Capítulo 8: "Blood betrayal"

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× Enchated Forrest. 4 años después ×

El sonido de las espadas golpeando la una contra la otra. Las chispas que saltaban de aquellos golpes entre ambas denotaba como el hierro usado para hacerlas era uno de los mejores. Claro, un regalo especial.

Dagby se encontraba en el bosque junto a Thomas y su guardia personal, Marcus. Eran los únicos dos hombres en los que confiaba y, para ser honestos, eran de los pocos que conocían su naturaleza y no la juzgaban por ello. Al contrario, ambos decidieron entrenarla, conocer las ventajas de su nuevo "yo" y no quedarse solo con las desventajas "sanguinarias" de la mismas.

La princesa peleaba con toda su fuerza contra Thomas. Era el único por ahora que podía equipararle en fuerza y velocidad.

Marcus los observaba desde un costado, siento algo de orgullo de como la jovencita había conseguido dominar el arte del combate de espadas. Los pocos años de práctica fueron bastante productivos para ello. Había conseguido entender que lo que su "protegida" era ahora podía ser de ayuda, entrenarla fue su prioridad. ¿Un Caballero Negro entrenando a la princesa? Si, sonaba raro, pero más raro para el mortal era el hecho que un lobo estuviese presente con ellos.

La pequeña "batalla" que allí se desarrollaba parecia estar por llegar a su fin, Thomas tenía el control como casi siempre sucedía. Tenía acorralada a Dagby entre el suelo y su espada. Ella había caido sin aparente defensa.

Pero de un momento a otro la joven consiguió dar vuelta el juego, quita la espada de contra su pecho, combatió cuerpo a cuerpo, lo derrivó, le quitó su espada y le apuntó con la suya, casi sin dejarle posibilidad alguna.

Claro que Thomas peleaba de regreso, pero era una situación en la que, la espada se encontraba contra su cuello al punto de rozarle y marcarle apenas la piel. Ambos estaban agitados, la respiración del hombre podía incluso verse en el metal de la espada con la que la princesa lo tenía "amenazado".

Se oyó nada, excepto un ruido, pasos corriendo hacía la princesa por su espalda. Se giró rápidamente y consiguió ponerse en posición defensiva. Esta vez, era Marcus quien la atacaba. La batalla pronto se hizo presente. Ambos combatían con una intensidad aún mayor a la que previamente nació. Claro que Marcus era conciente de lo que podría salir mal en esta práctica, pero hasta ahora, la princesa nunca había podido vencerle.

Pasaron los minutos, y por un momento fue como si la princesa estuviese a punto de ganar, de vencer a su otro mentor, su salvador, pero cuando iba a dar el golpe final, él se le adelantó, arrebtó la espada de la joven con un ágil movimiento y la acorraló contra uno de los árboles que allí se encontraban.

La mirada de ambos se cruzó. La respiración agitada de ambos se hizo una a causa de la cercanía. Esa sensación del primer momento en que se conocieron regresó a ambos. Esas miradas, ese instante en que parecía que el mundo se detenía....era dificil evitarlo.

Despacio, el joven Caballero se alejó para dejarle espacio de salida.

— Te has vuelto rápida, hay que admitirlo, pero ten cuidado que su seguridad no nuble tu juicio.

Decía Thomas desde la distancia. Era más como un consejero para ella más que otra cosa en estos momentos. Consejos que podrían salvarle la vida.

— Tengo buenos maestros. Y sé que me falta aprender cosas, pero, mi seguridad solo me ayuda a concentrarme, no nubla mi juicio..

Replicaba la joven tras haber guardado su espada en su seguro, a su costado.

— Solo ten cuidado, a muchos les pasa, no quiero que te pase a ti también.



Solo Dagby y Marcus regresaron a Radewood.

Muchos de los Caballeros allí eran buenos amigos de Marcus, y muchos eran espías que daban información sobre los movimientos de la Reina. La jovencita no había confiado en su madre desde el día que ella la convirtió y encaminó en ese camino por el cual ahora andaba. Un camino en el que la sangre era la base de su vida. Varios de los Caballeros accedieron a ayudarla a mantener a la Reina vigilada, claro que también estaban al tanto de lo que las Hadas le habían advertido.

Cuando llegó a su habitación, la princesa recibió una nota mediante Candyre, allí le advertían lo que la Reina había estado haciendo los últimos días, no solo ese día en particular. Podría decirse que le dijeron sobre la "pintura completa". Así como el rumor sobre su plan más reciente para retomar el reino. Había que darle crédito: era una mujer terca y obstinada.

Dagby tenía que actuar rápido. Esta era la gota que rebalsaba el vaso. Podría deshacerse de su madre para siempre pero, ¿Estaba dispuesta a traicionarla de tal forma?.

Levantó la mirada como buscando algo en el rostro de Candyre, una respuesta, y la misma apareció...

La reina regresaba de uno de sus paseos por el bosque, los limites parecían importarle poco a esa altura. Tenía la inocente creencia de que nadie sabía lo que estaba persiguiendo, planeando, haciendo...nada. Cuando intentó poner un pie dentro del Castillo, una especie de barrera la repelió hacía atrás, lanzándola lejos. Magia.

Cuando consiguió levantarse, la mujer hizo una bola de fuego en su mano, la cuál estuvo a puno de lanzarla pero la misma se desvaneció. Era imposible. No entendía que era lo que estaba pasando. Sintió como si algo sujetase sus muñecas, como una cadena pesada alrededor de las mismas.Trataba de safarse en el aire, forcejeando con algo invisible. No había caso.

Cuando se giró vió quienes estaba haciendo esto: El Hada Azul y otras hadas se encontraban rodeándola.

— Has roto las reglas, Regina, y fuimos muy específicos. No nos queda otra opción que desterrarte al único lugar donde nunca más lastimarás a alguien...

El Hada azul sonaba seria, decidida.

Regina no podía entender como era que la polilla azul sabía sobre ella. La mujer giró hacía el Palacio en un vano intento de querer correr hacía allí, pero al girarse solo pudo ver a su hija en la puerta: su mirada decepcionada, su rostro pálido y serio, sus facciones serias. Candyre estaba a la derecha de Dagby, cuidándola, incluso algunos Caballeros las rodeaban, no para protegerla, sino como testigos de lo que estaba sucediendo.

Solo ahí entendió Regina de que se trataba, como era que Blue lo supo. El rostro de la reina malvada cambió rotundamente, fue su hija quién la traicionó, quién advirtió a las hadas. El poco corazón que quedaba intacto en la mujer se quebró.

— «¿Como pudiste?»

Una simple frase que salió casi inaudible de los labios de la reina malvada. Pero Dagby lo supo, lo consiguió oír y audiblemente, la princesa replicó

— Es la única manera que no hieras a nadie, nunca más. Es por tu bien y el de todos, madre...

Regina se contuvo la ira, el enojo, la rabia que la traición le provocó. Y cuando pensaba replicar, las hadas la hicieron desaparecer de allí y ellas también lo hicieron...

— Es por el bien de todos...

Se repitió a sí misma la joven...

❝Forgotten❞Where stories live. Discover now