Sombras parte III

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Esa mañana dos rusos iban llegando al instituto sorprendiéndose por el gran alboroto que hacían los demás estudiantes, de inmediato un par de chicas se acercaron a ellos comunicándoles las nuevas noticias mostrándoles los videos y fotos tomadas donde se podía ver claramente como los dos pelinegros se abrazaban muy cariñosos y otras donde salían del lugar tomados de las manos. El rubio disfrutaba de lo bien que iba su plan y estaba preparando su discurso para hundir mas al cerdo y consolar a Viktor en sus brazos.

Mientras tanto el Peli-plata se moría de celos, definitivamente no dejaría pasar algo como esto. Necesitaba respuestas y las quería ya.

-¿Adonde demonios crees que vas Viktor?-intentó tomarlo del brazo pero fue inútil el peli-plata salió corriendo a toda prisa arrojando el teléfono de la chica al piso.

- ¡Mierda! ¿Y ahora qué?, tengo que pensar en algo y rápido- fue tras él y después de unos minutos pudo ver a Viktor discutiendo con Otabek, para después ver como el peli-plata se alejaba con el japonés. Esa era su oportunidad.

- Veo que el cerdo te cambio sin dudarlo por Viktor- decía maliciosamente para provocarlo.

-¿Qué quieres Plisetsky?- dijo con la cara más seria que tenia pues no estaba de humor para tonterías en ese momento solo tenía cabeza para pensar en Yuuri.

-Sabes que a Yuuri le gusta ¿Viktor verdad?, también debes de saber que le confesó sus sentimientos y fue rechazado. Pero lo que seguro no sabes es que ahora Viktor se siente igual por el cerdo- disfrutó viendo la mirada de desconsiento en los ojos de Otabek y continuo ahora mirándolo a los ojos con una sonrisa seductora en los labios.

-Quiero hacer un trato contigo- le confesó mientras se paraba en la punta de sus pies y se colgaba del cuello de Otabek -Yo quiero a Viktor y por lo que veo tu quieres al cerdo, a estas alturas ellos ya debieron arreglar las cosas y ahora estarán felices besándose, hay que trabajar juntos para separarlos- se acercó lentamente a los labios de Otabek - y sí todo sale bien tendrás una buena recompensa- estaba a punto de lograr besarlo cuando fue arrojado lejos.

-Lo siento pero no me gusta compartir y no quiero el mismo trato que tienes con J. J. - la cara de Yurio se volvió casi transparente por la sorpresa- ¿Creías que nadie lo sabía? Que vas y te acuestas con J. J. y luego vas y buscas meterte en la cama de Nikiforov también. - El rubio estaba tan estupefacto ante las palabras del pelinegro que no podía emitir sonido alguno- Pero no te preocupes lo que hagas con tu vida no me interesa en lo más mínimo, pero te lo advierto Plisetsky- su expresión cambio a una totalmente sombría dejando ver que no estaba jugando- si te vuelves a meter en mi camino o en el de Yuuri todos se enteraran de tus secretos incluyendo tu aventura con De la Iglesia.

-Maldición ¿cómo sabes sobre Leo?- pero solo obtuvo como respuesta media sonrisa.

Después de esto el kazajo se retiro para esperar a Yuuri en otro lado. Quería sentirse confiado y seguro pero una pequeña parte de su ser sentía duda, pues si bien Yuuri lo había aceptado como pareja este no le había confesado cuales eran su verdaderos sentimientos hacia él y ahora estaba lo que Yurio dijo, Viktor quería al japonés.

 Quería sentirse confiado y seguro pero una pequeña parte de su ser sentía duda, pues si bien Yuuri lo había aceptado como pareja este no le había confesado cuales eran su verdaderos sentimientos hacia él y ahora estaba lo que Yurio dijo, Viktor q...

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Yuuri siguió a Viktor al mismo hermoso jardín con rosas blancas donde habían estado juntos hace muchos meses atrás.

-¿De qué quieres hablar conm... - no pudo terminar la frase cuando ya estaba siendo atacado por las preguntas del peli-plata.

-¿Qué pasó entre Otabek y tú? ¿Por qué estaban juntos en la sala de música? ¿Te obligó a hacer algo?- dijo casi estaba gritando, no se podía controlar su cuerpo temblaba por la furia y los celos que sentía.

- Disculpa pero creo que te confundes con el tipo de relación que tenemos, porque hasta donde yo recuerdo tú y yo solo somos amigos tú lo dejaste muy claro cuando te dije lo que sentía por ti-. Respondió claramente enojado por la actitud del mayor.

-Por eso quiero disculparme fui un idiota, después de eso me di cuenta de que tu también me gustas y quiero estar a tú lado- Exclamó seguro de sus palabras esperando la aceptación del pelinegro.

Yuuri estaba muy sorprendido por esas palabras y habría jurado que meses atrás no dudaría en lanzarse a los brazos del peli-plata para besarlo y abrazarlo, pero esas palabras no llegaron más allá de sus oídos - Viktor yo estoy saliendo con Otabek y si te soy sincero no siento nada por ti. Pero guardo con cariño los momentos que compartimos juntos y como lo hiciste conmigo también te ofrezco mi amistad solo eso y si eso era todo yo me voy-. Terminó de hablar, dio media vuelta y se fue estando completamente seguro de sus palabras, ahora podría entregarle por completo su corazón solo Ota.

El ruso no se esperaba ese tipo de reacción en fondo deseaba que Yuuri aceptara sus sentimientos paro ya era tarde y eso le dolía, prueba de ello eran las lágrimas en sus ojos que ni siquiera se molestó en limpiar.

El ruso no se esperaba ese tipo de reacción en fondo deseaba que Yuuri aceptara sus sentimientos paro ya era tarde y eso le dolía, prueba de ello eran las lágrimas en sus ojos que ni siquiera se molestó en limpiar

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Encontró al kazajo parado a mitad del patio con la mirada perdida en la nada y aprovechó el momento para abrazarlo por la espalda -Yuuri- susurro tímidamente - ¿de qué hablaste con Nikiforov?- hubo silencio - Me dijo que le gustaba y que quería estar conmigo- el cuerpo de Otabek se tenso y apretó fuertemente sus puños- Yo... lo rechace correctamente- en un rápido movimiento se coloco frete a él acunando su mejilla con su mano.

-Quiero que me escuches, lo siento por ser un egoísta todo este tiempo pero no quería entregarte un corazón roto y con dudas, tú te encargaste de juntar cada pedazo y ponerlo de nuevo en su lugar por eso ahora te puedo decir con toda seguridad que... te amo-.

Se acerco para así fundir sus labios en un amoroso beso, pasó ambas manos por detrás de la cabeza de Otabek y enredo sus dedos en el suave cabello negro, este respondió sujetándolo de la cadera acercando ambos cuerpos aun más e intensificando el beso.

No era el primer beso de ninguno de los dos, pero era la primera vez que lo sentían en el alma.


Sabor a chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora