Capítulo 16

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Jodida vida.

-Bueno, no es que me gustes tú en particular, bueno, no tanto, eres linda, pero no eres mi tipo, qué te digo, pero eres una chica.

Esta tonta habla sin parar y no me deja entenderle bien.

No es que me sorprenda, pero Lizzie es un puton y yo le gusto, (Bueno, no tanto)

-Lizzie, estás muy cerca, retírate.-Le digo empujándola con un dedo.

-¿Querías saber cuál era el problema que tengo contigo? -Responde.

-Sí, ¿quieres que te bese o qué...?

Esta chica no esperó a que terminara de insinuarmele cuando ya había estampado su boca con la mía. Al comienzo intenté apartarme pero luego me dejé besar. Hasta que nos interrumpieron.

-Y yo pensando que Helena estaba matándote.-dice él riéndose.

Ya se quien es, no me digan. Edwar.
Lizzie se aparta de un brinco asustada y yo le sonrío a Ed, ¿se dará cuenta de lo zorra que es esta mujer?

- ¿Necesitas algo Edwar? Nos acabas de interrumpir.- Le digo aparentando mi mejor cara de enojo.

-Es hora de irnos, Helena.- Dice sin mencionar lo que acaba de ver.

- ¡Ah! Y Lizzie, creo que no deberías volver a la escuela e interrumpir a la señorita presente.

¡Bagh! ¿en serio? ¿Interrumpirme a mí? ¿Mientras ellos casi follan en su oficina? (O quién sabe si ya no lo habrán hecho)

-Eres un imbécil, Edwar. -Dice Lizzie pasando por un lado de él y dándole un empujón.

Ja. Ja. Ja. Todos son unos idiotas.Ojalá desaparecieran de mi vida.

-¡Anda! Vámonos Helen.- Dice Edwar con una risita.

-Espero que te metas a Helen por donde no entra la luz en tu cuerpo.-Le respondo empujándolo. ¡Qué imbécil!

Cuando llega a nuestra mesa David se para y se va siguiendo a Lizzie, ahora se irán a follar y me dejarán el trabajo a mi sola, ¡ah, no! Recojo mi mochila y miro a Edwar que sigue hablando con la anciana camarera y me escabullo con disimulo. Me vendría bien una caminata por este adorable pueblo.

********Horas más tarde***********

Me pregunto si es humanamente posible perderse en un pueblo insignificante y sin escapatoria. Tal vez estoy atrapada en esta maravillosa película llamada Camino hacia el terror, ¿quién sabe? Hasta eso podría ser posible.

He caminado dos horas seguidas, al comienzo pensé que seria divertido ver lo que había en el pueblo, pero ya no tanto, no hay absolutamente nada interesante.
En fin, ¿y ahora qué voy a hacer?
Unos metros más adelante hay una construcción abandonada, (creo que mi sueño de ir en un camino hacia el terror se está volviendo realidad) y como toda curiosa que soy me encamino hacia allí. Hay un pequeño camino hasta la entrada y se distinguen varios contenedores, y de un momento a otro se siente una rara vibración.
¡Mierda! Hoy no quiero morir, me acerco a la puerta de acero y la vibración se siente más fuerte. Empujo la puerta, que es algo pesada pero se abre un poco y sale música ruidosa, una especie de electrónica que destroza mis oídos. Me escurro por el pequeño espacio y al cerrarse  se ilumina el espacio con un color violeta neón (¿dónde carajos me metí?). Cuando mi vista se adapta a la luz me doy cuenta que estoy en un largo pasillo y hay otra puerta al final, me apresuro principalmente porque detestaría que saliera un loco psicópata, me arrancara la piel y se comiera mis tripas,  ya que sería asqueroso.
Esta puerta es menos pesada y si creía que antes se me estaban destrozando los oídos, creo que ya se me desintegraron. Siento una explosión de música y estoy frente a unas escaleras, desde aquí puedo distinguir los cuerpos de personas bailando y luces neones por todas partes. Me encanta.

Bajo la escalera a toda prisa y me doy cuenta de que todos estos idiotas deben ser del Instituto y los "universitarios" ¿quien más vendría a este lugar tan escondido? O a lo mejor es un club clandestino.
Me acerco a la barra pasando por la mitad de los cuerpos sudorosos (¡qué asco! )
-¿Qué te ofrezco, cielo?-Dice una voz conocida.
-¡Ay! !Joder! ¿Qué haces aquí, Juana?
-Pues trabajo aquí, niña.
-¿Sabes por dónde puedes meterte tu niña?- Le respondo.
-¿No te aburres del mismo monólogo siempre? -Me dice con una media sonrisa. -dime que vas a tomar o apártate para que otras personas tomen lo suyo.
-¡Eh! ¡Qué fastidiosa puedes ser! -Le digo riendo -¿puedes darme un vodka?
-Si eres capaz de resistirlo, te puedo dar uno gratis. -Dice Juana moviendo su cabello de hombro.
-No seas tan engreída, y ya dame algo, estoy cansada de gritar por encima de esta estúpida música.
-A la orden princesa.- Se va riéndose.

¡Estúpida!
No se demora cuando ya me ha traído el vaso y me pide el dinero de éste (ni que no tuviera con qué pagar)
Me lo tomo de un trago mientras ella atiende a otros jóvenes. Alza una botella y me sirve un líquido café.
-Tomatelo, vamos a ver cuanto puedes resistir.
Vuelvo y me lo tomó de un trago, whisky, conozco su sabor.
-Me sorprendes Blacke, no haces ni una sola mueca.- Dice con su estúpida media sonrisa, me está comenzando a fastidiar.
Se va un momento y me trae una piña colada.
-¿En serio quieres que me tome esto? Es una mariconada.- Le digo riendome tranquilamente, ya me siento más relajada.
-¡Anda! Tomatelo que creo que será lo último que tomarás esta noche.
Le pago los dos tragos y me voy caminado en medio de la pista de "baile". La verdad el lugar es muy cutre, pero han sabido mantenerlo.

Para ser un lugar tan abandonado y que sea sábado y apenas mediodía hay mucha gente, y eso es raro, ¿pero quien no querría salir de la rutina? Siempre lo mismo, y aun no llevo ni un mes.
Voy dando sorbos a esta "mariconada" de piña y veo unos sillones, me siento allí un rato a ver a los sudorosos bailarines hacer su trabajo, hay algunos simpáticos, pero desde aquí algo me dice que no les agradan las chicas, y no es por las piñas coladas que tienen en las manos. Me agrada.

-Una hora después-

Juana es una maldita, cuando volví por más alcohol no me quiso vender, lo más tonto es que ella creía que no aguantaba unos tragos, lo que ella no sabe es que he pasado mis días de soledad tomando con gente desconocida, pero este no es el caso, aquí está el maravilloso David también, creo que lo llamé con el pensamiento, no esta tan mal.

-¿Cómo llegaste a este lugar? -Me pregunta sentándose a mi lado.

-Pues la verdad no lo sé.- Digo riéndome de su cara de disgusto.

-¡Ah! No me digas, ?ya estás ebria? ¿Cómo piensas volver a tu casa?

-No pienso volver.

-No seas tonta, debiste caminar mucho para llegar aquí, no tienes auto y me imagino que te escapaste de Edwar. Va a estar muy enfadado contigo y no querrás tenerlo de enemigo.

-Mira guapo, gracias por el consejo pero esto no es asunto tuyo, ve a buscar a tu perrita faldera, ¿o es que ya fue a chupársela a alguien más?

Lo que no me esperaba de ese comentario es que David se riera y me agarrara de la mano, arrastrándome a quién sabe dónde, porque estoy segura que a la salida no es.

-¿Juana te dio unos tragos, no? Es un milagro que no estés volteada vomitando, pero estás borracha.

-¿Yo? ¡Ja! Ya quisieran ustedes verme arrastrándome por todos lados.

Creo que no debí haber hablado tan pronto, ya que cuando David me soltó lo primero que hice fue caerme.

-¿Decías?

¡He caído en vergüenza!

Black And WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora