La llamada

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Raven se apoyaba con el codo sobre el mesón donde estaba la caja registradora, al otro lado, Charles  veía como Moira curioseaba por los estantes de la librería como lo haría un pequeño en una dulcería, o ella misma cuando iba a una.

Se detuvo en la estantería que tenía escrito encima "LGBT" y tomó un libro algo viejo con un gesto de duda.

-¿Por qué está aquí?-. Charles pudo ver que en la portada se leía "Las aventuras de Sherlock Holmes".

-¿Cómo que porqué está ahí?-. Raven reventó el globo de chicle. -¿No se te hace gay que un tipo tenga un diario en donde se la pasa hablando como colegiala de su amigo, lo brillante y particular que es, su atractivo útil para atraer mujeres de dudosa reputación, etcétera? Porque a mí sí-.

Charles rió y negó.
-Bueno, ahora que lo dices...- respondió la menor apretando al libro entre sus manos.

-Me sorprende que aún no hayan encontrado un manuscrito secreto del primer beso entre Watson y Sherlock- agregó él, sacando una sonrisa que se esfumó rápidamente del rostro de las chicas cuando Erik y un pelinegro bajo entraron precipitadamente en la librería.

-¿Sucedió algo malo, Tony?- dijo la rubia preocupada al ver el rostro de su amigo.
Erik se quedó de pie con los brazos cruzados en la entrada, detrás de Moira. Con su siempre fría mirada fija en Charles, el cual se removió incómodo.

Erik llevaba treinta y seis segundos mirándolo sin pestañear.

Charles quitó la vista de un estante lleno de thrillers para cruzarse con la de Erik, este pestañeó un par de veces y frunció el ceño.
Quiso despistar el hecho de que lo habían descubierto y sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo trasero.

-¡Raven, no vas a creerlo, pero nos devolvieron la llamada!- exclamó Tony.
Raven dio un grito de felicidad y abrazó efusivamente al pelinegro.

-¿Quién?-, Charles miraba extrañado la escena. Moira, incómoda, se llevó un mechón de cabello detrás de la oreja.

-Estuvimos todo este tiempo tratando de comunicarnos con algún pueblo minero en huelga para enviar ayuda- dijo Tony.
-Pero cada vez que oían "Hola, sí, hablo de parte de Gays y Lesbianas Colaborando con los Mineros", ellos simplemente colgaban antes de que terminase de decir "lesbianas"-.

-¿Y bien?-. Raven chispeaba alegría, al igual que Tony.
En cambio, Erik maldecía con el cigarrillo en los labios y el interte encendedor en sus manos.

-Un campamento minero galés se comunicó con nosotros-. Tony sacó un papel con algo garabateado.
-Hablé con un sujeto, un tal Bruce Banner, me dijo que habían hablado con la comunidad ahí, y un sesenta porciento estuvo de acuerdo en aceptar nuestra ayuda-.

-¡Wow, eso es increíble!- agregó Charles sonriente. Era realmente fantástico que, por fin, pudieran ocupar los fondos que estaban recaudando desde la marcha.
Pareciera como si llevásemos mil años en esto, y solo llevo un mes de conocerlos. Wow.

-Disculpen, pero ¿qué es Gays y Lesbianas Colaborando con los Mineros?-. Tony recién había notado la presencia de la muchachita con uniforme de escuela católica.
Una ola de recuerdos del Steve de hace once años se le vino a la mente.

-Es un grupo de chiflados que quieren jugar a ser superhéroes un rato- murmuró Erik sin lograr encender su cigarrillo.

"¡Ten más respeto, Lehnsherr, tu nombre figura en mis registros!", dijo Raven.
Erik rodó los ojos y gruñó. Se guardó enfurruñado el encendedor en el bolsillo trasero del pantalón.

-¿Me permites?-. Moira se volteó y señaló el bolsillo de Erik.
Este, dudoso, le entregó el encendedor y el cigarrillo.
Moira se lo llevó a la boca y lo encendió sin problema alguno.

Le entregó el cigarrillo a Erik y se quitó una pinza para cabello que traía para urgar en el objeto y repararlo.

-Listo,- dijo soltando el humo de cigarrillo que había alcanzado a inhalar, -era solo que la mecha estaba muy corta y no llegaba al combustible-.

Erik masculló un "gracias" y apartó extrañado la vista de la muchacha.
Charles la miraba completamente sorprendido, boquiabierto.

-Que nunca un par de aros de perlas y un uniforme de escuela católica te hagan creer que la chica es estúpida e ilusa- murmuró Raven dándole unas palmaditas en el hombro.

-¿Quién es la señorita que nos acompaña?-, Tony se acercó y extendió su mano a Moira, esta la apretó sonriente.

-Oh, ella es Moira Mactaggert, una amiga, una muy buena amiga mía- dijo Charles.
Tony besó la cara exterior de la delgada mano de la chica, haciendo que esta se sonrojara.

-¿Van a contactarse otra vez?-, "estaba esperando que podamos ir con ellos para ver la situación", Raven asintió.

La menor tosió.
-¿Te gustaría unirte a la organización, Moira?-.
Charles vio que la escolar sonrió de oreja a oreja mientras asentía rápido.

-¿Vas a hacer una excursión de pre escolar a Gales, eh?- gruñó Lehnsherr.
-Lo siento, pero no me escapé de un hogar lleno de críos para andar de niñero-.
Tony rodó los ojos luego de que Erik saliera de la librería.

-¿Cómo lo soportas?- le dijo a Raven.

***
-Ay, Charles, tus amigos son muy simpáticos-, dijo Moira cuando ambos iban a la casa de ella a eso de las seis y media de la tarde.

-¿Lo son?-. Moira asintió. Miraban al piso para ver quién pisaba una línea de la acera primero.

-Debo admitir que estaba celosa de Raven-, murmuró la castaña cobriza.
"¿Por?", dijo Charles dando un salto para no pisar la línea.
-Ya sabes, es linda, graciosa, interesante. Pensaba que estabas interesado en ella-.

El de los ojos claros rompió en una carcajada.
-Pero ahora me doy cuenta de que no es ella la que está interesada en ti- dijo con una sonrisita. Charles se volteó a verla.
-Es Erik-.

-¿Qué?-. Charles detuvo su andar justo sobre una grieta en el cemento.
-¡No!, eso no es cierto-, se apresuró a decir.
-Erik me detesta- dijo retomando su andar al lado de la jovencita.

Moira rió y negó. -Ay, Charles, acuérdate de mí cuando abras los ojos y notes que tengo absoluta razón-.
Charles sonrió con el ceño fruncido y negó.

"Eso jamás va a pasar, además,  ...no soy su tipo", suspiró.

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