresuró a responder- Vine ayer. ¿Recuerdas... todo?
- Sí, creo que sí. No lo sé. Supongo.
Los dedos de Lily, que hasta entonces habían estado golpeando el borde de la cama rítmicamente, ahora habían aumentando su velocidad.
- Recuerdo que me dijiste que me querías.
Mordió su labio, nerviosa. Por cada segundo que pasaba, James sentía que su corazón golpeaba con mayor fuerza contra su pecho.
Viendo que ella no sabía cómo seguir, tomó su mano y la atrajo para sí. Lily relajó su cuerpo y lo abrazó con fuerza. Un par de sus lágrimas mojaron el hombro del muchacho.
- Te quiero, James. Te quiero- tomó su rostro entre sus manos, sin darle importancia el estado de su propia cara- Estaba muy preocupada porque no despertabas.
James acercó su rostro al de ella. Esta vez completamente consciente y dueño de sus sentidos, besó a Lily suavemente. Cerró sus ojos y se dejó llevar por el momento. Podía sentir pequeñas chispas extendiéndose por su pecho. Las manos de ellas dejaron su rostro y bajaron hasta su pecho, donde podía sentir sus latidos ralentizarse.
- Estoy bien. Siempre lo estoy, Evans. Especialmente cuando estoy contigo.
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Despierta (Jily)
Hayran KurguTras resultar golpeado durante un partido de Quidditch, James queda inconsciente en la Enfermería. Los días transcurren pero él no parece demostrar ningún tipo de mejoría a pesar de los mejores esfuerzos de la Señora Pomfrey, haciendo que la preocup...