Sabor a chocolate

Palabras

Advertencia: este capítulo puede contener material que puede dañar tu susceptibilidad, se recomienda tener cloro a la mano, gracias.

Luego de que el director Yacov calmara a todo el mundo y diera por finalizado el evento le pidió a Yuuri que fuera a la dirección ya que alguien deseaba hablar con él, este se dirigió a toda prisa al lugar indicado pensando que la persona que solicitaba su presencia era uno de los reclutadores provenientes de una prestigiosa universidad, se sentía feliz y orgulloso tal vez esta sería muy buena oportunidad para conseguir una beca y asegurar sus estudios en una buena universidad.

Llamo a la puerta tres veces y una voz fuerte y grave lo invito a pasar.

-Buenas tardes, mi nombre es Katsuki Yuuri es un placer- Dijo de forma firme sin rastro de nerviosismo al mismo tiempo que ofrecía una pequeña reverencia a la persona que tenia frente a él.

Basto una simple mirada a ese hombre para que Yuuri se diera cuanta de quien se trataba y por supuesto que no era un reclutador, sus ojos, las facciones de su rostro, todo...

Ese hombre era el padre de Otabek.

-Ya sé quién eres- respondió de tal forma que la piernas de Yuuri temblaron y sintió que su alma abandonaba su cuerpo.

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En la mansión Nikiforov

-Es que acaso no te cansas de ser la vergüenza de la familia, no te basta tener esa apariencia afeminada que da asco, ahora resulta que también te gustan los hombres- las palabras que salían de la boca del señor Nikiforov no eran gritos ni reclamos eran simples y llanas palabras frías que iban directo al corazón de Viktor como puñaladas precisas y letales. - Sabes Viktor pensé que no podía estar más decepcionado de ti, pero vaya que te esfuerzas en superar mis expectativas. Deberías ser como tu hermano él si me enorgullece él si es digno de ser llamado mi hijo y llevar mi apellido, ahora quiero que vayas a tu cuarto y empaques tus maletas hoy mismo te vas a ir de esta casa ya tengo todo listo.- Le dedico una media sonrisa arrogante para después abandonar el cuarto donde se encontraba.

Viktor se sentó frente al gran espejo que adornaba su cuarto, solo para ver su reflejo por horas, sus lágrimas se negaban a salir ya estaba acostumbrado a ser tratado así por su padre, siempre se pregunto el porqué si él se esforzaba por complacerlo tanto como podía pero nunca era suficiente.

Tomó un par de tijeras muy afiladas y comenzó a cortar esas bellas hebras platinadas mechón por mechón hasta que la imagen en el espejo le mostro a un joven con el cabello horriblemente mutilado, se contemplo un par de minutos más dando paso a una sonrisa vacía y llena de dolor que se formo en su labios. Aun con las tijeras en mano extraños pensamientos se formaron en su cabeza - Tal vez sería mejor morir, ¿a quién le importaría? ¿Acaso alguien me extrañaría? Así estarían mejor todos ¿no?- él no se dio cuenta pero su voz temblaba y sonaba como un extraño alarido rogando por ayuda.

Se puso de pie y se dirigió lentamente al cuarto de baño para llenar la tina, mientas esperaba se iba quitando la ropa poco a poco hasta quedar desnudo, sobre su blanca piel se deslizaban suavemente las tijeras; una vez que todo estuvo listo se sumergió totalmente en el agua, en ese momento ya no podía pensar en nada solo se dejo llevar por el dolor que inundaba su corazón tomo las tijeras y las llevo hasta su muñeca izquierda clavándolas haciendo un corte firme sobre su delicada piel, la sangre no se hizo esperar, cálida, tibia bajando por el antebrazo para finalmente caer al agua coloreándola mientras tanto Viktor contemplaba la escena en silencio con preciosas lágrimas cargadas de agonía, de recuerdos llenos de soledad y desprecio que desde que tiene memoria forman parte de su vida.

Cerró los ojos, el recuerdo de una sonrisa cálida y dulce llegó a él- ¡YUURI!- Gritó de repente y reacciono horrorizado ante lo que estaba pasando, salió agitado de la tina y con una toalla cubrió su herida, se pudo poner una bata y se sentó en la orilla de la cama tratando de recobrar el control- Seré idiota, que fue lo que estuve a ponto de hacer- respiró profundamente y atendió su herida lo mejor que pudo con el pequeño botiquín del baño una vez hecho esto limpió todo el lugar sin dejar evidencia de lo que había ocurrido minutos antes.

Hizo sus maletas y salió de de ese lugar al que alguna vez llamo hogar jurando nunca volver, subió al auto el cual lo llevaría directo al aeropuerto. Tomó su celular y marcó al primer número en su lista de contactos.

-Yuuri, yo solo quería despedirme de ti voy a salir de la ciudad y no sé cuando podre volver a verte-

-Viktor... ¿todo está bien?- preguntó angustiado

-Sí, no te preocupes, quiero que tengas presente lo mucho que te amo y aunque no esté contigo tu recuerdo siempre me acompañara eres mi amor, mi ángel nunca lo olvides por favor.

Terminó su llamada y sin esperar respuesta alguna apago su teléfono y subió al avión que lo llevaría a una nueva vida.

Ese día algo murió dentro de él.

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-Por tu reacción creo que ya sabes quién soy pero deja que me presente, soy Aibek Altin, el padre de Otabek, siéntate por favor.

Yuuri obedeció de inmediato aun con su cuerpo temblando y al borde de un colapso nervioso.

-Sé muchas cosas sobre usted Katsuki pero lo que más me interesa en estos momentos es la relación que tiene con mi hijo, ¿Qué es lo buscas? ¿Dinero? ¿Poder? O ¿solo acostarte con él por diversión? Conozco a las personas de tu clase y se...

-¿Y qué clase de persona soy según usted?- si antes sintió temor en estos momentos se sentía lleno de ira no iba a permitir que le hablaran así- Es una pena que nos conozcamos bajo estas circunstancias y que tenga un muy mal concepto de mi; en cuanto a la relación que tengo con su hijo le puedo asegurar que es algo serio y a pesar de ser joven se que él es la persona con la que quiero pasar mi vida dicho esto espero que entienda y no se menta en nuestro camino- después de decir todo esto la realidad lo golpeo en la cara recordándole que estaba frente al padre de Otabek, uno de los hombres más importantes del mundo y de nuevo los nervios y el miedo ganaron terreno en él, pensando seriamente en salir corriendo o arrojarse por la ventana.

Aibek lo observaba serio con una mirada penetrante analizando cada palabra que salía de la boca del japonés estallando en una fuerte carcajada que sobresalto a Yuuri.

-La única persona que se ha atrevido a hablarme así fue mi difunta esposa Aiday tu me agradas pero eso no significa que vaya a entregarte a mi hijo así de fácil. No sé que tanto sepas de mi relación con Otabek pero te aseguro que no es muy buena, desde que murió su madre nos hemos distanciado y no encuentro la manera de hacerle ver lo mucho que me importa, cuando los vi besándose en la sala de conciertos- La cara de Yuuri se puso totalmente roja cual manzana madura- me di cuenta del gran afecto que siente por ti, él siempre se muestra con una cara seria e indiferente ante las cosas que suceden a su alrededor pero contigo es diferente.- dejo ir un gran suspiro y se acomodo mejor en la silla donde estaba sentado.

Te ofrezco un trato, yo te doy un cheque con muchos ceros y lo utilizas para demostrarme que eres digno para estar con hijo o puedes tomarlo y desaparecer de su vida, como puedes ver tu eres el que sale ganado.

Entonces ¿aceptas o no?