Yuuri está atrapado en un amor unilateral ya que se enamoró de Viktor Nikiforov su mejor amigo ahora debe luchar cada día por ocultar sus sentimientos y pensar que hacer después de escuchar la dulce confesión de un chico malo -Desde que vi tus ojos...
Todo comenzó con la llegada del chico nuevo al prestigiado instituto donde solo entran los hijos de famosos, políticos y millonarios.
Yuuri Katsuki llego este año como becado gracias a su excelente promedio. Debido a que es un chico tranquilo y tímido no ha hecho ningún amigo además aun está deprimido por haber tenido que dejar a su familia y amigos para tener que ir a vivir a Londres.
Con el paso de los días todo comenzó a complicarse varios chicos lo molestaban haciéndole bromas y humillándolo en especial un rubio, Yuri Plisetsky, hijo de una muy famosa actriz y cantante dueña de una casa productora- Miren a quien tenemos aquí, al cerdito japonés porque no te largas y dejas de lastimar mi vista con tu asquerosa figura - muchas risas se escucharon en la cafetería en ese momento, el pelinegro se levanto de su asiento con la mirada fija en el suelo y totalmente avergonzado solo quería salir corriendo - Eres patético, vas ir a los baños a llorar cerdo- gritó tan fuerte que todos los presentes escucharon y las risas aumentaron acto seguido el chico abandono el lugar lo más rápido que pudo.
Las lagrimas no se hicieron esperar y pronto empañaron sus ojos, era tanta su prisa por desaparecer que no se dio cuenta que una persona con ambas manos llenas de documentos estaba parada a la mitad del pasillo y termino chocando con él provocando que ambos cayeran al piso igual que una gran cantidad de hojas de papel - Yo lo siento estas bien- susurro levantando lentamente la vista solo para encontrarse con unos ojos azules cual zafiros de una belleza indescriptible -Si, lo siento también fue culpa mía, acaso te lastimaste estas llorando - pregunto preocupado el chico de larga cabellera plateada tez clara y finas facciones - No, no es nada- secó sus lagrimas con el dorso de su mano y desvió su mirada intentando ocultar el sonrojo en sus mejillas, se levanto rápidamente y el peli-plata hizo lo mismo juntos recogieron las hoja en silencio
- Por cierto soy Viktor Nikiforov - sonreía mientras extendía su mano - Y...yo soy Yuuri, Yuuri Katsuki- dijo tímidamente mirando al suelo correspondiendo al saludo - No sé qué paso, pero los chicos lindos como tú no deberían llorar, ven conmigo te enseñare algo- no espero por una respuesta por parte del japonés solo lo tomó de la mano y se lo llevó.
Mientras tanto en la cafetería
Una voz fuerte y atemorizante se escucho desde el fondo - Plisetsky es mejor que lo dejes tranquilo- dijo mientras se acercaba al chico rubio
- Piérdete Altin este no es tu asunto-
-Todo lo que tenga que ver con él es mi asunto así que mejor ten cuidado con lo que dices y haces- eso fue totalmente una amenaza que hizo que a más de uno le dieran escalofríos incluido el joven Plisetsky, pues sabían que no era nada inteligente tener como enemigo a Otabek Altin el chico malo del instituto hijo de una muy poderosa familia cuya grandeza solo era igualada por los Nikiforov.
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Otabek salió preocupado en busca del peli-negro recorriendo varios pasillos pero al parecer había llegado tarde pues alguien más ya estaba intentando consolar al chico cosa que no le gusto para nada.
