05-Miraxus

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"For the Fluff"

Miraxus [Laxus x Mirajane]

Por: Lightkey27

Disclaimer: Los personajes de Fairy Tail son propiedad de Hiro Mashima. Este fic participa del reto: Civil War: TeamFluff vs TeamAngst del foro Cannon Island.

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Su visita a la veterinaria había culminado, luego de agradecer la excelente atención y el cuidado brindado a sus hámsteres salieron del lugar dispuestos a marcharse a casa, aunque la albina tenía otros planes para ellos.

—Laxus, cariño ¿Te parece si cenamos afuera? Ha sido un día muy largo y no tengo ánimos de cocinar—comentó la Strauss al rubio que hasta sólo un momento se encontraba hablando por teléfono, mientras llevaba a los roedores, pues colgó inmediatamente al escuchar las palabras de su esposa. Con el ceño fruncido acercó su mano a la frente de ella siendo muy precavido para detectar alguna anomalía.

—Cariño ¿Qué estás haciendo? Si te quieres poner romántico este no es el momento—le regañó dulcemente haciendo que el Dreyar retirara la mano inmediatamente y comenzara a ruborizarse.

—N-No—aclaró su garganta para continuar hablando—No es eso, es que es inusual que no tengas ánimos de cocinar, dado que eres una chef de renombre eso no puede significar nada bueno—la chica rió ante la explicación de su esposo, pero no demasiado, sabía que podía lastimar su orgullo si lo hacía.

—Laxus, yo también merezco un descanso ¡Oh! Aquí parece un lugar perfecto—señaló una cafetería y tomándolo del brazo lo llevó hasta el local, donde fueron atendidos amablemente por una peli morada quien tomó su orden y en menos de cinco minutos se las llevó a su mesa.

—Disfruten su comida—les dijo sonriente y posteriormente se retiró dejando al de cabellos dorados y a la Strauss solos.

—Es una buena chica—comentó Mirajane dando un bocado a su rollo de canela siendo observada fijamente por Laxus, acto que llegó a incomodarle un tanto.

—¿Qué? —preguntó luego de haber tragado—¿Tengo algo en la cara?

—Estás actuando muy extraño—le contestó—Tú jamás pedirías un rollo de canela y lo comerías sin añadirle nueces—explicó—¿Te sientes mal?

—Laxus, cariño—le dijo sonriente—Es sólo que no quiero comer nueces hoy, no te preocupes—el rubio la escudriño con la mirada un rato más, se estaba comenzando a preocupar, porque ni siquiera cuando estaba con su periodo dejaba de comer nueces es más, era cuando más se lo exigía y sin estar totalmente convencido, decidió dejar el tema por el momento.

Su chica estaba realmente actuando de manera rara.

Ya lo resolvería en casa.

Tenía sus métodos para hacerla hablar.

Luego de terminar su comida salieron del lugar y se disponían a regresar a casa para que sus mascotas tuvieran por fin un descanso.

Sin embargo, Laxus aún seguía preocupado por Mirajane, ella nunca le ocultaba nada, así que era extraño en todos los sentidos lo que sea que estuviese sucediendo.

Por otra parte, Mirajane guardaba celosamente aquella prenda que estuvo tejiendo mientras esperaba el momento perfecto para hablar con Laxus, ya había comenzado a sospechar, así que no tardaría mucho en darse cuenta, pero ella quería que terminara con los socios que estaba atendiendo para poder disfrutar juntos del periodo de embarazo por el cual estaba pasando.

Por sí, un nuevo miembro no tardaría en unirse a la familia.

De repente Laxus pausó su caminar.

—Mirajane—la llamó para que regresara a su lado—Dime qué ocurre—le pidió, sabía que debía estar dejando toda su apariencia de hombre rudo e intimidante, sólo por ella —Por favor.

Jamás creyó que se le saldría de control, al punto de desarmar a Laxus y dejarlo expuesto ante ella de ese modo, debía aclarar las cosas rápido, por lo que se dirigió a su lado para darle un abrazo.

—Lamento haberte preocupado Laxus, amor—le dijo sobre su pecho —Es sólo que—comenzó a derramar lágrimas por los sentimientos que la abordaban en ese momento—No sabía cómo decírtelo—sintió como el rubio se tensaba entre sus brazos, llevó sus manos sobre sus hombros para alejarla un poco y finalmente mirarla a sus cristalinos ojos azules.

—¿Hay otro hombre? —preguntó seriamente, y contra todo pronóstico Mirajane terminó haciendo algo que jamás pensó que haría en esa situación.

Reír a carcajadas.

El rostro de Laxus pasó de uno preocupado a uno de confusión

¿Por qué se estaba riendo?

¿Acaso le quería ver la cara de idiota?

—L-Lo... jajajaja—las risas no cesaban y aquello ya había comenzado a fastidiar al Dreyar—Lo siento amor—completó abrazándose a sí misma para intentar contener las risas, incluso ya hasta le dolían las mejillas de tanto reír.

—¡Demonios mujer! ¿De qué te ríes? —era consciente de que en ese momento su rostro debía lucir como el de la mejor amiga de su esposa, estaba totalmente rojo de vergüenza, sin embargo en el momento que ella tomó su mano se quedó sin habla.

Su tacto era cálido y le transmitía sosiego.

—Te amo demasiado Laxus—le dijo colocando su mano en su mejilla—Nunca habrá otro hombre más perfecto que tú—añadió con una sonrisa—Incluso te perdono el hecho de que acabas de dudar de mi fidelidad teniendo ya cinco años de matrimonio—una sonrisa un tanto perturbadora adornaba su rostro—Pero admito que te di motivos para sospechar de algo, el punto es que—dio un suspiro antes de hablar, debía elegir las palabras adecuadas—Cada día me enamoro más de ti, de tus hábitos, cualidades, defectos y expresiones. Me tienes loca cariño, incluso con la cara que tienes ahora—El Dreyar no podía creer todo lo que había escuchado, sabía que estaba más bueno que el pan, pero que su esposa se lo dijera de ese modo ¡Dios! Él era el que se iba a volver loco con tantas cosas.

—¡Tsk! No puedo creer esto—dijo con una mano sobre sus ojos—Dios, siempre me haces sonrojar tanto—añadió.

—Es que es de mis favoritas, necesito verla tanto como pueda—le dijo sonriente—Y la respuesta a tu pregunta está aquí—le dijo entregándole su bolso del cual sacó su equipo de costura, que estaba en una pequeña caja y la extendió hacia el rubio—Puedas abrirla para salir de dudas—el chico abrió la caja curioso de saber lo que había dentro, aunque se extrañó al descubrir lo que era.

Un pequeño calcetín de lana.

Y luego de unos segundos lo supo. Miró a su esposa para que se lo confirmara y la vio asentir con algunas lágrimas que habían comenzado a derramar.

Definitivamente era el hombre más feliz del mundo, ahora y para siempre.

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N/A: ¡Hola! No tengo mucho que decir, había hecho uso del Miraxus en el capítulo anterior y me pareció justo darles un poco de amor

¿Qué les pareció? :3

Espero que hayan disfrutado de la lectura y les agradezco mucho por leer.

Frase utilizada: 30. Dios, siempre me haces sonrojar tanto.

¡Gracias por leer!

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