Dante 13

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-Dante?-
Abrí lentamente mis ojos y un dolor punzante en mi mejilla se hizo presente, trate de moverme pero me encontraba con las manos atadas en el respaldo de una pequeña silla, mis pies también se encontraban atados, estaba totalmente inmóvil. En ese instante las últimas imágenes volvieron a mi mente y comencé a buscar con la mirada al profesor.
-Oh vaya, ya despertaste- dijo burlón -si hubieras muerto con ese golpe hubiera sido bastante patético-.
Estaba recargado en una pared con los brazos cruzados mirándome con gracia.
-Suéltame!- trate de romper las cuerdas pero estas no me lo permitían.
-Será mejor que te tranquilices sino quieres sufrir mucho- se separó de la pared y comenzó a caminar en mi dirección, vi como tomo un gran martillo arrastrándolo hasta donde estaba yo -será mejor que obedezcas, no tengo mucha paciencia-
Sentí pánico recorrer mi cuerpo, mi piel se erizo y mis ojos se abrieron como platos.
-Por... por qué haces esto?- dije con voz temblorosa.
-Bueno, en vista de que no puedes hacer mucho, te lo diré- levanto el martillo y lo puso sobre su hombro -te metiste en asuntos que no te incumben, te lo advertí, casi descubres el misterio y me atrapas-.
Vi como una sonrisa se formó en su rostro.
-Pero eso fue lo que hizo divertido el juego, desde que escuche que estabas buscando información acerca de Scarlet Bright decidí ayudarte a desentrañar el misterio que se ocultaba detrás, por eso fue que te estuve siguiendo todo este tiempo, desde el momento en que fuiste a la estación de policía hasta donde fuiste al hospital mental, pero no me imaginé que tuvieras tanta información como para descubrir que mi hermano era un sospechoso, ese idiota...-
Muchas cosas comenzaron a cuadrar en mi mente en ese momento, entonces la emergencia que ocurrió en la estación no fue al azar y tampoco el encuentro a las afueras del psiquiátrico.
-Pero fuiste tú el que dijo que tú habías matado a tu hermano! Porque?!- comenzaba a entrar en desesperación y angustia...
-Diego era un idiota, lo encerraron en el hospital mental gracias a que tenía esquizofrenia, prefería escuchar unas estupidas voces antes que a su hermano y también era una vergüenza para la familia mientras yo era el genio, lo ayude a escapar de ese lugar y lo ayude a conseguir un trabajo bajo el nombre de Félix junto con medicinas para controlar su enfermedad pero entonces el comenzó a obsesionarse con una mocosa hasta el punto en que la seguía sin que estuviera enterada, me pidió ayuda para mantenerla a su lado y lo hice pero Diego terminó cometiendo un error fatal, me harté y le dije que si quería estar con ella tenía que morir pero tenía miedo e hice lo que todo buen hermano haría... ayudarlo...-
Mi mente quedo en blanco al saber a qué se refería, mi miedo iba en aumento y comenzaba a sudar frío.
-Después lo hice parecer un suicidio y utilice un escrito de el donde decía como se había sentido después de la muerte de su amada para que pareciera su carta de suicidio- suspiro -Pero bueno... al parecer ya fue suficiente de hablar, quiero divertirme antes de deshacerme de ti-.
Entonces vi como este levantaba el martillo pero en ese momento las luces comenzaron a parpadear y se vio como una mesilla donde tenía varios instrumentos se volteaba con gran estruendo.
-Que diablos?- soltó el martillo y miro alrededor -que está...-
Yo voltee a todos lados y la vi, estaba de pie en una esquina mirándome, parecía un pequeño gato asustado, sus grandes ojos me miraban mientras mantenía sus manos juntas sobre su pecho y yo le sonreí aliviado.
-Scarlet...- susurre.

Más allá del misterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora