Me gusta la belleza natural, tanto como un paisaje compuesto de ríos y rocas.
Es tan monótono observar lo gris de la ciudad, humeante y ruidosa; obstruyendo la visión.
Algún día las mujeres dejarán de maquillarse, tan breve pase tiempo de esto todo comenzara por ser abandonado, aún si reconocemos lo honesto que es un rostro al descubierto, acabaremos por aceptar la corrección superficial.
Es por esto que, el hombre ha abandonado a la naturaleza, ha dejado a su mundo tierra. Han rechazado aquello que el sol ha reclamado como suyo, han huido y me quedo solo.
Una alfombra de escombros, animales poco comunes y tranquilos, se respira nostalgia por doquier, así como libertad, pasean sin preocupación alguna, han dejado de ser presa, protegidos por estos enormes centinelas de concreto ya agrietado. Recuerdo bien, como me abstenía yo también a la belleza natural de las personas, sólo antes de comprender lo vacío que llegaba a ser un armazón bien decorado, pero este paisaje mundial, envuelto de recuerdo, poco a poco olvida su pasado. Así como hoy que me han olvidado, disfrutaré de este extenso territorio.
Todo esto en el aquí y ahora, cuando el mundo termine.