Undertale AU UnderPower ||Overpower||

Sentimiento comapartido

Con celeridad tanto el adulto como la menor se encontraban casi en lo más profundo del laboratorio. Como era de esperar, aunque estos se hubiesen separado del grupo, Sans y Frisk no se habían quedado quietos a esperar, y por lo tanto los más obvio es que se hubiesen adentrado, como ellos.

Súbitamente, como si alguien hubiese dicho su nombre, la joven se detuvo. Con atención se dejó llevar por el encanto de la oscuridad que parecía embriagar y desbordar sus sentidos. Pero lejos de notar satisfacción en su ser comprobó su tan familiar sensación de miedo.

—¿pequeña?—el adulto se dio la vuelta para comprobar que le pasaba

La coleta baja de la menor se zarandeó a la corriente que las grietas de la estructura habían dejado pasar mientras está negaba también con su cabeza.

—Alguien llora, alguien grita, alguien pide auxilio... Lo sé, lo siento, lo intuyo, lo adivino,¡lo que sea que quieras que diga! Bren, no quiero ir—retrocedió mientras que sus ojos ahora de color tan menta como su alma dejaban ver que su poder estaba en plenas facultades. ¿Sentía algo de algún ser aquí dentro?

El moreno se arrodilló ante la chica y tomándole ambas manos la miró con fijeza.

—Estoy justo aquí. Si alguien pide ayuda o plañe no te preocupes, estaré aquí a tu lado para que eso no te ocurra a ti—levantándose otra vez le acarició el cabello—estamos juntos, y yo...

El alma del de ojos dorados emitió un brillo azul apagado que envolvió a la perpleja acompañante.

—Protección...—murmuró atónita

—Así es—el adulto realizó una aparentemente ensayada reverencia—aquí tiene la señorita el verdadero poder de mi alma, protección. Estas protegida. Prácticamente nada puede herirte.—con una sonrisa le extendió la mano—veamos quién llora ¿no el encantaría a la señorita quién es y mitigar su dolor?

Danae respondió con otra sonrisa y un asentimiento. Tomó su mano y juntos se adentraron aún más a las entrañas del lugar.

Pétalos de flores caídas bailaban al son del polen de las flores, crecían por todas partes.
Dos pequeños jugaban en un paisaje n...

—Ya les vale a estos dos—bufó Sans con casi desprecio

Frisk meció una vez más a Corey y con ojos cansados se encogió de hombros.

—No es su culpa, creo.

—¡Por supuesto que lo es!¡TODO POR AQUÍ ES SU CULPA! Malditos humanos...—murmuró con esfuerzo

—Gracias Sans, me algas con sus bendiciones llenas de amor—distraídamente siguió acunando a la criatura

—Tsk...

Un tiempo olvidado, una era olvidada. Cara olvidadas.
Eran mucho más que mejores amigos. Eran hermanos.

El oscuro laboratorio dejaba que al menos no acabasen con el pie en una lata de ácido, que las había, y no cayesen por aberturas del suelo más grandes que el agujero desproporcionado de Waterfalls.

—No sé qué hacemos aquí—murmuró Sans sin esperar respuesta—moriremos igual

—Puede ser, pero aquí quizá encontramos la esperanza que necesitamos.

—Necesitamos un milagro, no esperanza. Se mueren las plantas y los animales. ¿Cuánto quedará hasta que se mueran los monstruos que son animales? Poco, muy poco ¿y las plantas? Aún menos y sin ellas no nosotros podremos s-...—Una carcajada lo interrumpió

—No tienen por qué morir precisamente  por una razón así

Y ambos niños hicieron una promesa.