Dante 12

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Estábamos caminando por la ciudad hasta que llegamos a una cafetería. Nos sentamos uno frente a otro, el me miraba con una sonrisa bastante amplia que llegaba a ser un tanto siniestra.
-Dime jovencito- apoyo ambos codos en la mesa y colocó su mentón en las palmas de sus manos -Quién es la persona que fuiste a visitar?-
Di un pequeño respingo ante su pregunta y conteste lo primero que se me vino a la cabeza.
-A mi abuela- trate de sonar lo más convincente posible -hace unos meses le diagnosticaron Alzheimer y nos recomendaron internarla-.
-Vaya! Pero que jovencito más atento!- sonrió satisfecho -la mayoría dejaría de visitar a un familiar que se encuentra en un lugar como ese-.
Sentí algo de veneno en sus últimas palabras pero trate de no prestarle mucha atención. Ambos ordenamos algo de beber y seguimos charlando por un rato más hasta que saco un tema que jamás pensé que alguien sacaría de manera casual.
-Dime, tú crees en la vida después de la muerte?- me miró.
-Eh...- dude por un momento -si, si creo, aunque no es un tema que me guste discutir mucho-.
-Ya veo... y tú crees que cuando alguien muere tiene otra vida, reencarna, va al otro mundo o simplemente se dedica a vagar entre el mundo de los vivos?- se veía algo insistente en el tema.
-Yo creo que dependería de la muerte de cada uno- di un sorbo al café que tenía frente a mi.
-Pero crees que los fantasmas están aquí por venganza o por asuntos pendientes?- entrelazo su manos dejándolas reposar en la mesa.
Me empezaba a sentir incómodo con aquella platica, no quería seguir discutiendo acerca de eso así que evite la mirada y simplemente cambie el tema de forma discreta.
-Usted acaba de ingresar al instituto, por qué?- dije dando un sorbo a la bebida que tenía frente a mi.
-Si, un familiar trabajo ahí y quise investigar un poco de que se trataba-
A esta contestación le siguió un silencio bastante incómodo.
Entonces el hizo una pregunta que me sorprendió de sobre manera.
-Y cómo va el caso de la chica desaparecida?- dijo de manera relajada
Mis ojos se abrieron como platos, nunca me esperé que alguien más conociera sobre lo que estaba haciendo; mis manos también comenzaron a sudar.
-Este... yo...- las palabras estaban atoradas en mi garganta -como... como sabe eso?-
-Lo supe desde que hablo con la orientadora acerca de ese caso, incluso ayude un poco al dejarle aquel reportaje en su puerta-.
-Fue usted?!- estaba algo sobresaltado.
-Si- sonrió y se puso el dedo índice sobre los labios en señal de guardar silencio -pero no alteres a los demás-.
Mire a mi alrededor y habían algunos curiosos que nos observaban.
-Lo siento- susurre.
-No te preocupes, aún así tengo unas cuantas pistas más que te podrían ayudar a terminar de resolver el caso-.
-Quisiera escucharlas- me apresuré a decir.
-Pero creo que deberíamos ir a un lugar donde no haya tanta gente-.
Asentí, después de eso el profesor pago y nos pusimos en marcha, seguíamos caminando y la curiosidad me gano.
-Cuales pistas ha encontrado?-
-Vaya, la paciencia no es lo tuyo, cierto?- sonrió -pues... el caso fue bastante largo en especial porque dicen que el culpable se suicido y nunca se encontró a la chica, buscaron en todos los posibles lugares incluyendo la planta de agua oculta en el bosque que era la más probable, pero no hubo rastro, entonces comenzaron las sospechas de que hubo una segunda persona en el crimen-.
Escuchaba con atención olvidándome de lo que me rodeaba, parecía algo totalmente viable.
-Pero algo que no notaron las autoridades es que el culpable no cometió suicidio, sino que fue una escena del crimen-
Me sorprendí y deje de caminar. Qué diablos era eso? Alguien había matado al culpable? Por qué razón?
Entonces mire a mi alrededor... estaba en la planta de agua... un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, no me había dado cuenta de que habíamos caminado hacia allí.
-Dicen que pudo haber sido su hermano menor- se escuchó una pequeña risa a mi espalda.
Con temor fui girando mi vista lentamente hasta que lo vi... con una sonrisa torcida... y un tubo de metal en mano...
-Y el mismo te puede decir que es verdad-.
Entonces un dolor agudo a lado de mi cabeza me hizo caer, mi vista estaba nublada.
-S...scar... let- fue lo último que pude pronunciar antes de desmayarme.

Más allá del misterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora