Narrador omnisciente
En alguna parte de Miami se encontraba una pequeña de alrededor de cuatro años, escondida en algún rincón de su habitación, tal cual niña caprichosa que no quiere obedecer a sus padres, estaba cruzada de brazos mientras mantenía una cara de enojada, pues se negaba a hacer lo que le decían sus padres, sintió que la puerta de su habitación se abría y dio paso a una mujer joven, pelo castaño y ojos azules como el mar, una mujer amable, paciente, y sobre todo amorosa. Se acercó hasta su pequeña hija que estaba acurrucada en la pequeña esquina al lado de la ventana y la mujer sonrió.
-Pequeña, ese lugar parece algo incómodo. Ven, mejor nos sentemos en la cama- dijo la mujer. La pequeña la miró y se negó, la mujer rodó los ojos por la actitud de su hija, a veces pensaba que la consentían mucho, pero la pequeña lo pensó un poco más y se dio cuenta que su madre tenía razón, aquél rincón era muy incómodo, así que rendida se paró y se sentó a la par de su madre en la cama, su madre por otro lado sonrió
-di vieneds pol eda fieta, mi ledpueta digue diendo no- dijo la pequeña mirando al piso mientras se cruzaba de brazos, su madre la miró aún con una sonrisa, a pesar de todo no podía obligar a la pequeña. Pero intentaría una cosa más
-Está bien, me rindo, voy a ir a la fiesta de mi mejor amiga con tu padre, pero tú te vas a quedar sola en la casa, ya que tus hermanos también van con nosotros- dijo, de una u otra forma llevaría a su pequeña.
-¿Dola?- dijo la pequeña con miedo, su madre sonrió más
-Sí hija, sola- dijo la mujer
-¿No va a venil Fel?- habló la pequeña
-No, Fer hoy está ocupada con sus estudios, no puede venir a cuidarte- dijo la mujer, la pequeña tenía una mueca en su cara, nunca le gustó quedarse sola en casa, pues tenía miedo, su madre la abrazó y le besó su pequeña cabeza
-Bien... Voy a il..- dijo la pequeña rendida
-Vamos hija... No es tan malo, hazlo por mami- dijo la mujer y la pequeña sonrió
-Edsta bien, lo hale pol ti- dijo y abrazó a su mamá, en eso entró un hombre joven a la habitación y miró a sus "dos mujercitas" como él les decía
-Eli ya deja a mi pequeña mujercita...- empezó a hablar aquél hombre pero la mujer ya lo había interrumpido
-Ya Stev, dijo que sí- dijo Elizabeth, la madre de la pequeña, Stev, el padre de la pequeña, sonrió y se acercó hasta ellas para abrazarlas a ambas
-Me alegra escuchar eso- dijo Stev en medio del abrazo, en eso dos cabezas gemelas, de unos seis años, se asomaron por la puerta y miraron dentro de la habitación, cuando vieron que sus padres y su hermanita menor se abrazaban se miraron entre ellos
-Hermano gemelo, parece un abrazo familiar- dijo uno de ellos, Jackson
-Y no nos avisaron hermano gemelo- dijo triste el otro, Chad, sus padres y la pequeña largaron una pequeña risita por lo que decían aquellos chiquillos
-Puelen unilse si quielen- dijo la pequeña con una sonrisa que se les contagió a los gemelos
-Por eso te amamos tanto pequeña- dijeron los gemelos al unísono y luego entraron corriendo para unirse al abrazo. Luego todos se separaron y el padre de los los tres pequeños habló.
-Bueno, todos a bañarse, que queda poco tiempo para que la fiesta empiece- dijo y se paró para luego salir con los gemelos, las dos mujeres de la casa se quedaron en donde estaban.
-Bien linda te tengo una sorpresa- dijo Eli y vio que a su pequeña se le iluminaron los ojos por lo que rió un poco- y no son dulces o nutella pequeña- agregó y los ojos de la pequeña demostraban tristeza, pero luego sonrió
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Guerra De Vecinos
Teen FictionTres mejores amigas, viven en una ciudad hermosa, sí, esa ciudad es Miami, viven solas las tres, como las amigas que son, se preguntan como son, bueno pues son las típicas adolecentes estudiosas y se podría decir que responsables pero también les gu...