Rápidamente voy a explicar que, al menos en mi móvil, no me aparece el capítulo completo, así que esta es la otra parte.
-¿Ella estará bien?- pregunto. -No lo sé. Mañana es tu funeral. Deberías ir.- sugiere mi padre, como si fuera lo más normal del mundo ir a tu PROPIO funeral.
-¿Puedo ir?- pregunto. -Claro que sí, sólo que no puedes hacer más que ver.- responde.La veo depositar un beso sobre la madera. Maldición, cómo quisiera que se diera cuenta que aún estoy aquí con ella. Quisiera poder ser el hombro para que llore, pero ella está llorando por mí. No quiero ser el causante de sus lágrimas pero... como estoy ahora, ¿Qué más puedo hacer? Me acerco y soplo en su oído, pero recuerdo que nunca más podré hacer eso. ¿Qué hice? La veo correr al campo de entrenamiento que usó con Kakashi, la veo destruir todo lo que puede y luego se tira a llorar. -¡No es justo!- gritaba entre su llanto. Intento abrazarla, pero cuando estoy por tocarla algo me hace regresar arriba.
-¡___!- grito luchando por volver. Quisiera poder estar con ella una vez más, abrazarla una vez más, escuchar su voz, discutir con ella por última vez.
Fin flashback
-Sólo quiero que sepas que yo nunca te dejé sola. Siempre estaba a tu lado.- dije después de recordar todo eso.
-¿Siempre?- preguntó ___ mirándome a los ojos. Talvez el color de su mirada ha cambiado, pero el cariño que puedo ver en ellos es el mismo.
-Siempre, porque como tú dijiste: te amo en tiempo presente y siempre te amaré. Es lo mismo para mí.- digo para después besarla. La besé con pasión, sujetando su cabello para profundizar el beso. Ella muerde mi labio, eso me hace pensar en lo tanto que extrañaba esto. Nos separamos por falta de oxígeno y ella susurra
-¿Acaso tú... me amas?- a lo que respondo -Te amo, ___ Tsuki.-Fin P.O.V Neji
II: El mundo que ella vio
Después de pasar un rato, recuerdo las palabras de "mi señor". ¿Destruir el mundo shinobi? -Tenemos que salir de aquí.- digo poniéndome de pié. Golpeo la puerta, pero no logro abrirla. Comienzo a golpearla con mis hombros con el fin de derribarla, pero es muy grande y pesada. Me recuesto en la puerta y suspiro. Cuando siento, Neji está ayudándome a empujarla. Entre los dos lo logramos. Corremos por los corredores (Válgame la redundancia) y llegamos a la salida.
-¡Espera! Misuzu no regresó a su aldea... ella sigue ahí dentro.- me detiene. -Vamos por ella.- ordeno. Regresamos por los corredores buscando algún lugar en donde pueda estar ella. La encontramos atada de manos y pies a una silla, con los ojos vendados y la boca cubierta.
-¡Misuzu!- exclamamos al unísono mientras intentamos destarla. -¿Y Ayame?- pregunto. -No sé, creo que está con "mi señor"- responde. Ahora si que podemos irnos. Corremos lo más rápido que podemos, pues tenemos que encontrar a "mi señor". Sólo pasamos un par de horas ahí dentro, así que no puede estar muy lejos. -¿Logran verlo?- pregunto. Neji activa su byakugan, pero Misuzu por más que se esfuerza no lo consigue.
-Ese maldito seguro que también me lo robó.- dice muy molesta. -¿No le entregaste el Yumegan por voluntad propia?- pregunto. -No, me lo arrancó despiadadamente de la cara. Luego perdí la conciencia, así que es probable que también me lo haya quitado.- responde. -¡Está cerca!- exclama Neji. La luz de la luna llena se refleja en el lago cercano. En cuanto más nos acercamos, más fuerte se puede percibir un olor a quemado. ¿Qué estará haciendo? Lo encontramos con los ojos sangrantes, mi yumegan en ellos. Está recitando alguna especie de conjuro o algo por el estilo. Sus ojos se tornan completamente blancos y brillantes. Es atertador. -¡Detente!- grito. -¿Por qué debería?- pregunta. -¡Al menos dime qué planeas hacer!- exclamo.
- Voy a destruir a todos y cada uno de los shinobi. No quedará ni uno. Voy a comenzar por Konoha, luego Suna, y así crearé un mundo normal, completamente libre de la maldad de los shinobi. ¿Acaso no lo ves? ¡Voy a traer la paz al mundo!- grita. -¡¿Y quieres resucitar a los peores criminales para esto?! ¡Ellos también son shinobi!- argumento. No sé qué pasará con el mundo shinobi, pero si no lo detengo ahora ya nada volverá a ser como antes -¡Pero ellos estarán bajo mi control!- responde.
- ___, no tiene caso discutir con él. Acabemos con él de una buena vez.- dice Neji. -¡No espera!- exclamo. Tengo una sensación muy extraña, este tipo... me recuerda a mi padre. Él no murió. Estoy segura. -¿Recuerdas a Kazumi?- grito -¿Cómo sabes de ella?- pregunta. -¡Por que ella...! Ella es mi madre.- respondo. -¿Ella te dió el nombre de ___ Tsuki?- pregunta. -Si, ahora lo recuerdo. Tú te fuiste en un viaje de negocios, y nunca te conocí pero madre me hablaba mucho de ti.- respondo. -¡Y yo nunca te conocí porque unos shinobi asesinaron a Kazumi! ¿Cómo es que tú...- pregunta pero lo interrumpo. -¡No lo sé! Perdí la memoria, hasta hace poco comencé a recordar y además hay una foto tuya puesta aún en la repisa de la sala.- respondo. -¡No hay manera! ¿Puedes probar que eres mi hija?- grita. Recuerdo el collar oxidado de mi madre. Lo saco y se lo lanzo.
-Tienes el yumegan, examínalo. El aura color aguamarina oscuro es de mi madre. ¿Ves la foto? Son los dos, ella está embarazada.- argumento.
Él se queda callado. Luego comienza a llorar. -¡No puede ser! ¡Hija!- grita abriendo los brazos. No puedo evitar correr a abrazarlo. -¡Papi!- grito como una niña pequeña. Justo cuando estoy por llegar veo que la punta de un kunai atravieza su cuerpo. -¿Papi?- pregunto. -¡¿Papi?!- pero es muy tarde. Veo que cae, pero me llevo la sorpresa que dentro de su manga tenía un kunai. Hideki está parado detrás de mi padre con un cuchillo ensangrentado. -¿Lo sabías?- pregunto. -Te dije que cuando estuvieras en peligro yo vendría por ti.- responde. -Hmp.- dice... o bueno, se queja Neji. -¿Y ahora qué? Es decir, no se preparó mucho para lo que quería hacer.- dice Misuzu. -Primero vamos a la aldea Tsuki.- sugiero. ¿Dónde está Ayame?
ESTÁS LEYENDO
Siempre te amaré II (Neji y Tú) [#NarutoAwards]
Fanfiction-...Sí, porque te amo en tiempo presente y siempre te amaré-. Ha pasado un año desde que Neji murió protegiéndome. Casi todo se ha normalizado en la aldea, yo dejé mis tiempos de pelea desde que me despedí de él. Hace unos días un chico me hablo de...