All I Never Say

Irrealidad

Vuelvo, una y otra vez,
el pozo ciego en el que se consume la poca luz que alumbra mi cuerpo,
porque sí,
ya no soy un ser de luz,
deje de serlo cuando entendí
lo que es vivir de verdad.

Un vaivén de emociones que se entremezclan,
con las definiciones que otros te dan de vos mismo.

La vida es ese lugar misterioso que si pudiera volver a elegir, no elegiría.

La vida tiene escritas sus paredes con un olor particular,
"olor a fracaso" lo llaman algunos,
yo tengo ese olor impregnado en la piel,
lo destilan las heridas,
que mis propios silencios provocaron en mi alma.

Cada vez que me callé, el dolor se hacía más fuerte,
no pensar, no era suficiente, yo lo sabía,
no podría alejarlo por mucho más tiempo,
el destino me perseguía sin cargo de conciencia.
Lo hacía desde que era pequeña,
cuando una idea crecía más y más, cuando comprendí
que la vida no le sonríe a todos,
y que aunque me plante frente a ella con una mueca en mis labios,
nunca iba a poder ser feliz,
ya no recuerdo cómo se siente la alegría
me es algo tan ajeno,
tan distante.

E intento acercarme a ella con paso decidido
pero tropiezo y ruedo,
desciendo milenios,
en un juego que pronto acabará conmigo
estando tan lejos del final.