Nueva generación.[Terminada.]

Capítulo 3: Triunfará el amor.

Nota:

Cambiaré mi forma de escribir a partir de este capítulo.

Y como nadie participo en la votación que hice en el capítulo anterior me las arreglé para continuar por donde yo creo que devo.

Perdón por las molestias.

Pov narrador:

La familia lloraba mirando la gema de Emma y esperaban que estuviese bien.

Después de un par de horas, la gema de Emma comenzó a brillar y se elevó. De pronto el brillo se oscureció y se mostró una figura humanoide.

Cuando el brillo se fue dejó ver a una Emma muy diferente a como era antes. Su pelo en lugar de estar suelto en una media melena, estaba largo y atado en una coleta. Su ropa era la misma, una camiseta roja sin mangas con una estrella negra en medio, un pantalón negro y unas deportivas rojas. Sus uñas tenían forma de zarpas y sus colmillos habían crecido mucho.

-¿Emma?- dijo Garnet poniéndose en guardia.- Niños poneos detrás de mi.-

-Grrr.- Emma gruñía y se alejaba hacia una esquina.- Grrr, arg.-

-Emma, ¿No me reconoces?- dijo Garnet acercándose a ella lentamente.- Cariño, soy yo, Garnet.-

Emma sólo se arrinconó más para intentar huir de Garnet, mientras lloriqueaba como un cachorro al que le acababan de pegar.

-Tranquila, no te haré daño.- dijo Garnet llegando a donde estaba Emma y acariciando suavemente su cara.- Ves, no te haremos daño.-

Los niños se habían quedado en shock y no se creían lo que estaba pasando.

-Dejadme a solas con ella.- dijo Garnet que se había sentado y tenía a Emma acurrucada en su pecho.- Coged la nave pequeña e id a la tierra, necesito que traigáis a las gemas de cristal.-

-Está bien mamá.- dijo Rubén llevándose a rastras a su hermana que seguía en shock.

Pov Rubén:

No me puedo creer lo que está pasando, mi madre tiene la gema corrupta o eso creó. No se ve como una corrupción normal, pero ahora tiene una forma más parecida a la de un animal que a la de un ser humano.

Me llevé a Sopphie y subimos a la nave pequeña para ir a la tierra como mi madre nos había mandado.

-Sopphie, necesito que descansé y te repongas mientras vamos hacia la tierra.- dije haciéndola sentarse en el suelo de la cabina de la nave.- tenemos que estar juntos para poder conseguir ayuda para mamá.

Sopphie sólo asintió mientras mantenía su vista pérdida, la pobre aún no se puede creer lo que ha visto.

Me senté en el puesto de piloto y arranqué la nave para partir hacia la tierra.

Estaba a punto de aterrizar en las coordenadas que me indicó mi madre cuando Sopphie reaccionó y se levantó con mirada decidida, al fin había vuelto a la normalidad.

-Ya hemos llegado.- dije mientras acababa de aterrizar.- ¿Estas lista?-

-No lo se, pero seguro que llegado el momento lo estaré.- dijo Sopphie sonriente.

Ya habíamos aterrizado y sacamos nuestras armas, ya que no sabíamos con podían reaccionar las gemas de cristal.

Salimos poco a poco de la nave, cada uno con su katana en mano y en guardia.

De repente delante nuestra apareció un hombre un poco más alto que yo, su pelo era largo, de color marrón y con un montón de rizos.

En su estómago algo brilló de bajo de su camiseta y en su brazo izquierdo apareció un escudo rosado.