14. The Truth

6 0 0
                                    

— « Por años he estado buscando la verdad detrás de la muerte de mi familia.

Algunos decían que fue mi madre quién dio la orden, aún encerrada en la Isla del Destierro. Otros que solo usaron a mi madre como excusa para decir que pasara.; Morsewood fue el primero más no el último que pagó. Él solo fue el principio de la cadena.

Cada vez que me acercaba algo nuevo aparecia. Al final...terminé eliminando linajes por completo. Pero lo encontré.Me tomó años...y aún así, la respuesta terminó de agrietar mi congelado corazón...



× Flashback. Hace algunos años.×

— ¡¿DIME QUIÉN DIO LA ORDEN?!

Exigió la mujer alzando la voz.

Sus ojos poseían aquel color carmesí brilloso que solía aparecer en ellos cuando su verdadera naturaleza afloraba.; La furia, las ansias, aquellos malos sentimientos se apoderaron de ella.

Sus prendas poseían el mismo color que sus ojos, con la única diferencia de que se trataba de la sangre de sus enemigos caidos en el camino. «La Baronesa Sanguinaria» no olvidaba ni perdonaba, cualquiera que se cruzara en su camino pagaba el precio. Y se volvía peor cuando descubría que había una conexión con lo sucedido a su familia con la victima de turno, como la que ahora se encontraba rogando, de rodillas en el suelo mientras ella le sostenía su rostro con una de sus manos. Clavando aquellas garras en la frágil piel del hombre.

Aquella victima, sollozaba en silencio, observando de reojo el caos a su alrededor: su familia y guardias, tendidos en el suelo, ensangrentados, muertos. Sus guardias, los más feroces del reino....destrozados...y todo por la mujer que ahora se encontraba frente a él.

Un ser frío, quebrado, incapaz de perdonar, incapaz de escuchar por ruegos...incapaz de sentir.

No podía más. Tartamudeaba. Sollozaba. Quería hablar pero....las palabras simplemente no salían de sus labios. Lamentablemente, más tardaba, más su agonía se extendería.

— Es mejor que comiences a hablar....Mi poca paciencia se está agotando. ¡HABLA!.

Exigió la mujer. Su voz por momentos parecía calma pero exaltada a la vez. Estaba ansiosa, tenía una sed insaciable de venganza. Y era más que notoria.

El hombre se qubró por fin. El dolor de su piel a caua de las garras de la criatura frente a él lo consiguieron. Sabía que más tardarse, peor sería su castigo, y habían castigos peores que la muerte, a la que pronto enfrentaría. No. Podría ser una eterna agonía. Estaba seguro de ello. ¿Pero que más podía perder?. Ya no le quedaba nada, nadie podía protegerlo.

Se armo de valor, y con voz quebradiza al fin respondió la pregunta de la Baronesa Sanguinaria.

— Fue...Ella dio la orden...

— ¡¿QUIÉN?! ¿Quién es "ella"?

— Es...La Reina fue quién....quién dio la orden.

Por instinto la Baronesa soltó el rostro contrario.

Parecía estática. Su rostro de porcelana lucía como si se estuviera por quebrar tras aquellas palabras pronunciadas por el sujeto. Podía sentir como sus ojos se humedecían poco a poco. Dolida. Quebrada. Traicionada...Por su propia hermana.

Cuando al fin salió de su transe, soltó un grito ahogado de dolor, odio, ira...Tan fuerte y tan oible, que incluso, nacido de aquellos sentimientos fue que nació un gran golpe propiciado hacía el mensajero, que dicho acto lo elevó del suelo y lo envió de un solo movimiento contra una de las paredes a su alrededor.

El pobre hombre no resistió semejante acto. Se golpeó la cabeza tan fuerte que incluso hizo un hueco en donde la misma se golpeó.

No era que a Dagby le interesase lo que le pasó, más bien siquiera lo miró al caer. Estaba más concentrada en el dolor que su pecho sentía. La manera en la que su corazón se terminó de quesbrajar.

Podría haberlo esperado de su madre, cualquier cosa era posible viniendo de la reina malvada, sobretodo después de que por la joven aquella mujer fue enviada lejos, al encierro eterno. ¿Pero de su hermana, su propia carne, la Reina Buena?. No, de ella no podría haberlo esperado.....



Había meditado bien lo que haría.

Primero tendría que cambiarse su atuendo. No sería apropiado presentarse en la corte de su hermana, ante la mirada de todos con un traje manchado de sangre de nobles en ella.

Luego si, iría a por la mujer. Quizás jugaría un poco con ella antes de confrontarla directo. Aunque claro, Dagby asumía que en cuanto fuese vista por la Reina allí, de seguro enviaría a sus guardias. Y claro estaba, no resistirían un combate con la Baronesa Sanguinaria. No los dejaría ganar.

Su hija, su pequeña Mackenzie era inocente de todo en la vida. Un ser tan puro y tan bello nacido de un criatura como lo era Dagby...Y Marcus...simplemente era el mejor hombre en la faz de la tierra. Nadie merecia lo que sucedió, y aún así, pareció que la Reina creía que si era merecida aquella matanza despiadada, aquella brutal trampa montada como si fuesen a la cacería de animales salvajes y monstruosos.

Pagarían...Todos y cada uno de los involucrados, con sus vidas.Quizás conocían lo que una Reina Malvada era, bueno, ahora conocerían lo que una Baronesa de Sangre era realmente. Sin límites, sin fronteras, sin nada que la detenga hasta vengar por completo a su familia.


Aunque fuera lo último que hiciera en su vida....~

❝Forgotten❞Where stories live. Discover now