Día 20

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Taehyung llegó exageradamente temprano a aquel día al paradero. Jugaba con un cubo rubik luchando si debía desarmarlo o besar al pelinegro.

No, no, controlate Tae, ahora tienes novia.

Taehyung soltó el cubo y se tomó la cabeza con ambas. El no tenía permitido amar ¿Porque un pelinegro insignificante le hacia pensar todo lo contrario?. Ahora era él quién quería llorar hasta deshacerce.

Lo mejor era actuar como si nada pasase. Sí, eso era lo mejor.

Recogió el cubo del piso pero su mano fue atrapada por una mas pálida, elevó la mirada encontrándose con la tierna cara del pelinegro llena de lágrimas.

—Eh, perdón es tuyo.

El pelinegro le despegó la mano y se sentó. Taehyung tomó el cubo y se sentó también. Por los dioses, no quería mirarlo.

—¿Estas bien?.

—N-no. —La voz de él sonaba tan tierna, sólo quería abrazarlo.

—¿Quieres hablarlo?.

Después de un rato, el pelinegro al fin habló.

—M-mi familia me desprecia y mi mamá está al bor-borde de la muerte... —Hablaba a tartamudeos, Tae se estaba resistiendo. —Mi único amigo se separó d-de mí y mi mascota... L-la única per-persona que me quería... Murió...

Los sollozos largos del pelinegro le apretaron el pecho... Se encontraba tan solo y Tae se sentía tan vacío... Vacío como el bus que estacionó delante de él en ese preciso momento.

Un encuentro -no tan- clichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora