VI

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– ¿Él es HyukJae? –preguntó DongHwa al pasar a un lado de la silla en la que estaba sentado DongHae.
– Si – respondió él–. Comimos tarta de cereza, o bueno, él comió tarta de cereza. Vi el domo, me parece genial el trabajo que hiciste con él, casi no se nota – comentó con una sonrisa grande.
– Si hubiera tenido recursos no se notaría –. Con una sonrisa nerviosa, DongHwa acercó una silla para sentarse a un lado del escritorio donde DongHae dibujaba el rostro de HyukJae, como hacía con cada cosa nueva que llamaba su atención–. ¿Te divertiste?
– Mucho – sonrió con más entusiasmo del que generalmente asomaba por sus labios.
– No quiero parecer inflexible, pero sería bueno que ese tipo de cosas no se hicieran muy comunes, sabes que tu procesador puede entrar en conflicto con el programa. Solo quiero ser precavido.

DongHae suspiró, su lápiz se detuvo en la curva de las mejillas de HyukJae donde se había escondido su sonrisa.

– Ya lo sé – sus labios se torcieron y eso fue más que suficiente. Cuando el tono de su voz lo ocultaba todo, sus labios lo desenmascaraban.
– Sé que te molesta DongHae, pero no puedo evitar el preocuparme; es mejor que mantengas ciertas cosas a raya; además está la demás gente, si llegaran a enterarse de la verdad… bueno, tú sabes ese tipo de cosas.

El lápiz hizo un sonido estridente cuando DongHae golpeó el escritorio con él. Tenía el ceño fruncido cuando se giró a su padre. Para todo hay una primera vez, y él estaba comenzando a tener las suyas mucho más rápido de lo que le hubiera gustado a DongHwa.

– Pues si me dieras la oportunidad de mostrarme cómo soy, quizá la gente de la que tanto quieres meterme miedo podría aceptarme.

Antes no le había molestado mantener cierta confidencialidad y permanecer apartado de los demás, pero conocer a HyukJae lo estaba haciendo olvidar las posibilidades de riesgo, dándose cuenta que podía llegar a cansarse de estar escondido y pasar desapercibido; que él quería tener los mismos derechos, después de todo, ¿no parecía humano también?

– No es así de simple. Una vez que sepan de ti no les importará que tengas sentimientos; te juzgarán por ser lo que eres. Son personas DongHae, y están llenas de prejuicios por naturaleza, sin mencionar la guerra, están reñidos con todo ello y, por lo tanto, lo estarán también contigo. Yo solo trato de evitarlo, ¿podrías…?
– ¡No, no puedo! Y no quiero saber nada más de esa estúpida guerra. Yo no tengo la culpa de lo que pasó.
– No tienes que exasperarte DongHae –al verlo se preocupó. Últimamente su hijo adquiría reacciones más humanas, lo que podría ser normal de acuerdo a cómo evolucionara el programa a través de su sistema; era magnifico e imprevisto y lo dejaba más preocupado–. No eres el culpable de nada, no eres un mártir y comprendo que te sientas indignado, pero no tiene que ser así siempre; al menos dejemos que el peor trago de todo esto pase. ¿Has tenido alguna falla? Eso es todo lo que me preocupa.

Al oírlo, DongHae torció más los labios, levantándose de su lugar con un sentimiento desagradable brotándole. La ilusión de un mal sabor de boca era demasiado real.

– Estaré en el jardín si me necesitas. Con permiso – murmuró fríamente antes de salir.

DongHwa suspiró cansado.

DongHae era más humano de lo que pudiera pensar. No podía entender los por qué de los miedos que él tenía.

El Día Mas Feliz (EunHae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora