Pequeños Imprevistos

Seis (✔️)

Frenesí de pensamientos

Philip

Odie ver a Lele tan contrariado, perdido y fuera de sí.

¿Dónde estaba el chico que solía retarme día y noche?

¿El chico que se inventaba insultos para no tener que utilizar palabras soeces?

El chico que me atraía y me volvía loco cada vez que me abrazaba antes de ir a dormir.

El chico que me aseguró que era importante en su vida.

El chico que me amaba pero nunca fue capaz de decírmelo.

Le di un sorbo a la lata de cerveza barata que Dylan compró con su identificación falsa.

Lo único bueno era que habíamos hablado por teléfono horas después que se huyera de mi casa, pero a pesar de eso no me siento ni un poco más tranquilo. Ni siquiera me importaba que me hubiera mentido, eso no me interesa en lo más mínimo.

Lo que en verdad quiero saber es porque recién me entero que tiene un hermano.

¿Dónde está?

¿Por qué lo ocultó?

Lewis Káiser me importaba y eso significaba que cada parte suya era estrictamente de mi interés, incluyendo a su familia de mierda.

Él fue el único ser humano que consiguió sacar a flote mi lado cursi.

Él único que logró que expresará mis sentimientos y me decidiera a decirlos en voz alta.

Después de todo, preocuparse por quiénes viven a tu alrededor es tanto una maldición como una salvación para el espíritu de cada persona.

Porque es mucho más fácil cuando solo eres tú y nadie más y a pesar de que es gratificante no estar solo, la única compañía que deseo y ansió no esta conmigo.

―Philip... Tú, ¿pensabas en suicidarte? ―me preguntó Wendell con un rostro completamente desencajado al ver los pequeños pero gruesos cortes que descansaban en mis brazos. ―Sabes qué hay una línea telefónica para pedir ayuda, ¿no?

―Hace algunos años quizá si lo hubiera hecho, ―murmuré cerrando los ojos al recordar los años más oscuros en mi vida. ―Channel no ha sido la única en la familia que se mantuvo internada en un centro psiquiátrico.

―Eso no lo sabía.

―No tenías por qué, ―señalé encogiéndome de hombros. ―Nadie nunca quiere hablar de sus errores y aunque no lo creas en el pasado solía pensar que le haría favor a la humanidad si no viviera, ―murmuré extrañado por el rumbo en el que estaban dirigiéndose mis pensamientos. ―Además ambos sabemos que fui un terrible ser humano por mucho tiempo...

Después de eso, decidí no hable más del tema a pesar de la insistencia de Wendell.

Mi mente aún se preguntaba qué era lo que me escondía Káiser y por qué.

Si al fin y al cabo yo siempre le conté todo.

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