"Un San Valentín sin mentiras"

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One-Shot

"Un San Valentín sin mentiras"

Muy bien, era el momento de escoger un regalo perfecto o moriría en el intento.

Marinette alzo la barbilla decidida mientras entraba en el centro comercial, con las mejillas arreboladas y sus ojos azules brillando de determinación pura. Era un día antes de San Valentín y debía encontrar algo para regalarle a cierto modelo de ojos esmeraldas.

Tenía dieciséis años y aún no había podido confesarse, cada vez que cogía valor; este se le escurría entre las manos y huía como toda una cobarde para luego ganarse una mirada de desaprobación de Alya, pero esta vez sí lo iba a conseguir y su mejor amiga se encargaría de que no saliera huyendo como todas las veces anteriores. Y así quizás también podría conseguir un buen regalo a su querido compañero de batallas que se había vuelto muy importante para ella, hasta el punto que creyó estar también enamorada de él, pero riendo, simplemente descarto esa idea, ya que ella solamente tenía ojos para Adrien, cierto gato callejero no podía interponerse en sus sentimientos...

¿O ya lo había hecho?

Soltó un largo suspiro, era un asunto complicado, pero se negaba a dejarse influenciar por el felino con sus coqueteos y esa sonrisa perfecta de colmillos. Por eso se había decidido confesarse finalmente, para probar que ella solamente quería a Adrien Agreste.

Aunque a veces no sabía si estaba haciendo lo correcto o no...

¿Tal vez debería dejar de enredarse ella sola y dejar que las cosas fluyan por si solas?

No, sacudió esos pensamientos, iba a conseguir un buen regalo, iría a la escuela el día siguiente y se plantaría al frente del rubio y le soltaría la bomba.

Y no iba a comenzar a pensar en los mil y un escenarios que podría darse, simplemente dejaría que el destino se encargara de lo demás, ella solamente iba a dar el siguiente paso después de tanto tiempo.

Y definitivamente Chat Noir no tenía nada que ver en su decisión.

Ash, estaba tan confundida... pero ni modo, su plan seguía en pie. Así que comenzó su recorrido por el gran centro comercial en busca de aquello que le hiciera justicia al rubio, pero era realmente difícil cuando él lo tenía realmente casi todo, y ya ella le había confeccionado algo anteriormente; así que quería ser un poquito más original... aunque ya no tenía demasiadas esperanzas.

Cuando caminaba hacia otra tienda, se topó con un puestico pequeño que vendían chocolates, mas específicamente pequeños bombones. Una chica bonita de cabello color castaño muy claro los estaba promocionando, pero al parecer ya no quedaban demasiados chocolates y la joven se veía realmente exhausta. Con un poco de empatía hacia la muchacha, Marinette se acercó con una gran sonrisa.

—Hola, buenas tardes—saludo amigablemente.

La joven vendedora la observo con ilusión.

—Buenas tardes, señorita ¿Le apetece probar alguno de estos bombones? La primera muestra es gratis—dijo animada señalando las bandejas con diferentes tipos de bombones con distintos rellenos—Tenemos rellenos de fresa, caramelo y hierba buena—explico con una gran sonrisa.

A Marinette le llamo la atención una pequeña bandeja donde parecía estar unos chocolates intactos aun en perfecto orden como si nadie los hubiera escogido, además que la chica no los señalo cuando menciono los distintos sabores, a diferencia de los demás que casi no quedaban ninguno.

—¿Estos de que son?—pregunto la franco-china.

La vendedora le sonrió con tristeza.

—Estos bombones los hice yo misma, para experimentar si a las personas le gustaba la idea y los incluyeran en el menú de la tienda... pero creo que a la gente no le llama mucho la atención los bombones rellenos de mango—dijo con un suave suspiro.

Un San Valentín sin mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora