Nuestro pasado
Philip
Los días pasaron y lo último que supe fue que Lewis había pedido que lo trasladaran a su insulso departamento, lo cuál era un impedimento para verlo con mayor facilidad puesto que según me informaron Killian King estaba quedándose con él, y sinceramente dudo que él quiera dejarlo más de cinco minutos a solas conmigo.
Al menos considerando lo que escuchó hace unos meses atrás en un llamada de telefónica.
― ¿Quieres tranquilizarte? El sonido que hacen tus pies me irrita, ―soltó la pesada de mi prima Channel mientras desviaba la mirada de su móvil y me encaraba.
―Eres bienvenida a abandonar América cuando quieras, puedes usar mi tarjeta para comprar un boleto de regreso cuando quieras, ―murmuré dándole la espalda y subiendo pausadamente las escaleras.
― ¡De acuerdo! ¡Entendí el mensaje! ―exclamó rodando los ojos. ―Es mejor que te deje solo antes que me muerdas, Phil, ―sentenció más que dispuesta dirigirse hacia su habitación.
―No me llames así, ―solicité más que fastidiado.
Si algo odiaba era que me llamaran Phil.
Mi nombre ya es lo suficientemente simple como para ser aún más abreviado.
―No seas un bebé, tigre.
―No tengo porque seguir discutiendo contigo en mi casa, te quiero fuera, ―aseguré cruzándome de brazos.
―Esta es nuestra casa y no te preocupes, ya no te molestaré por el resto de la semana, ―murmuró dando media vuelta.
―Adiós, ―la despedí observando cada uno de sus pasos.
Pero ella ya no volvió a hablar.
E inevitablemente negué con la cabeza.
Sabía de sobra que estaba descargando mi frustración en ella.
En fin, di un suspiró y me decidí por entrar a mi habitación. Acto seguido, saqué el álbum de fotos que escondía debajo de mi colchón.
El álbum dedicado a Lewis Káiser.
Suspiré.
Desde el primer momento él logró captar por completo mi atención.
Quizá fuera su gélido y formal trato hacia mi persona o su carencia de expresiones a la hora de hablar.
Desde un principio pude percatarme que él era mucho más de lo que se atrevía a demostrar, casi nadie lo notaba, pero de vez en cuando él se permitía a si mismo perderse entre sus pensamientos con una mirada tan particular que me era imposible de describir.
Lo había atrapado con la mente en blanco por grandes secuencias de minutos, a veces parecía que estaba triste y en otras sólo confundido, pero si de algo estaba completamente seguro era que la vida de Lewis estaba repleta de fantasmas de su pasado.
Y desde ese primer cruce de miradas supe que quería comprenderlo; y si me era posible, escucharlo rogando en mi cama.
Quería ser capaz de observar una nueva faceta suya y fue ahí cuando sin querer, empecé su álbum.
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Pequeños Imprevistos
Teen FictionLewis Káiser o más conocido como "La Niñera del Rock", era el representante de la conocida Banda: "F*ck Prince Charming." Por otro lado, se encontraba Philip Fitzgerald, hijo de un multimillonario inglés que jamás aceptaba un "no" como respuesta...