Scarlet 3

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Le había contado a ese chico que yo era un fantasma y este había reaccionado mejor de lo que esperaba. Yo había muerto mucho tiempo atrás pero seguía y seguiría siendo una adolescente. Que edad tenía? No lo sabía pero estaba cerca de la edad que tenía Dante, creí. Tal vez 17?
El estaba corriendo a través de los pasillos del instituto tomándome de la mano, se sentía extraño que una persona viva me tocara pues nunca había pasado, las personas lo veían como si estuviera loco pues ellos no eran capaz de verme. El timbre sonó dando la señal de que las clases iniciarían nuevamente. Nos detuvimos frente a un salón y entramos tranquilamente, el me soltó y se sentó en el lugar de atrás junto a la ventana, yo lo seguí quedándome de pie justo detrás de él. Observe alrededor y todos los chicos ya estaban en sus lugares pero algunos seguían hablando. Voltee a ver a Dante, tenía un cuaderno sobre su mesa y se encontraba escribiendo en el, me acerqué un poco a ver que estaba haciendo al mismo tiempo que el termino de escribir.
"Puedes esperar a que mis clases terminen? Me gustaría que siguiéramos hablando en un lugar más tranquilo" decía en su cuaderno, me sorprendí por un instante pero después asentí levemente. Su clase comenzó y yo estaba sentada en el suelo detrás del asiento de Dante, este estaba escribiendo y yo comencé a jugar con mis manos, me aburrí en un instante, me levante y comencé a caminar entre las filas de estudiantes, mire a Dante y este me estaba observando, sonreí con ternura.
-No te preocupes, ninguno me puede ver o escuchar- sonreí traviesa -a menos que haga esto-.
Pase a lado de un chico que estaba luchando por prestar atención a la clase pero se estaba quedando dormido, así que vi su estuche que estaba no tan alejado del borde de la mesa y lo tire por "accidente", el chico dio un respingo y enseguida comenzó a recoger sus cosas que habían quedado desparramadas por el suelo; voltee a ver a Dante, el estaba tratando de aguantarse la risa, yo sonreí y me senté encima del escritorio del chico mientras seguía tomando sus cosas.
-Ser un fantasma tiene sus ventajas- dije en el momento en que me baje de la mesa y seguí caminando.
Me acerqué y estuve observando al profesor mientras resolvía unos ejercicios, sentía que eso ya lo había visto en algún libro, tal vez en los que había leído antes, y cuando puso el resultado supe que estaba mal, mire al chico rubio y este seguía apuntando en su libreta, me acerqué a él haciendo que me volteara a ver.
-Este está mal, es -7, no 7- señale en su cuaderno.
-Estás segura?- susurró levantando una ceja.
-Acaso dudas de la fantasma que acabas de conocer?- hable con una sonrisa de lado.
Dante lo corrigió y levanto la mano enseguida con confianza.
-Profesor, el resultado está mal, es -7-.
Sus compañeros lo voltearon a ver al igual que el maestro, este último revisó su respuesta con una calculadora.
-Es correcto, lo siento, ahora lo corrijo-
Dante sonrió y me vio con disimulo para no llamar la atención y con un movimiento de labios dijo: "gracias".
Sus clases concluyeron, yo le había ayudado a unos cuantos ejercicios, o los que conocía gracias a los libros de la biblioteca de la ciudad.
El guardo sus cosas mientras yo me encontraba sentada encima de su mesa balanceando levemente los pies, era de los últimos en el salón y sus compañeros comenzaban a salir a toda prisa así que se dirigió a mi.
-Gracias por haberme esperado- habló con sigilo
-No hay de que, cuando se es un fantasma no hay mucho que hacer, en especial cuando nadie te puede ver- conteste tranquila mientras lo observaba
Dante me miró con algo de timidez.
-Oh, ya veo- desvió la mirada -Me gustaría preguntarte tantas cosas... bueno, si es que me lo permites...-
Asentí ligeramente y sonreí.
-Claro-

Más allá del misterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora